A mis 10 ó 12 años no había otra cosa que me gustara más en este mundo que jugar al baloncesto. En el colegio estaba deseando que sonara el timbre que indicaba la hora del recreo para salir corriendo al patio central para jugar.
Muchos otros preferían el fútbol, pero yo todavía conservaba las esperanzas de dar un buen estirón en algún momento y mi talento innato se veía reforzado con las horas y horas de práctica que dedicaba prácticamente todos los días.
Al llegar a casa después de coger un metro con varios trasbordos y un autobús que me despertaba de mi pequeño sueño al llegar a la zona de adoquines que precedía a mi parada, merendaba algo y, tras luchar unos breves instantes, muy breves, contra mi conciencia, dejaba la mochila con los libros encima de la mesa y salía a la calle a jugar al baloncesto en mi canasta.
Allí podía pasarme tranquilamente un par de horas practicando el tiro, el bote, entradas a canasta, driblins, y cualquier cosa que se me ocurriera.
Si tenía suerte, algún amigo escuchaba el bote del balón y salía un rato a jugar conmigo. Lo malo para mí es que su conciencia, la de mis amigos, era mucho más fuerte que la mía y eso no solía suceder.
Al pasar tanto tiempo solo tenía que inventarme ejercicios y uno de mis favoritos era tirar el balón contra uno de los muros que delimitaban la pista, cogerlo rápidamente y sin botar, elevarme para tirar, así una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez.
Las grietas del asfalto me indicaban mi posición y viniera de donde viniera la pelota, yo la cogía, me giraba inmediatamente y lanzaba a canasta con un porcentaje de aciertos que ya lo hubiera querido el mismísimo Larry Bird o Stephen Curry (por si hay algún millenial o de alguna de esas generaciones que no acabo de entender).
Con solo mirar al suelo, sabía la dirección, la inclinación, la fuerza y la trayectoria que debía seguir la bola para acabar en ese CHOF que hacía cuando entraba limpia.
¡Adoraba ese sonido!
Con los ejercicios de bote era lo mismo. Practicaba y practicaba los movimientos de Drazen hasta que me salían sin necesidad de mirar la bola. Si en algún momento fallaba, volvía a empezar una y otra vez, una y otra vez hasta que el ejercicio o el movimiento me salía perfecto.
Para conseguir saltar más alto hacía series de 10 saltos con cada pierna hasta que me quemaban tanto que no podía continuar.
Todo esto lo hacía día tras día, una y otra vez, no me hacía falta descansar, en realidad no quería descansar ningún día porque, como he dicho al principio, no había nada que me gustase más en el mundo.
En los partidos diarios de verano, mis amigos se desesperaban conmigo cuando les tocaba jugar contra mi. Daba igual que me defendieran uno o dos a la vez, cuanto más difícil fuera el tiro, más fácil me parecía a mi.
Ellos habrían sacado unas notas estupendas y sus padres les habrían comprado las mejores bicis, pero cuando era el momento de jugar al baloncesto, nadie había practicado más que yo, nadie lo había intentado más que yo, un tiro tras otro, tras otro, un día tras otro y tras otro.
Try (Just a little bit harder)
Hace unos meses os contaba que había encontrado un camino y que estaba en plena ascensión. He estado practicando cada día, intentándolo, cuando algo no me salía bien, volvía una y otra vez a intentarlo.
Me he caído, me he raspado contra la pared, me ha caído un alud encima, me he equivocado de cuerdas y he tenido que desandar el camino, he tenido que destrepar por riscos afilados, me he llenado el cuerpo de rasguños y moratones.
He tenido momentos en los que la tormenta dentro de mi era tan fuerte que estaba totalmente perdido, sin fuerzas para agarrarme, y han sido otras manos las que me han tenido que aguantar para no despeñarme.
Pero no he dejado de intentarlo, una y otra vez, un poquito más fuerte cada vez.
Y cada día me sigo diciendo:
Trabaja un poco más, empuja, trabaja, empuja, muévete.
Y eso hago.
Me lo debo. He elegido este camino y ya no hay vuelta atrás. No sabría volver, no quiero volver, solo puedo mirar hacia arriba y en ese continuo ascender, en ese sujetarme a los más pequeños salientes y equilibrarme en los más minúsculos agarres voy descubriendo mis fortalezas y mi talento.
Inténtalo, intenta, intenta, no lo estás intentando. Sigue, trabaja, muévete.
Tras haber resistido a la fuerza del viento y a la oscuridad de la noche con las manos cubriendo mi cabeza metida entre mis rodillas, los primeros rayos de sol del alba me han permitido mirar alrededor y observar que en realidad no estaba en una cornisa a varios cientos de metros del suelo, sino que estoy en una pequeña pradera en la que montar mi campamento base.
Con un poco de ayuda de aquí y de allá, con la experiencia de otros que ya han pasado por aquí camino de sus propias cimas, con mis manos doloridas y llenas de callos y, a pesar de algunos desprendimientos provocados por gente a la que no le importa quién este más abajo, he conseguido montar mi tienda de campaña donde poder guarecerme del frío, donde poder coger fuerzas para continuar la ascensión, donde poder volver si cojo una vía demasiado técnica para mí, donde poder volver a intentarlo un poquito más fuerte para que pueda dar cada pedacito de mi alma.
Eso llevo haciendo ya más de dos años para todos los que todavía esperáis cada miércoles con ganas para conocer más rincones de mi oscuro corazón. Lo he intentado, lo he intentado cada vez más fuerte, trabajo y trabajo, escribo, me exprimo y sigo escribiendo, porque esto es lo que quiero hacer y si esto es un sueño, no quiero que nadie me despierte.
Y no me importa lo que tarde porque sé que tengo mi campamento base y allí, en un ipod que carga sus baterías con el poder del viento, tengo mi pequeña ración de esperanza en forma de canciones que sé que nunca me abandonaran.
Este es mi campamento:
Sí, ya sé lo que me vas a decir, el nombre no es muy serio, no da un aspecto profesional.
Lo sé, yo tampoco soy muy serio, no quiero serlo.
Al final se trata de conectar con la persona con la que estás hablando, igual que he hecho yo contigo durante estos largos meses.
Si quiero conectar lo tendré que hacer de la mejor manera que sé, hablándote con sentido del humor, con un lenguaje que utilizaría si estuviéramos sentados en un chiringuito de playa viendo el atardecer y tomando una copychuela, mientras una música relajante le da el tono a nuestra conversación.
Eso es el copywriting para mí. Sé que después de varias conversaciones me recordarás y sé que cuando necesites ayuda recurrirás a mi porque habré sabido hablarte como una persona.
También sé que habrá algunas o muchas personas que no estarán interesadas en lo que les tengo que contar o cantar.
Eso no funciona en mi sector, me dirán.
Mis clientes no tienen sentido del humor, insistirán.
Eso no es para mí, afirmarán.
Pues muy bien.
Yo seguiré buscando clientes que sepan reírse, que se emocionen con una canción, que sean capaces de saltar y gritar en un concierto, que sepan abrazar un sentimiento y que quieran disfrutar de la vida.
Y ahora ha llegado el momento de que te pida algo después de haberme mostrado de forma poco decorosa durante las últimas semanas y de haberte regalado una lista de canciones que ya es más tuya que mía.
Quiero que te conviertas en mi eco. Eres mi montaña, a la que miro cada día, haz que mi mensaje recorra los valles y se deslice por los ríos. Suscríbete, si has aguantado todo este tiempo leyéndome, también te va a gustar lo que tengo que contarte desde el campamento base.
Comparte, comparte y comparte.
Amigos, conocidos, familiares, compañeros de trabajo, compañeros de running, de ciclismo, de escalada, de petanca, de teatro o de pintura, amigos de la Universidad, del colegio, Amancio Ortega, ese vecino que tiene la educación de dar los buenos días cada día, la señora con dos perros con la que coincides en el parque y que siempre recoge sus cacas, los padres del equipo de futbol de tu hijo, nunca se sabe quien puede estar buscándome, quizás sin saberlo todavía.
Es lo único que te pido y te prometo que a cambio yo seguiré intentándolo, intentándolo, intentándolo un poquito más fuerte con la misma pasión que Janis.
Try, try, try just a little bit harder
So I can love, love, love him, I tell myself
‘Cause I’m gonna try, oh yeah, just a little bit harder
So I won’t lose, lose, lose him to nobody else, yeah
Hey, I don’t care how long it’s gonna take ya
But if it’s a dream I don’t want No I don’t really want it
Yeah if it’s a dream I don’t want nobody to wake me
Yeah I’m gonna try, oh yeah, just a little bit harder
So I can give, give, give, give him every bit of my soul
I’m gonna try, oh yeah, just a little bit harder
So I can show, show, show him love with no control, yeah
Hey! I don’t care how long it’s gonna take ya
But if it’s a dream I don’t want
No I don’t really want it
Yeah if it’s a dream I don’t want nobody to wake me
Hey, dig it! Yeah! Yeah yeah yeah!
Yeah, yeah, yeah, all right
Try oh yeah, hey, try oh yeah, Lord, Lord, Lord
Try oh yeah, try oh yeah, Lord, Lord, Lord
Try oh yeah yeah, try, whoa, try oh yeah, Lord, Lord, Lord,
Push, work, push, work, oh yeah, try, oh yeah hey!
Try oh yeah, hey try oh yeah
Try Lord, try, try, you ain’t trying man
You’re not trying out man, come up with it
Come on, that’s a wanker that listens to words, man
Hey you gotta work all night
Hey little girl, gotta push on
You gotta need
Work a little more, hey, try a little more
Need a little more
Yeah, work on, push on, move on, move on
You gotta work for it, you gotta work on it
Push on, need on, move on
Move on, hey hey hey
Work it daddy
Work it daddy
Come on, work it daddy, oh
Yeah, yeah, you better try, try, try, try a little more
You ain’t never gonna get any man if that’s the sort of thing you can do
Shit, there’s lot more talent around than that man
Try, try, try, try try try
You’ve gotta try, try, try, try
Inténtalo, inténtalo, inténtalo sólo un poco más fuerte
Para poder amarlo, amarlo, amarlo, me digo a mi misma
Porque voy a intentar, oh sí, sólo un poco más duro
Para no perderlo, perderlo, perderlo con nadie más, sí
Hey, no me importa cuánto tiempo te va a tomar
Pero si es un sueño no quiero No realmente no lo quiero
Si es un sueño no quiero que nadie me despierte
Si voy a intentarlo, oh si, solo un poco mas duro
Así que puedo dar, dar, dar, darle cada pedacito de mi alma
Voy a intentar, oh sí, sólo un poco más duro
Así que puedo mostrar, mostrar, mostrarle amor sin control, sí
No me importa cuánto tiempo te va a tomar
Pero si es un sueño no quiero
No, realmente no lo quiero
Si es un sueño no quiero que nadie me despierte
Hey, ¡diviértelo! Sí, sí, sí. ¡Sí, sí, sí!
Yeah, yeah, yeah, all right
Intenta oh yeah, hey, intenta oh yeah, Señor, Señor, Señor
Prueba oh yeah, prueba oh yeah, Señor, Señor, Señor
Intenta oh yeah yeah, intenta, whoa, intenta oh yeah, Señor, Señor, Señor
Empuja, trabaja, empuja, trabaja, oh yeah, inténtalo, oh yeah hey
Inténtalo oh yeah, hey inténtalo oh yeah
Inténtalo Señor, inténtalo, inténtalo, no lo estás intentando hombre
No lo estás intentando hombre, ven con ello
Vamos, que es un pendejo que escucha a las palabras, el hombre
Hey tienes que trabajar toda la noche
Hey niña, tienes que seguir adelante
Vas a necesitar
trabajar un poco más, intentarlo un poco más
Necesito un poco más
trabajando, empujando, moviendote, moviendote
tienes que trabajar por ello, tienes que trabajar por ello
Empuja, necesitas, muévete
Trabájalo papá
Vamos, trabájalo papi
Mejor que lo intentes un poco más fuerte
Nunca conseguirás a un hombre si eso es lo que sabes hacer.
Mierda, hay mucho más talento alrededor que ese hombre
Inténtalo, inténtalo, inténtalo, inténtalo
Tienes que intentarlo, intentarlo, intentarlo, intentarlo
Marcos!! Unas copychuelas di que sí, es tu estilo, y si no gusta pues no es para ellos. Me ha encantado la comparación de la montaña, yo tb estoy en plena subida, y lesionada…vaya mierdis.
Me estoy leyendo un libro de un chico «loser» es de EEUU la historia, que encuentra en su armario una máquina del tiempo con la que puede ir al concierto que le dé la gana…y me he acordado mucho de ti jjj. Os mando muchos besos a todos
Vas a meter un triplazo
Creo que el éxito no es otra cosa que sacar lo mejor de nosotros mismos y de los demás. Y, por mucha vocación o talento que uno/a tenga para algo, la verdadera diferencia la marca la perseverancia. La tuya nos ha tenido enganchados/as a este blog durante más de dos años: hemos reído y hemos llorado, tus palabras y la música han sido el hilo conductor de nuestros sentimientos y nuestros recuerdos, y eso, desde luego, no se olvida. Nos has ganado para la causa y vamos a ser tus altavoces, ¡Copychuelas.es va a ser un éxito! ¡Un abrazo!