Hoy hablaremos de rarezas.
El otro día hablábamos.
Un día lejano.
Quiero encerrarte en una habitación hasta que te des cuenta de tu valor. Quiero llevarte a un viaje muy alejado de todo lo que tenemos en común o tuvimos en común.
Sí, todos tenemos rarezas. Hoy os voy a contar algunas de las mías.
Antes de eso, y cambiando de nuevo la estructura de la historia de hoy, os hablaré primero de la canción.
Esta vez el viaje en el tiempo nos lleva directamente a las oficinas del cuartel del ejército del aire en Getafe. Para los que os hayáis incorporado tarde a esta autobiografía sonora, os haré un pequeño resumen por deferencia, pero que sepáis que tenéis mucho pendiente por leer, si os apetece, claro.
Nada más sacar el título oficial de Técnico de empresas y actividades turísticas (¡que nombre tan largo!), recibí la llamada de la Patria y me incorporé, con todo el dolor de mi corazón, al ejército español.
Lo más relevante que saqué de esos nueve meses de disciplina y obediencia ciega (que me negué a soportar nunca más), fue una interesantísima colección de grupos de punk rock californiano de la época (años 90) de mi amigo Iván que me acercaba todos los días del cuartel a la estación de metro más cercana.
El final de la mili coincidió con el comienzo de mi segunda carrera universitaria, Dirección y administración de empresas (joder con los nombrecitos). Estaba a punto de despegar, en todos los sentidos imaginables, en la vida.
No diré más, tendrás que leerlo. Casi mejor si lo haces en orden.
Uno de esos grupos es el que hoy os traigo. Quise que estuviera en la lista, pero se quedó a las puertas.
Es una de esas rarezas que tanto me gustan. Un grupo que podría apostar todo lo que tengo (te llevarías una buena deuda si ganas) a que ninguno de vosotros la conoce (Borja, tu no cuentas).
¿Quién será este Borja? Te preguntarás otra vez si eres de los nuevos.
La respuesta es la misma: tienes mucho que leer.
Y como últimamente al resto os veo poco participativos en los comentarios y quiero animar esa parte un poquito (para mi son la mejor parte de todo el blog, más que nada porque no los escribo yo, bueno las respuestas sí, que todavía no tengo a nadie escribiendo por mí), venga, sed sinceros, que levante la mano quien NO la conozca.
Si digo que levante la mano quien la conozca, al final me quedo de nuevo todo el día esperando los comentarios mientras el mismo grillo de siempre emite sus aburridos sonidos, cri-cri, cri-cri, y me enseña su diminuto y negro dedo corazón con desprecio.
Coñas, aparte, su disco Hot Boxing, es potente pero no tiene nada que ver al típico sonido de bandas como Green Day o Offspring, mucho más comerciales. Si os gusta este tipo de música o si te fías de mi criterio, búscatelo y dale una escuchada. Perfecto para salir a correr, perfecto para subir el volumen en el coche y darlo todo sin importarte que te vean los otros conductores, perfecto para echarte unos bailes locos con tus hijos o perfectos para no escuchar al pesado de tu compañero contar las historias del fin de semana…y eso que estamos a miércoles, hay algunos que no tienen fin.
Si quieres, puedes escucharlo y escribes el comentario después.
Y así, sin comerlo ni beberlo, ya os he contado una de mis rarezas. Me encanta ir solo en el coche y subir el volumen cuando aparece una de “esas” canciones.
Inconscientemente, me aclaro la garganta mientras dejo que el riff de guitarra introduzca la voz principal y en cuanto entra el cantante, allá voy yo.
Normalmente todas las canciones comienzan con un tono que puedo acompañar. Me lo creo, me vengo arriba, empieza el problema cuando el cantante sube medio tono.
Subo un poco el volumen, para escucharme menos, y voy a por ello.
Mis cuerdas vocales empiezan a quejarse, pero me da igual, yo tengo delante a miles de almas que cantan junto a mí. Un poco forzado, pero llego.
Llega el estribillo, We´re half way there, ooooooooooo, ooooooouuuu, cliiiiinkkkk, primera cuerda vocal rota.
Da igual, la canto como me salga de los huevos, como me enseñó mi padre. El espectáculo debe continuar, pienso yo, mientras un conductor se parte de risa al adelantarme.
Sí, también soy de los raros que les gusta utilizar el carril de la derecha en la autopista y que me adelanten los que quieran.
El problema llega cuando te encuentras a uno circulando por el carril central o incluso el tercero a 90, con los brazos en un ángulo mucho menor que 90, que parece que quieren conducir con la barbilla.
¿Qué hacer en esos momentos?
Esta sí que va a traer polémica. Todos somos los mejores conductores del mundo.
Yo soy de la opinión que, si yo voy por mi carril derecho tranquilamente adoptando los consejos de nuestra querida DGT, sin pasar de 110 para que me dure más el depósito y cantando a grito pelao la canción que toque en ese momento, no tengo porqué cambiarme uno o dos o tres carriles para adelantar correctamente al susodicho.
Yo me mantengo en mi carril y le adelanto mientras cumplo escrupulosamente con las normas del código de circulación.
¿Opiniones?
Vamos con otra.
Lo dejo bien claro.
No me gusta la cerveza. Hubo una época en la que lo intenté convencido por ese viejo mito de que la cerveza no le gusta a nadie la primera vez. Es como el sexo, decían. La primera no te gusta del todo, pero quieres más hasta que te tomas 18.
Pues no, no me gusta la cerveza. Lo siento.
Prefiero la Coca-cola. Pero no cualquiera. Tiene que estar bien preparada. Una Coca-cola perfecta es la siguiente:
Coloca un vaso de sidra al menos con media hora de antelación en el congelador. Si eres ya súper friki del hielo, puedes directamente poner los hielos en el vaso y meter todo al congelador.
Mientras, la lata ha de estar convenientemente situada en la nevera para que alcance la temperatura óptima de servicio.
Venga, otra polémica ¿Lata o botella?
Por supuesto, nada de Zeros, ni lights, ni nada.
Mi favorita, sin duda alguna, la botella de cristal de 33 cl. que a veces encontramos cuando viajamos al norte. Lo tiene todo, el material óptimo y la cantidad perfecta.
De las de plástico, reniego de todas, si alguna vez vienes a casa, te pido que traigas unas cokes, y traes botellas grandes de plástico, no entras.

Es tan amplio este burbujeante mundo que pierdo el hilo.
Vaso congelado, lata a temperatura deseada, vas vertiendo el deseado líquido marrón en el gélido recipiente. Si has metido el hielo dentro del vaso, en estos momentos empieza a crearse una fina capa de hielo de Coca-cola en la parte superior que confirma la perfección que necesito antes de saborear la chispa de la vida.
Cualquier otra versión de la Coca-cola no consigue la felicidad máxima.
Tampoco tomo café. Sí, es muy posible que me haya tomado un café contigo, pero no lo necesito por las mañanas, ni a media mañana ni después de comer, si lo hago en casa.
Si lo hago fuera y tengo que conducir después, sí que tomo un café. Cortado con hielo. Ahí no soy tan raro.
Yo desayuno Cola-cao. Esos grumitos me derriten el corazón. No puedo remediarlo. La mezcla de tostada con mantequilla, mermelada y grumitos, me alegra el día, cada día.
Me doy cuenta que tengo un problema de adicción con la palabra Cola (menos mal que no es con la palabra Coca), igual eso explica mi tendencia natural a la procrastinación. Yo lo voy poniendo todo a la cola que ya iré sacando cosas pendientes (la cola no, mal pensados) en cuanto tenga un respiro.
También soy raro en eso. Aunque yo lo achaco más bien al desorden reinante en mi cabeza normalmente. En muchas ocasiones entro decidido en una habitación con el convencimiento de ir a hacer algo. Justo antes me detiene la pequeña para preguntarme qué vamos a cenar hoy.
Cagüentó lo que se menea, no he pensado en la cena!!!
Hoy cenamos pasta.
Igual que ayer!!!, protesta la pequeña airadamente.
Al entrar en la habitación he olvidado por completo qué iba a hacer. Me detengo cinco segundos, echo atrás toda la secuencia previa:
Igual que ayer, cenamos pasta, ¿qué vamos a cenar hoy? Ya sé!!! Recoger la ropa sucia del baño!!!
Una de las más grandes, trascendentales y recurrentes preguntas que yo me hago a mí mismo continuamente es:
¿A qué venías?
La mayoría de veces lo recuerdo rápidamente, pero hay otras que tengo que buscar cualquier otra cosa qué hacer (que en casa siempre hay) y disimular ante la mirada inquisitiva de la pequeña.
¿Qué le vamos a hacer si soy un poco percha? Otra rareza, ¿o no?
Otra que me aprisionó durante muchos años era mi incapacidad para integrarme en nuevos grupos, a no ser que estos nuevos grupos vinieran de contactos de mi zona de confort (esto lo cuento en una de las primeras canciones, no recuerdo cual, ya sabes lo que tienes que hacer).
Muy poco a poco he ido rompiendo esas cadenas. Espera, espera, voy a cambiar esa frase.
Muy poco a poco he ido quitándome muchas de esas cadenas, pero todavía tengo algunas. Yo, a estas alturas, las considero como cadenas de seguridad.
El proceso, que hace muchos años era inabordable, ahora sé que es solo un proceso. Solo hay que dejar pasar el tiempo para que vaya abriendo una a una, esas cadenas de seguridad, hasta que soy capaz de liberarme.
A partir de ese momento, no respondo de mis actos y mucho menos de mis coñas.
No siempre ni con todo el mundo lo consigo, pero una cosa os aseguro, cada vez que lo he hecho he conectado con personas especiales. Yo tengo en mi vida varias de esas personas que han ido apareciendo de lugares insospechados.
Hace poco se me fue una. Muchos días la recuerdo con su pañuelico rojo al cuello y su canuto dando el toque perfecto a su gran sonrisa después de dar de cenar a 150 Pamploneses y Pamplonesas que habían salido de casa muchas horas antes para tomar la txistorrica y entre medias se habían bebido media Rioja Alavesa. Ella era acogedora, creo que es la palabra que mejor la define.
Hay personas que te marcan y que sabes que nunca podrás olvidar. Así de raro soy.
Aquí termino por hoy. Son las 3:54 del sábado. No podía dormir, he ido a la cocina a por agua, cuando he entrado, casi piso a un perro, he olvidado el agua, me he puesto a escribir y ahora tengo la boca seca.
¿A qué venía?
A los nuevos os dejo un montón de deberes (¡qué fuerte! ¿Será esto eso de la autoridad?) que podéis hacer si os sale de…ya sabéis la frase de mi padre.
Los demás podéis hablar de vuestras propias rarezas, del grupo más raro que os encante, de la polémica sobre la interpretación del código de circulación o del sexo de los grillos (el que mira a través de la ventana debe de tener poco porque siempre está enfadado).
Incluso podéis hablar entre vosotros, ya sabes emisor, receptor, mensaje, canal…
Pd. Paula, tu mejor no aportes mucho…que tampoco hay que pasarse enseñando rarezas.
We were talking just the other day
A day away from here
And decided to lock you in a room
To let you realize your worth
I want to take you on a trip
So far away from everything
We have in common
Or had in common
We were talking just the other day
A day away from here
And decided to lock you in a room
And let you realize your worth
I want to take you on a trip
So far away from everything
We have in common
Or had in common
Too blind to notice and too numb
To really feel
Consider the virtues and the
Need you really see
When you leave them behind
And watch them unwind
Leave them behind
We were talking just the other day
A day away from here
And decided to lock you in a room
And let you realize your worth
I want to take you on a trip
So far away from everything
We have in common
Or had in common
Too blind to notice and too numb
To really feel
Consider the virtues and the
Need you really see
When you leave them behind
And watch them unwind
Leave them behind
Are you really clear there
Can you really see behind
Hablábamos el otro día
A un día de aquí
Y decidimos encerrarte en una habitación
Para que te des cuenta de lo que vales
Quiero llevarte de viaje
Tan lejos de todo
Lo que tenemos en común
O tuvimos en común
Hablábamos el otro día
Un día lejos de aquí
Y decidimos encerrarte en una habitación
Y dejar que te des cuenta de lo que vales
Quiero llevarte de viaje
Tan lejos de todo
Lo que tenemos en común
O tuvimos en común
Demasiado ciego para notarlo y demasiado insensible
Para sentir de verdad
Considerar las virtudes y la
Necesidad que realmente ves
Cuando los dejas atrás
Y míralos desenrollarse
Dejarlas atrás
Hablábamos el otro día
Un día lejos de aquí
Y decidimos encerrarte en una habitación
Y dejar que te des cuenta de lo que vales
Quiero llevarte de viaje
Tan lejos de todo
Lo que tenemos en común
O tuvimos en común
Demasiado ciego para notarlo y demasiado insensible
Para sentir de verdad
Considerar las virtudes y la
Necesidad que realmente ves
Cuando los dejas atrás
Y míralos desenrollarse
Déjalas atrás
Eres realmente claro allí
Realmente puedes ver detrás
Vamos a ver, maravilloso lo de la cerveza. De repente nos volvemos locos con la cerveza.
Y claro ahora las cerveza ipa, tostada, doble lúpulo…son como pintalabios
Y como decía por ahí alguien. ¿No bebo algo que huela mal?.
Viva el agua.
Y una Coca-cola bien preparada!
Que levante la mano quien también se ha aclarado la garganta cuando ha leído cómo Marcos lo hacía, cuando cantaba a voz en grito en el coche…
O también es una rareza?
Vivo por ella que me da…
Ufff!!! Conozco esa sensación, de echo, no me acuerdo de lo que te quería decir….
Jajajaja, igual en un rato te acuerdas
Eso que te pasa es un clásico en nuestra familia, la gente de fuera lo etiqueta como TDA. Yo prefiero llamarlo MM, es decir, Maravilla Mental, es un buruño de pensamientos agolpándose unos encima de otros que nos complican el día a día, pero que nos dan esa chispa, esa creatividad y ese toque de locura maravilloso. No lo cambio por nada, aunque me pregunte mil veces al día qué coño iba a hacer.
Si, es de familia. Vamos a llamarlo…M&Ms
Se deshacen en tu boca no en tu mano!
Me quedo más tranquilo sabiendo que es genético.
Marcos, me apuntaré la receta perfecta de la Coca Cola para cuando vengáis a casa de nuevo.
La preparación es la misma que la que haces tu, solo cambian el ingrediente principal. Vaso helado y hasta arriba de hielo son elementos comunes
Va a ser que no son tales las rarezas Marquitis..
¿Aceptamos como rarezas las croquetas con azúcar?
Me encanta hacer dibujos sin sentido…lo que salga…escribo también cosas raras…me gusta el agua ardiendo….Guardo botes de cristal…cajas sin uso…no tengo joyas…ni maquillaje….siempre pongo la mano en mi vientre antes de dormir…siempre pierdo un pendiente de cada par…soy orden dentro de desorden…lo de cantar en el coche y aclararse la garganta también!
Lo de las croquetas es más bien una delicatessen incomprendida. Yo tampoco uso maquillaje!
Me meo, ja,ja,jaaaaa
«Un grupo que podría apostar todo lo que tengo (te llevarías una buena deuda si ganas) a que ninguno de vosotros la conoce (Borja, tu no cuentas).»
Menos mal que puse que tu no podías participar, te hubieras llevado unos miles de euros de deuda!!! Jejejeje
Los lentos del carril central son lo peor…a mi tus rarezas me parecen muy normales!!
Cómo se nota que yo también soy de la familia!! Tampoco me gusta la cerveza ( solo si es con limón) y me paso el día preguntándome: qué iba a hacer yo ahora?
Me encantan tus escritos, Marcos. Sigue adelante.
Ah!! y también desayuno Cola Cao
¿Que nos invitas a escribir? Qué p…ada me haces, jajajaja…
¿Y qué serían nuestras personalidades sin «rarezas»?. Yo tengo unas cuantas, la primera que destacaría es que soy un auténtico maniático de la ortografía, hasta el punto de que no perdono ni una tilde ni un signo de apertura de exclamación o interrogación, ¡ni siquiera cuando escribo por WhatsApp! Que soy un repelente, vamos… 🤓😅
En cuanto a las que tú propones:
– Me reconozco un talibán del carril derecho, yo también rebaso por él, aunque vaya circulando a la velocidad máxima legal de la vía. Añado que a los que van por el carril del medio «agarrados/as a la galleta» (expresión de mi padre) les señalo el carril derecho si el tráfico me lleva a ponerme delante de ellos/as. Tampoco soporto a los que «cortan» las rotondas: entran por el carril de la derecha, se dan un paseíto por el carril interior (todo esto sin dar un triste intermitente, claro) y se cruzan para salir de la rotonda de nuevo por el carril derecho, sin importarles quién venga por detrás. 😡 Pero diría que mi mayor «rareza» conduciendo (ya veis que en esto soy bastante especialito) es la de aparcar siempre junto a un coche, o entre dos, aunque haya un montón de sitios juntos libres. Y en batería (perpendicular), meterlo siempre de culo.
– Cola-Cao/Coca-Cola: No es que me disgusten, pero los dejé más o menos cuando conocí la cerveza 😂. A partir de ahí, durante unos 10 años, la Coke sólo con vino y en vaso de mini, y después, no más de dos al año, normales y para quitarme el sueño.
– Cerveza: si por mí fuera, no bebería otra cosa, pero por el bien de mi hígado, a veces tengo que tomarme un vaso de agua para calmar la sed del todo. Lager, IPA, de trigo, de abadía o como quiera que sea. Ni 0,0%, ni experimentos moñas tipo con fresa o con cereza.
Y ahora que ya me he aliviado exorcizando algunos de mis TOCs, respecto al grupo de hoy, confirmarte que no conocía el grupo, que me ha molado el tema y que me apunto la recomendación del disco. La verdad es que me ha sonado a R.E.M. con una chica sustituyendo a Michael Stipe… 🤔
Thanks again, colega! ¡Abrazos para todos/as!
Alfon, vete pensando una canción para la semana que viene, la que tu quieras, la que te motive. Calienta que debutas!!!
Cerveza, solo muy muy muy fría y en días de mucho calor….
Coca cola, aguada….
Y……
¿Yo qué iba a escribir?
Ah, sí…..¡que viva el rebase por el carril de la derecha!
Jajaja, se nota que compartimos educación!!!
Hola primo, caí en esta lectura hoy de tus rarezas. Reconozco q no leo todo, pero de vez en cuando me gusta saber de primo y me pongo. Te doy la enhorabuena por este trabajo. La canción muy buena y tranquilita, y no la conocia no. Rarezas y cadenas unas cuantas, la vergüenza y adapartme a grupos la compartimos, ahí la cervezita sirve, supongo q por eso gusta. un abrazote.
Esas rarezas vienen en el pack Zavala