Es viernes por la tarde. Esta mañana me he perdido el Cross de África.
He decidido salir a correr a pesar de la amenaza de lluvia y cuando he llegado he recibido un mail del colegio en el que me explicaban que finalmente se iba a celebrar el Cross.
Me lo he perdido. Podía haber cambiado todos mis planes y haber ido a ver a África correr. Podría haber dejado de hacer algunos temas del trabajo y organizarme de otra manera para poder ir a verla.
Ha quedado tercera y estaba feliz. Sueño que algún día me acompañe en alguna de mis carreras y podamos disfrutarla juntos.
Tenía que haber cambiado todos mis planes para ir a ver a África correr.
El mayor ha vuelto del Instituto. Parece que el examen global de matemáticas no ha ido mal, veremos cual es la impresión del profesor.
I don´t care
¿Sabéis una cosa? No me importa, queridos.
De verdad, creedme, no me importa.
En realidad, hay otras cosas que me importan más.
La primera es que se ha dado cuenta de que es inteligente. Mi gran temor a principio de curso era que él mismo se proclamara incapacitado para las matemáticas. Ese pensamiento le rondó por la cabeza y no como una excusa para justificar sus suspensos, sino como un verdadero miedo a no ser capaz.
Creo que actuamos a tiempo para evitar ese desastre y después de todo el curso con una profesora particular que se sorprendía de la rapidez del niño, él mismo se ha dado cuenta que, además de para idear malvados planes y para despejar balones que el resto de compañeros no se atreve, su cabeza le sirve de algo.
La segunda es que ha conseguido sentarse durante más de una hora a hacer ejercicios sin parar. Sin obligarle, sin castigarle, sin amenazarle con quitarle la Play ni sus entrenamientos. Se puso y tuve que avisarle porque llevaba más de quince minutos de sobra.
Ahora sabe que tiene esa capacidad y que, si no te salen las cosas, las sigues intentando.
Me parecen dos grandes enseñanzas para su segundo año de instituto, así que, sin tener ni idea de las notas, creo que ha sido un gran año para él.
Después de recoger a las niñas han empezado las primeras peleas. El motivo de esta vez eran las fundas de los carnets de la piscina. Las dos querían la negra. Al final han tenido que jugársela a elegir un número del 1 al 10.
Cuando Jara ha dicho el 5 antes que África, reconozco que he sentido un gran alivio. África se ha tomado la derrota de manera deportiva y sé que la reacción de Jara no hubiera sido precisamente esa.
Primer conflicto solucionado. Con un poco de suerte, pero solucionado.
La tarde hoy estaba marcada con un gran círculo rojo en la imaginaria agenda de la familia. Hoy era el concierto (escribo esto mientras esperamos las pizzas porque ya no me daba para preparar también la cena) del grupo de Unai.
Llevan semanas ensayando y la verdad es que no son la E Street Band, pero tienen las mismas ganas. Hay que tener valor para salir delante de 100 personas y ponerse a cantar, y os aseguro que sé de qué hablo.
La tarde de mañana también está marcada con un gran círculo rojo en la imaginaria agenda de la familia. Celebramos el cumpleaños de Ibón y, como el año pasado, ha pedido alquilar el campo de fútbol del pueblo para organizar un partido con todos sus amigos.
Saltamos un par de días hacia adelante, ya estamos a lunes y tengo menos agujetas de las que esperaba. El concierto del viernes fue todo un éxito y Unai sigue demostrando que tiene tablas, pero sobre todo que se lo pasa como un enano tocando con sus amigos.
Hace poco menos de 40 años yo también quise montar un grupo con algunos compañeros de clase. Yo no tocaba ningún instrumento ni sabía cantar ni nada, pero, como no podía ser de otra manera, el rock and roll me llamaba y yo escuchaba perfectamente su llamada.
Mi padre no la escuchaba tan perfectamente y ni siquiera pude acudir a ese primer (y creo que último) ensayo de aquel grupo. No porque fuéramos un grupo de rock que íbamos a romper con todos los estereotipos y normas establecidas, sino porque tenía que ir a Madrid un sábado y los fines de semana eran para estar en casa.
Eso, y mi debut ante 15.000 personas años después son las únicas experiencias musicales destacables de mi vida.
Unai tiene su grupo, varios sitios donde, por el momento, les dejan ensayar, varios adultos que les ayudan, aconsejan y dirigen y todo eso me da una envidia que me muero.
El partido del sábado por la tarde para celebrar el cumpleaños va a ser el tema del día.
Volví a ponerme unas botas de fútbol.
¡Volví a ponerme unas botas de fútbol!
Recordé todo lo que me gustaba jugar al fútbol. Ahí estaba yo rodeado de chavales de trece y catorce años creyéndome que volvía a tener esa edad, pero con la experiencia de haber jugado toda la vida, y, sobre todo, con la calidad intacta.
El cambio de ritmo, los cambios de dirección y los controles los sigo dominando, pero en una de las primeras jugadas cuando levanté la vista y vi todo lo que me quedaba para llegar a la portería, decidí cambiar mis galopadas por pases medidos a los chavales y que corrieran ellos.
Tenía que medir mis esfuerzos y si no lo veía muy claro ni lo intentaba. Esa actitud poco combativa, pero perfectamente comprensible si tienes más de 30 años, enfurecía a mi hijo Ibón, que, como capitán del equipo, me pegaba cuatro gritos que me quedaba temblando.
¡Será asqueroso el niñato este!
Cuando yo empecé a jugar al fútbol 11, en mi equipo había varios padres con hijos que ya jugaban con nosotros. Eso siempre me llamó mucho la atención y siempre pensaba que a mi me gustaría hacer lo mismo.
Lamentablemente, tardé demasiado en tener hijos y aunque estiré mi carrera futbolística todo lo que pude y un poquito más, nunca llegué a tener esa oportunidad.
Jugar estos partidos con ellos significa mucho para mí. Lo disfruto por los cuatro costados. Me encanta volver a sentir el balón en los pies, comprobar que mi cabeza sigue funcionando, aunque mis piernas vayan a otro ritmo, y que todavía puedo regatearme a un defensa (mucho más alto que yo, aunque tenga 14 años), llegar hasta la línea de fondo y dar el pase de la muerte a mi capitán para que la rompa con su zurda de oro por toda la escuadra.
Es difícil de explicar lo que siento. No solo es conectar con esa parte de mi tan importante en mi vida, es como volver a escuchar una canción después de muchos años y conocer perfectamente la letra, es lo único que se me ocurre para describir ese sentimiento. Ya os comenté desde el principio que mis talentos literarios eran limitados.
Si a todo eso le añades el disfrute de jugar con tus dos hijos y ver cómo cada día que pasa lo hacen mejor y lo disfrutan más, aunque ninguno de los dos tenga nada que ver conmigo futbolísticamente, entonces te queda una tarde redonda.
Para rematar la jornada futbolística, los chicos había invitado a varios de sus amigos a ver la final de la Champions, así que la pobre Jara estaba deseando que acabara el partido para poder irse a dormir.
En fin, un fin de semana totalmente futbolístico en el que he vuelto a disfrutar de un deporte que me ha hecho muy feliz durante muchos años.
En cuanto a lo que está por venir, simplemente contaros que este viernes corro mi cuarta Backyard Ultra. En la primera conseguí hacer 10 vueltas, en la segunda 15, en la tercera 12 y mi objetivo esta vez es llegar a las 20. Unos 134 km. Si estás por Los Molinos este fin de semana y ves a unos locos corriendo por los mismos sitios una hora tras otra, por allí me podrás buscar…o quizás prefieras que no te relacionen con esa gentuza que corre a altas horas de la madrugada.
Si veis que el miércoles de la semana que viene no tenéis noticias mías, ya sabéis porque es. Quizás para el martes sea capaz de empezar a mover los dedos de las manos.
En fin, tendré que hacer un esfuerzo porque es posible que ya pueda revelar ya uno de los proyectos en los que he estado trabajando y que más ilusión me hace, así que, si queréis conocerlo, tendréis que esperar una semana más.
Por mi parte, puedo prometer y prometo, que si no he conseguido salir de la cama os lo haré saber.
I don´t care
Ya, ya, lo sé, vaya mierda de post el de esta semana, ninguna lección pseudo moral ni ninguna experiencia motivadora.
No sé si esto de forzarme a escribir todas las semanas va a ser bueno, quizás mi vida no tenga tanta enjundia como para ser contada semana a semana, quizás me haya venido arriba con algunos halagos de unos pocos buenos amigos y me haya creído algo que no soy.
No lo sé, pero creedme, no me importa.
Os diré lo que me importa:
Me importa la cara de tristeza de mi hijo (estamos ya a martes) al enterarse de que ha sacado un 4 en el global de matemáticas.
Me importa poder ir a recoger a las niñas al colegio cada día, aunque me caiga una tormenta de granizo que me empape hasta los huesos, como ha sucedido hoy.
Me importa poder ir a buscar a la pequeña cuando me llaman del cole para decirme que le vuelve a doler la tripa.
Me importa poder organizar y jugar un partido de fútbol con mis hijos y sus amigos para celebrar su cumpleaños.
Me importa crear un espacio en el que mis hijos y sus amigos se sientan seguros y queridos.
Me importa poder correr algún día con África.
Me importa no perderme ningún concierto de Unai.
Me importa poder liberar a mi mujer de tareas cotidianas para que tenga tiempo de atender tareas espirituales de las personas cercanas que lo necesitan.
Me importa ser un padre presente que acompaña, aconseja, se cabrea, grita, se equivoca, mete la pata y mil cosas más, pero que está.
Esto es todo lo que me importa y no hay más.
Veo tus pensamientos
Sé que me quieres
A veces duele
Pero sabes que algunas cosas
Es mejor no decirlas nunca
Porque no tienes que decir que me amas
Y no tienes que decir que te importo
No, no tienes que decir que me amas
Baby, está bien
Porque, cariño, no me importa
Oh, cuando te digo nena, no me importa
Oh, baby, por favor créeme, no me importa
Well, you can give me all your love
And anything else you got too
But don’t pay it any mind
If it seems like I’m acting cool
Well, you can dress me in your mirror
Give me kisses forever and a day yeah
But there’s just one thing
You don’t have to say
You don’t have to say you love me
And you don’t have to say any prayers
No, you don’t have to say you love me
Baby, it’s alright
‘Cause honey, I don’t care
Oh, baby, I don’t care
Oh, honey, I don’t care
Oh, honey, I don’t care
Well, you can turns the lights down low
Somethings are better that way
And you can tell me all your stories
But please, spare me the plays
‘Cause you don’t have to say you love me
And you don’t have to save any tears
No, you don’t have to say you love me
Baby, it’s alright
‘Casue, honey, I don’t care
Oh, honey, I don’t care
Oh, baby, I don’t care
Oh, honey, I don’t care
Deep in your eyes
I see your thoughts
I know you want me
Sometimes it hurts
But you know that some things
Are best left never said
‘Cause you don’t have to say you love me
And you don’t have to say you care
No, you don’t have to say you love me
Baby, it’s alright
‘Cause, honey, I don’t care
Oh, when I tell you baby, I don’t care
Oh, baby, please believe me, I don’t care
Oh, when I tell you baby, I don’t care
Oh baby, please believe me, I don’t care
Oh baby, please believe me, don’t you see that I don’t care
Oh baby, I don’t care
Oh, baby, I don’t care
You know, you know baby, I don’t care
You know, you know
That you don’t have to say you love me
And you don’t have to say you care
No, you don’t have to say you love me
Baby, it’s alright, oh honey, it’s alright
Oh baby, I don’t care
Oh honey, I don’t care
Bueno, puedes darme todo tu amor
Y todo lo que tengas también
Pero no le des importancia
Si parece que estoy actuando bien
Bueno, puedes vestirme en tu espejo
Dame besos para siempre y un día sí
Pero solo hay una cosa
No tienes que decirlo
No tienes que decir que me amas
Y no tienes que decir ninguna oración
No, no tienes que decir que me amas
Baby, está bien
Porque cariño, no me importa
Oh, nena, no me importa
Oh, cariño, no me importa
Oh, cariño, no me importa
Puedes bajar las luces
algunas cosas son mejor así
Y puedes contarme todas tus historias
Pero por favor, ahórrame las obras
Porque no tienes que decir que me amas
Y no tienes que guardarte ninguna lágrima
No, no tienes que decir que me amas
Baby, está bien
Porque, cariño, no me importa
Oh, cariño, no me importa
Oh, cariño, no me importa
Oh, cariño, no me importa
En tus ojos
Veo tus pensamientos
Sé que me quieres
A veces duele
Pero sabes que algunas cosas
Es mejor no decirlas nunca
Porque no tienes que decir que me amas
Y no tienes que decir que te importo
No, no tienes que decir que me amas
Baby, está bien
Porque, cariño, no me importa
Oh, cuando te digo nena, no me importa
Oh, baby, por favor créeme, no me importa
Oh, when I tell you baby, I don’t care
Oh baby, por favor créeme, no me importa
Oh nena, por favor créeme, no ves que no me importa
Oh baby, no me importa
Oh, nena, no me importa
Sabes, sabes nena, no me importa
Sabes, sabes
Que no tienes que decir que me amas
Y no tienes que decir que te importo
No, no tienes que decir que me amas
Nena, está bien, oh cariño, está bien
Oh baby, no me importa
Oh cariño, no me importa
Ay Marcos, yo quiero que sigas escribiendo. Y gracias por recoger a Dani del cole con la granizada que cayó. Yo sí vi como llegaba tercera Afri a la meta, orgullo de tía postiza jeje. Y vi que Unai no corría y le pregunté y me contestó que quería estar bien para el concierto de la tarde;y que correr el Cross del cole no tiene que ser obligatorio, aunque el pesado del profe de gimnasia se empeñe y este lloviendo y le di un abrazote pq es inmenso. Y el concierto fue un éxito! ❤️ Molais todos! Yo estoy con Ibón, odio las mates
Este espacio, este espacio… Este rato en el que me siento a leerte, hace que mi día comience de otra manera, te lo juro.
Una semana más, gracias mi querido Spach!
Verdad que sí! Los miércoles empiezan bien leyendo a Marcos
Eso déjalo que me haces llorar todas las semanas….
¡Ánimo, Ibón! Seguro que acabas venciendo a las Mates…
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