Las discusiones en clase para decidir el destino del viaje de fin de carrera fueron bastante intensas. Al final nos decantamos por hacer una ruta por Europa. El viaje de ida lo hicimos en autobús pasando por Burdeos, Brujas, Amberes hasta llegar a Ámsterdam, donde pasamos tres días.
De ellos solo me queda una nebulosa de recuerdos y el nombre de un Coffee, el Rockerij. Soy consciente de que después nos subimos de nuevo al autobús rumbo a Paris. Antes de llegar a nuestro hotel, una parada a las 4:00 de la mañana en las afueras de la ciudad y una mano que me despierta suavemente: “Marcos, tú sabes francés, ¿no?” El conductor no tenía ni idea de donde tenía que ir y se negaba a preguntar, lo que provocó que tuviera que echar mano de las lecciones de francés del colegio para hacer de guía improvisado hasta que conseguimos, después de varias vueltas y un par de horas, dar con el maldito hotel.
Ese viaje de fin de carrera era mi último clavo ardiendo. Aunque en el fondo sabía perfectamente que no había posibilidad esperaba que la magia de los canales de Ámsterdam, la confusión que reinaba en sus Coffee-shops o la luz de la ciudad del amor obraran un milagro y algo sucediera. En realidad, algo sucedió, con el pequeño inconveniente que no fui yo el protagonista.
De aquello no tuve conocimiento hasta que un día, ya en Madrid, el protagonista, el Chalamon, quiso acompañarme al autobús, lo cual me pareció bastante extraño. Con cierta dificultad y eligiendo muy bien sus palabras, procedió a contarme lo sucedido durante el viaje para que no me enterara por otro lado. Aquello me pareció una muestra de honestidad, de lealtad y de valentía que me conmovió y, a pesar de mi sorpresa inicial y el dolor por el puñetazo ficticio recibido en la boca del estómago que me dejó un rato sin poder articular palabra, le convirtió en merecedor de mi amistad para siempre.
Nada más subir al autobús, todavía bastante aturdido por el golpe que acababa de recibir, tomé una decisión irrevocable. Aunque la idea de lanzarme a la aventura británica ya rondaba mi cabeza y había empezado a tomarlo como una posibilidad, aquella confesión se convirtió en el empujón definitivo. Necesitaba huir, salir, conocer otras cosas y olvidarme de todo. En cuanto acabara la universidad me iba a Inglaterra a buscarme la vida y a romper con todos mis fantasmas.
Había que cambiar de plan, ahora mi prioridad era terminar y tratar de ahorrar todo lo que pudiera para afrontar los primeros meses en un país extraño que sabía que iban a ser difíciles.
Aquel verano no firmé el contrato, sino que decidí seguir siendo extra asumiendo el riesgo de no trabajar mucho porque no quería tener ninguna atadura. La decisión me salió perfecta porque fue el verano que más trabajé, mañanas, noches, domingos… otra vez la cercanía jugó a mi favor y en cuanto se sentían un poco agobiados me llamaban y por supuesto, allí iba yo. ¿Te quedas por la noche?, por supuesto, ¿Te quedas a la barra libre?, por supuesto. ¿Vienes mañana a las 11:00 a montar?, por supuesto. ¿Puedes venir …?, sí, por supuesto. De esa manera conseguí reunir un capital suficiente para estar dos o tres meses sin pasar demasiadas penurias, o eso pensaba yo.
En junio de 1999 suspendí dos asignaturas, Econometría II y Sistemas de información. Durante el mes de Julio acudí, junto a Jesús/Ludo y a Miguel/Kelone otro compañero de clase, a una academia para la primera asignatura y el mismo día que acabó la academia, cogimos el Golf de mi hermano que fue bautizado como el Rage CAR, y El Ludo, el Kelone y yo pusimos rumbo a Torrevieja. Allí cogimos una plaza en el Camping La Marina e inicialmente contratamos todo, plaza para la tienda, parking para el coche, electricidad, nevera, etc. Al segundo día, viendo que nuestros recursos financieros empezaban a verse mermados, empezamos a prescindir de lujos innecesarios hasta que nos quedamos únicamente con la tienda y el coche.
Nuestro horario era justo el opuesto al de la mayoría de la gente del camping. Cuando llegábamos por las mañanas, saludábamos a los turistas alemanes: “Guten tag”, nos decían ellos, a lo que respondíamos con un educado: “Taken, taken”, mostrando nuestro absoluto dominio del idioma. Como a esas horas empezaba a apretar el calor, la tienda se convertía en un verdadero asador de pollos y no podíamos descansar, así que el primer día, poniendo en práctica todos nuestros conocimientos y dilatada experiencia en el mundo del camping, decidimos coger las toallas y buscar una sombrita en la piscina para pasar allí tranquilamente las siguientes horas en brazos de Morfeo.
No llevaríamos ni media hora de relax cuando una música atronadora nos sobresaltó para comprobar como un gran grupo de turistas, rojos como tomates, movían sus, digamos, desproporcionados cuerpos, animados todos ellos por un enclenque monitor de aquagym que gritaba sin parar con una voz de pito insoportable: “and one, and two, come one, move your body”. Por un momento pensé que estaba en el infierno de Dante purgando todos mis pecados anteriores.
Afortunadamente, conocíamos a unas amigas que tenían un chalet con piscina, prácticamente pegado al camping, que nos hicieron un hueco para pasar las sofocantes tardes de Alicante y nos permitían bañarnos allí. No sé qué hubiera sido de nosotros sin ese oasis de tranquilidad.
Durante esas vacaciones, Extremoduro puso la banda sonora y el disco “Canciones prohibidas” sonaba continuamente en la radio del Rage car. En particular la canción “Salir” que contiene una frase que definía perfectamente nuestra actitud durante esos pocos días de vacaciones.
“Para algunos, la vida es un camino empedrado de horas, minutos y segundos
Y yo, más humilde soy
Y solo quiero que la ola que surge en el último suspiro de un segundo
Me transporte mecido hasta el siguiente”
El texto es un fragmento de un poema de Santos Isidro Seseña, llamado “La mala gana” y del que no se sabe mucho más. Durante esa semana vivimos pensando únicamente en el siguiente segundo, siguiendo esas sabias palabras y dejando que la vida nos llevara donde quisiera. Las canciones, igual que todo en la vida, pueden tener varias interpretaciones y esta también tenía una cara amarga que se me clavaba en mi cabeza cada vez que Robe cantaba eso de: “Llegar a la cama y joder qué guarrada sin ti”.
Ya en el mes de septiembre, revisando los interminables listados de notas pegados en las vitrinas de la pared de la universidad y después de varias verificaciones sujetando bien el dedo con la otra mano para evitar el tembleque provocado por los nervios, observamos, con alivio, que las notas de las dos asignaturas certificaban que, por fin, habíamos terminado la carrera y Jesús (El Ludo), Javier (El Chalamon) y yo (Hammond) comenzamos a ultimar los detalles de otro viaje que cambiaría nuestras vidas y nuestra manera de afrontar el mundo.
Con el billete de avión destino a Luton, con 38 grados de fiebre consecuencia de una noche de excesos y despedidas con mis cinco hermanos, con una bolsa de deportes enorme que me había prestado mi amigo Víctor, con un cassete con CD y varios porta CD´s con una selección de música y, sobre todo, con el apoyo de mis dos amigos, empezaba uno de los mejores años de nuestras vidas.
En toda esta historia no hay ni buenos ni malos, sino simplemente personas que buscamos nuestros propios caminos que, inevitablemente, se cruzan con los de otras. Momentos de aprendizaje por los que hay que pasar, aunque duelan. Si yo lo pasé mal fue por mi falta de determinación y de valor que, en el fondo, me dolían más que el propio rechazo o la falta de interés por mi persona.
María nunca se portó mal conmigo, siempre tenía una sonrisa para mí, pasamos muy buenos momentos, compartimos cosas, experiencias, viajes y nos reímos mucho porque me encantaba hacerla reír y estoy seguro de que nunca quiso hacerme daño. Además, todas esas vivencias desembocaron en muchas otras cosas que, después de los años, han resultado realmente valiosas: una amistad sincera e irrompible con mis dos compañeros de viaje, un aprendizaje de la vida en un país que no era el mío, un saber enfrentarme a lo desconocido y un conocimiento de mí mismo que siguió forjando la persona que soy ahora.
A día de hoy, mantenemos cierto contacto vía Facebook y sé que la vida le va bien y creo, por lo que veo, que es feliz, de lo cual me alegro profundamente. Así que, como sé que lo estarás leyendo, María, después de 25 años, gracias por haber formado parte de mi vida.
Tú
Harta de tanta duda
Yo
De preguntarle al viento
Tú
¿Qué dónde conocí a la luna?
¿Yo?
¿Qué en qué coño ocupo el tiempo?
En salir, beber, el rollo de siempre
Meterme mil rayas, hablar con la gente
Llegar a la cama y ¡joder, que guarrada! Sin tí
Voy que ni toco el suelo y espantao hasta las nubes
No sé si son tus besos o este tripi que me sube
Ya no me acuerdo de na, que todo era de colores
¿Dónde estarán los besos? Se los han quedado las flores
Salir, beber, el rollo de siempre
Meterme mil rayas, hablar con la gente
Llegar a la cama y joder que guarrada sin tí
Y al día siguiente
Y al llegar a casa me saludan
¡Oye!, ¿dónde vas cabrón?, ¿dónde te has metido?
Te aseguro que no he estao de más, que no he perdido el tiempo
Que lo he gastado en
Salir, beber, el rollo de siempre
Meterme mil rayas, hablar con la gente
Llegar a la cama y joder que guarrada sin tí
Y al día siguiente
Para algunos, la vida es galopar por
Un camino empedrado de horas
Minutos y segundos
Yo, más humilde soy
Y sólo quiero que la ola que surge
Del último suspiro de un segundo
Me transporte mecido
Hasta el siguiente
Salir, beber
Salir, beber, el rollo de siempre
Meterme mil rayas, hablar con la gente
Llegar a la cama y joder que guarrada sin ti
Y al día siguiente
Salir, beber, el rollo de siempre
Meterme mil rayas, hablar con la gente
Llegar a la cama y joder que guarrada sin ti
Y al día siguiente
Ya no me acuerdo de ná
Que todo era de colores
¿Dónde estarán los besos?
Se los han quedao las flores
Salir, beber
Salir, beber, el rollo de siempre
Meterme mil rayas, hablar con la gente
Llegar a la cama y joder que guarrada sin ti
Y al día siguiente
Ya no me acuerdo de ná
No debía haber tanta nebulosa en tu cabeza cuando, muchos años después nos llevaste a esos coffees sin mucha dificultad
Bueno, entre esa primera ocasión y la última en la que fui con todos vosotros, tuve que ir como 5 ó 6 veces más para ir recordando.
Sin palabras me dejas…
Pues dime adiós con las orejas
Otra maravillosa historia de amor, humor y dolor (como la vida misma, la de tod@s y cada un@ de nosotr@s), y una canción también maravillosa que nunca me cansaré de escuchar, un canto al hedonismo que nos llena los vacíos del alma.
¡Gracias mil, amigo!
Pues si, no soy tan diferente al resto y todos hemos pasado por ahí!!
Gracias a ti!!!
Hammonnnnd ! :))) No quería dejar pasar algunos capítulos sin dejar alguna reflexión. Primero, destacar la valentía con la que estás escribiendo estas memorias y entras en aspectos tan personales de tu vida. Creo que todos te estamos conociendo aún mejor después de leerte, y eso es bonito. Pienso además, que todos deberíamos escribir nuestras memorias para conocernos mejor, aunque dudo mucho que consiguiéramos hacerlo con el arte que estás demostrando, esa unión entre la vida y la música, nos estás haciendo vibrar a tod@s los que te conocemos mamón!!, y me atrevería a decir que a los que no te conocen también jeje. Quiero que sepas que siento mucho ser el protagonista de uno de los episodios dolorosos de tu vida, aunque ya sabes que para mi la historia tampoco acabó bien… pero como tu bien dices, y yo lo creo también, aquel suceso nos unió más todavía, y nos precipitó a tomar una serie de decisiones que marcarían nuestras vidas y nuestra amistad para siempre, ya que tu tomaste la decisión de ir a Inglaterra y nos arrastraste al Ludo y a mi, con todo lo que ello supuso. Agradezco también la manera con la que extraes lo positivo de las experiencias mas sensibles. Ole !
Las cosas fueron como fueron, y ello nos llevó a vivir lo que vivimos, a como estamos ahora y lo que somos hoy… al final las cosas pasan por que tienen que pasar.. y yo me alegro por ello.
Estoy deseando leer las tuyas!!! Fuiste protagonista involuntario de aquello y protagonista voluntario de muchas muchas muchas otras cosas maravillosas por las que hemos pasado…la balanza se decanta claramente a tu favor y probablemente sin aquello no hubiéramos llegado a lo de ahora. Eres un fenómeno y te quiero mucho amigo!!!
Que memoria tienes Marcos! Yo creo que suspendí 2 asignaturas en toda la carrera y no me acuerdo de cuáles!!