La habitación de mi hermana mayor estaba al final del pasillo que daba al hueco de la escalera, a la izquierda del armario donde se guardaban las mantas del invierno y algunos tesoros fascinantes, o al menos eso me parecía a mi siendo un niño.
Los posters de Bruce decoraban las paredes blancas de la habitación y podías escuchar sus canciones según ibas subiendo las escaleras.
“Demasiado famoso y un poco blandito”, pensaba yo para mis adentros.
Pero si miraba más adentro todavía, pensaba “Pero me mola”.
Eso no podía reconocerlo, no podía aceptar un artista que sonará en los 40 y que además hubiera sido descubierto por mi hermana.
Nah!, olvídalo! Y seguía en dirección a mi habitación por las otras escaleras canturreando sin darme cuenta
Well I got this guitar
And I learned how to make it talk
El miércoles pasado cantaba esa misma estrofa con el corazón en la mano agradeciendo a mi hermana mayor que no se rindiera y que insistiera en enseñarme lo que ella sentía al escuchar sus canciones.
Esta vez, y por primera vez en mi vida, acudí solo a la celebración. Bueno, en realidad fui con otra de esas personas que tanto me han enseñado musicalmente a lo largo de mi vida.
Los recuerdos con ambos, con mi hermana y con mi amigo, se remontan más o menos a la misma época, cuando con 5 ó 6 añitos nos sentaron juntos en el mismo pupitre. Pudiera parecer que sucedió simplemente por una cuestión alfabética, pero yo quiero creer que hubo algo mucho más grande que nos juntó.
En realidad, sé que fue algo más grande, porque, aunque la vida nos ha llevado por diferentes pupitres, siempre acabamos encontrando esos dos asientos juntos pegados a una melodía o a un solo de guitarra.
Así que, gracias Borja por compartir tu vida conmigo.
Lamentablemente, una barrera nos separó esta vez. Nada metafórico en este caso. Él tenía entrada de pista delantera y yo había cogido de pista trasera y aunque estuvimos estudiando la posibilidad de, digamos, incorporarme disimuladamente a esa pista delantera, al final, no hubo manera.
Así que me tocó ver, vivir y sentir el concierto yo solo, rodeado de miles personas, pero solo. Sin abrazos en las canciones, sin saltos en los estribillos, sin miradas cantadas, sin brazos en alto.
¿Solo? En realidad, no estaba solo, tenía a mi hermana junto a mi.
Pero sobre todo tenía miles de conversaciones conmigo mismo tratando de averiguar quien soy, tratando de desenmarañar el ovillo que esas mismas conversaciones cruzadas habían formado en mi cabeza.
Cada vez que conseguía quitar algún nudo, otro se formaba sin darme cuenta y sin saber de dónde venía.
One, two, a one, two, three, four, y entraba la batería de Max retumbando en mis pensamientos y la guitarra de Nils me decía que no me iba a dejar rendirme.
Era entonces, cuando los ojos se me llenaban de lágrimas, y con el corazón en mis cuerdas vocales, yo le respondía: No retreat, baby, No surrender!
De repente algún nudo se había soltado y me dí cuenta que dos corazones son mejor que uno y que el mío siempre late al ritmo que me marca el de Paula, aunque me quede sin palabras para expresarlo o aunque a veces, demasiadas, pierda el ritmo y no sepa en qué punto de la canción estoy.
Las pantallas del concierto enfocaban al público que cantaba al unísono todas las canciones. Eran las mismas personas que estaban en el Calderón el 5 de mayo de 1993, los mismos corazones hambrientos con la cara surcada por arrugas, como si fuera la Telecaster de Bruce, y el pelo plateado en el mejor de los casos, o simplemente sin pelo.
Ellos, al igual que yo, habían venido buscando la tierra prometida en cada una de las estrofas de las canciones de ese chaval que un día se subió en un coche para largarse de esa ciudad llena de perdedores.
¿Soy yo uno de esos perdedores? Me pregunto mientras veo como él y Mary salen de la ciudad sin mirar atrás.
La respuesta desgraciadamente no está en ninguna de sus canciones, a veces dudo incluso que esté dentro de mi.
No lo sé, no lo sé. ¿Cómo voy a ser un perdedor si la vida me ha regalado tanto? ¿Cómo voy a ser un perdedor si la vida un día me puso delante a Paula y yo solo tuve que decir: “She´s the one”?
¿Cómo te atreves si quiera a pensarlo? ¿Cómo puedes ser tan egoísta?
Todos esos pensamientos me llegan en mitad del concierto como una bola gigante de derribo que se lleva por delante ovillos, nudos, dudas y preguntas.
If I Should Fall behind
Sí, la respuesta tiene que estar dentro de mi, solo tienes que seguir buscándola, solo tienes que sumergirte en ese río a veces tranquilo a veces revuelto, bucear bien profundo y aunque duelan los pulmones, seguir buscando, porque sé que yo he nacido para correr.
El sábado por la noche, con Paula de viaje introspectivo por Asturias, me sumergí en ese río revuelto completamente desnudo y con un boli en la mano para enfrentarme a todo lo que iba a ir encontrando.
Durante más de tres horas escribí, escribí a mano, busqué y me busqué. Ese boli era el timón que me indicaba el camino que debía tomar en cada momento.
Pedí perdón, varias veces, resolví algunas dudas y me encontré con otras, me enfrenté a mi mismo buscando derribar algunas barreras.
Conseguí derribar algunas, conseguí abrir una fisura en otras y unas pocas se mantuvieron impasibles ante mis embestidas. Quizás no se trate de derribarlas, quizás sea suficiente sortearlas.
Cuando estaba cansado de tantos cabezazos contra la pared, dejé de luchar contra esos gigantes para darme cuenta de que había vuelto al camino que nunca debí abandonar, el camino que un caluroso día de verano, en el mismo lugar que habían hecho mis padres, hice una promesa:
Dijimos que caminaríamos juntos,
Que si nos perdíamos en el crepúsculo
Si mientras caminamos una mano se suelta
Te esperaré
Y si me quedo atrás
Espera por mi
Juramos que viajaríamos, cariño, uno al lado del otro.
Nos ayudaríamos mutuamente a mantener el paso
Pero los pasos de cada amante son tan diferentes
Pero te esperaré
Y si me quedo atrás
Espérame
Ahora todos sueñan con un amor duradero y verdadero
Pero tú y yo sabemos lo que este mundo puede hacer
Así que hagamos nuestros pasos claros que el otro pueda ver
Y yo te esperaré
Si me quedo atrás
Espérame
Ahora hay un hermoso río en el valle.
Allí, bajo la rama del roble, pronto nos casaremos.
Si nos perdemos a la sombra de los árboles del atardecer…
Te esperaré
Y si me quedo atrás
Espérame
Cariño, te esperaré
Si me quedo atrás
Espera por mi
We said we’d walk together baby come what may
That come the twilight should we lose our way
If as we’re walking a hand should slip free
I’ll wait for you
And should I fall behind
Wait for me
We swore we’d travel darlin’ side by side
We’d help each other stay in stride
But each lover’s steps fall so differently
But I’ll wait for you
And if I should fall behind
Wait for me
Now everyone dreams of a love lasting and true
But you and I know what this world can do
So let’s make our steps clear that the other may see
And I’ll wait for you
If I should fall behind
Wait for me
Now there’s a beautiful river in the valley ahead
There ‘neath the oak’s bough soon we will be wed
Should we lose each other in the shadow of the evening trees
I’ll wait for you
And should I fall behind
Wait for me
Darlin’ I’ll wait for you
Should I fall behind
Wait for me
Gracias amigo!! Por muchos más conciertos juntos!!
Que buen post y buenas reflexiones . Yo también estuve el miércoles y fue un buen recuerdo !!
¡¡¡Vaya forma más terapéutica de reencontrarse con uno mismo!!!