Psssst!, acércate, lo que te voy a contar ahora ha sucedido realmente, pero no quiero decirlo muy alto. Just breathe.
No es fruto de mi imaginación,
ni siquiera es fruto del orujo de hierbas.
Te voy a llevar a un viaje a mi más tierna infancia, te voy a llevar a desiertos agobiantes, a talleres polvorientos rodeados de palmeras que crecían a la orilla del lago principal del oasis, a magia escrita en las estrellas, y a un camino que une recuerdos.
Empezamos.
En la gran mayoría de los hogares de la España de los 70, o eras del Niño Jesús o eras de los Reyes Magos.
Nosotros definitivamente éramos del Niño Jesús. Todo eran ventajas. Venía antes y teníamos mucho más tiempo para jugar con lo que nos hubiera tocado esa Nochebuena.
En casa de mis primos, eran de los Reyes a muerte, y compensaban esa demora de casi dos semanas, con una entrega, digamos, más generosa.
¡Que me perdonen los Reyes!, pero creo que todos mis hermanos y yo preguntábamos con cierta envidia qué les habían traído a los primos, ya cansados de los regalos que habíamos recibido dos semanas antes.
Así que no, en mi casa, convenientemente negociado y firmado entre el Niño Jesús y los Reyes, los de Oriente nunca hacían acto de presencia.
Así que la cabalgata tampoco era una cosa que nos llamara la atención.
Es importante este dato para entender porqué nunca he sentido la llamada de los tres sabios de Oriente y porqué cada mes de enero me convierto en mi alter ego “Marc Grinchy de lababa” que no quiere saber nada de los Reyes Magos.
Hasta este fin de semana.
Los he visto. Te lo prometo. No me mires así.
No solo los he visto. He trabajado para ellos.
Tengo que pensar bien como pongo esto en Linkedin. Supongo que sería algo así como: Logistics browntaker, at the Three Wise Man Co. En prácticas.
El becario que piensa que lo sabe todo y no sabe nada más que respirar.
Mi primera misión: identificar potenciales regalos, seleccionar y adquirir. El día que tengo asignado para ejecutar mi misión recibo una señal del otro alto mando, el real, el materialista.
¿Vienes a currar al mediodía?
Mierda, mierda. Tengo que acelerar todo el proceso, pero creo que me dará tiempo.
Entro en la primera tienda. Localizo el producto, pero está metido en una vitrina y no puedo simplemente agarrarlo y dirigirme a la caja para evitar estar mucho más tiempo ahí adentro.
Tengo que buscar un dependiente que me pueda atender y están muy cotizados. Una domadora de colas de ansiosos compradores, blande su látigo profiriendo gritos que asustan al más valiente:
—¡Que no me sigan!¡Les he dicho que hagan la cola en la zona de cajas y les atenderé en orden!
—¡Pero, por favor!¡No me sigan!
—¡¡¡Cómo voy a saber cuál es el orden si me están siguiendo!!!
Necesito buscar a otro, esta me da miedo.
Lo encuentro, no sé muy bien cómo, pero encuentro uno que parece que está solo. Me abalanzo sobre él.
—Quiero eso.
—Solo nos queda ese de exposición.
—¿Me lo puedo llevar?
—Sí, espera que te busco la caja.
Puummmmm!!!! No es tan difícil esto.
Durante años he dejado de creer en los Reyes.
Pero los he visto, te lo juro, los he visto.
El segundo objetivo de la mañana iba a ser pan comido. Un par de vueltas por la segunda tienda y ya tengo uno.
Un rebuscar rápido entre oportunidades me proporciona el otro.
Me quedan las pequeñas.
Lo tengo.
Y lo tengo.
Pan comido, ¡pim, pam, pum, fuera!
Me da tiempo a llegar a casa, darme una ducha e irme a currar. Todo va sobre patas de camello. Se me empieza a pegar el argot de los Reyes. ¿A ver si al final voy a valer para esto?
¡Chupao!
Llego a casa y consigo alcanzar el armario mágico sin ser interceptado. Al correr un par de prendas dentro del armario, una sombra abraza la bolsa para engullirla suavemente entre las mangas de los abrigos y la oscuridad protectora. Ha desaparecido ante mi mirada.
Lo he visto. Con mis propios ojos, pura magia. La bolsa ha desaparecido.
Me froto los ojos en señal de incredulidad. No hay rastro de la bolsa, el armario es mágico de verdad.
Ya sé lo que estás pensando, yo tampoco me lo creía, pero lo vi.
Solo queda esperar a la noche.
Respira, hasta ahora todo bien.
La Noche del 4.
Los niños están bien insonorizados con el permiso para jugar hasta tarde a la Play. Estrategias Reales.
Las niñas duermen. Pasiflora en gotas. Ellas mismas lo han pedido.
Yo vuelvo con las manos heladas de sacar a los perros.
Apago el wifi y es cuando empiezo a notarlo, tras unos milisegundos de oscuridad, lo veo, nada más cruzar la puerta de la habitación.
Veo el taller. La desconexión digital me permite ver claramente el mundo real que aparece ante mis ojos.
¿Cómo ha podido suceder? ¿Cuándo?…No entiendo nada. Casi puedo respirar el calor del desierto de Oriente.
La actividad es frenética, tijeras que vuelan solas rasgando papeles repletos de dibujos, manos rápidas como el viento arrancando y pegando pequeños trozos de celo para, seguidamente con dos dobleces y tres giros, conseguir un empaquetado perfecto que es rematado con un lazo de hilo de lana rosa que divide el regalo en cuatro partes de un algo común.
No consigo salir de mi asombro al ver semejante despliegue, y al comprobar que los Reyes Magos en realidad son uno solo, mejor dicho, una sola. Y sí, domina la magia como jamás había visto nunca.
Fue entonces, cuando torpemente orgulloso al sacar mis adquisiciones, empezó la fiesta.
La primera en la frente. La que más dolió.
Yo, que me ocupo del doblado de la ropa de todos los habitantes de la casa y su posterior guardado en los distintos armarios durante todo el año, había cogido una prenda para la pequeña basándome en mis percepciones diarias. Lo que viene siendo a «ojímetro».
Resultado, un chándal varias tallas más pequeño y con una temática totalmente opuesta a sus gustos.
Empezamos bien.
—Ya verás, ya verás, la del mayor, te va a encantar.
—¿Pero qué coño es esto? Si aquí caben dos niños. ¿qué mierdas has cogido?
El becario no sabe donde meterse, parece que le va a caer una buena. Nada más lejos de la realidad.
Primeras risas.
Jaja, jaja, jajaja.
La talla me salva, es una L pero es verdad que es absurdamente grande.
Segundas risas. No serán las últimas.
Con cada risa voy viéndolo. Está delante de mis narices y cuanto más me rio, mejor lo veo.
La cadena de producción está que echa fuego. Estoy en su taller. No es producto de mi imaginación, es un taller real, papeles reales, celos, bolsas, cosas de verdad.
Toda va rápido, fluido.
Corta, prepara celo, guarda esto ahí, sube eso allá.
Órdenes concisas, directas, con autoridad.
¿De dónde ha salido este becario? ¿Cómo ha podido pasar el proceso de selección?
Corta el celo más pequeño, aprovecha mejor el papel, escribe los nombres, cuando esté terminado lo llevas a esa bolsa, a la plataforma de envío 4, activa hologramas de desaparición camaleónica. No hay que dejar rastro.
¿Te has enterado de algo?
Al final el resultado de mis adquisiciones no está mal del todo. 2 aciertos y 2 errores. Eso sí, uno de los aciertos, cambiando receptor.
Vamos…que de cuatro solo he acertado uno.
Terceras risas.
Cuartas, quintas y sextas.
¡Qué desastre! Seguimos riendo.
A pesar de todo hemos avanzado.
Y nos hemos reído, mucho. Empiezo a entender y a creer.
Solo queda un día.
Sinceramente, no creo que me renueven las prácticas y que me pueda quedar en esta empresa. No he dado una, estoy patosamente perdido, soy más un estorbo que una ayuda, pero me veo el traje de elfo trabajando en el desierto de Oriente. Lo veo perfectamente.
Vaya cacao de tradiciones.
Trabajar así, de manera tan cercana con la Reina Maga, es una experiencia que te marca.
Agotado por tantas emociones pido permiso para irme a descansar. La Reina Maga decide acostarse junto a mi. Siento su calor y un inmenso amor.
Creo que nunca he dormido mejor.
Al despertar, no queda rastro del taller, todo ha vuelto a la normalidad y nuestra habitación es el mismo desastre de siempre.
Aunque ahora llevo el traje de elfo debajo de mi ropa más cómoda y vieja, debo seguir con las labores que me han encomendado y solucionar el desaguisado que yo mismo he provocado con mis adquisiciones.
Al llegar a la tienda reconozco a otro elfo que también va disfrazado de persona normal.
—Buenos días compañera. Tengo un problema, — le digo mirándole directamente a los ojos para que sepa que trabajamos juntos.
—Estas dos cosas no han pasado el control de calidad de la Reina Maga. Soy becario, ya sabes, ayúdame por favor.
—No te preocupes, —me contesta guiñándome un ojo en señal de complicidad y con una media sonrisa. — Ve a buscar otra cosa y lo cambiamos sin problema.
Esta vez me lo tomo con más calma. Simplemente trato de imaginar sus caras al desenvolverlo. Eso me da la clave y empiezo a ver cosas que parecía que antes no estaban allí. Esa nueva manera de mirar me hace encontrar exactamente lo que estaba buscando mientras mi amiga elfa de la tienda me regala otra sonrisa cómplice porque sabe que lo he encontrado, y porque sabe que me he encontrado.
Solo me quedan un par de encargos para llegar a objetivos. Antes de la hora de comer tengo todo acabado. Hoy he mejorado mucho y empiezo a pensar que, si no la cago durante la noche, quizás sí consiga que me renueven.
La noche del 5.
Mismas manos heladas que la noche anterior.
Hay que retirar los conjuros de invisibilidad de las distintas bolsas contenedoras ocultas por la casa, acercarse al lugar de los hechos y proceder con premura.
Yo me encargo de hacer desaparecer el roscón de nata de los platos preparados por las niñas.
—¡Sí que les ha gustado el roscón! — Protestará una de ellas por la mañana cuando vea que no hay casi roscón para ella.
Ver a su majestad la Reina Maga trabajando en esos momentos es algo digno de estudio por las mejores escuelas de negocios de las Universidades más prestigiosas del mundo.
Las listas vuelan entre sus manos, Los regalos caen sin cesar por la línea de producción al departamento de envíos y los ticks saltan entre las hojas a una velocidad que el ojo humano no consigue distinguir, a no ser que tenga un traje de elfo.
Y yo lo tenía.
—Aquí ponemos esto, ese allí, otro más, ese grande a ese montón, ese pequeño debajo de esa caja, me falta algo. La bolsa seis ha debido quedarse bloqueada en la plataforma dos.
En un abrir y cerrar de ojos, tiene la bolsa extraviada en las manos y coloca el último regalo de la noche.
Yo voy y vengo, recojo, doblo bolsas, coloco regalos y me concentro en las órdenes recibidas. Tengo que hacerlo bien si quiero renovar, y quiero renovar.
Primeras risas de la noche.
¿Serán estas risas mi regalo de Reyes?
Cuando estoy distraído colocando una de las secciones, la Reina se me acerca por detrás y me da un pequeño pellizco en el culo. Creo que le gusto.
Los camellos dan buena cuenta del barreño de agua que les han dejado preparado los niños y el sofá, normalmente lleno de cojines y mantas arrugadas por su uso, se ha convertido en un escaparate de regalos de todas las formas y colores perfectamente organizado por nombres y tamaños.
Las cámaras de fotos están prohibidas porque la Reina Maga sabe que esa imagen debe ser solo para sus protagonistas y no para conseguir los halagos y la admiración de terceros. La magia se encarga de grabar esa imagen bien dentro de cada uno de nosotros, donde nunca podrá ser borrada ni olvidada y mucho menos comentada.
¿Será esta imagen mi regalo de Reyes?
El trabajo está hecho y, a pesar de no ser más que un principiante que no ha hecho más que meter la pata una vez tras otra, al final no lo he hecho tan mal y creo que realmente voy a conseguir que me renueven. Quiero volver a sentir esas risas, a vivir esos nervios y a grabar esas imágenes. Es lo que más deseo en esos momentos, pero la Reina Maga no suelta prenda.
Al meternos en la cama, todavía intentando asimilar todo lo vivido, la Reina me acaricia la mano y mirándome a los ojos me dice:
Quédate conmigo
Solo respiremos
Quédate conmigo
Eres todo lo que veo
Y entonces las palabras acuden mudas a mi boca para responder:
¿Dije que te necesito?
¿Dije que te quiero?
Oh, si no lo hice, soy un tonto, ya ves
Nadie sabe esto más que yo
Nada que tomarías
Todo lo que diste
Abrázame hasta que muera
Nos vemos en el otro lado
¿Será este mi regalo de Reyes?
Yes, I understand that every life must end, uh-huh
As we sit alone
I know someday we must go, uh-huh
Yeah, I’m a lucky man
To count on both hands the ones I love
Some folks just have one, yeah
Others, they’ve got none
Stay with me
Let’s just breathe
Practiced all my sins
Never gonna let me win, uh-huh
Under everything, just another human being, uh-huh
I don’t wanna hurt
There’s so much in this world to make me bleed
Stay with me
You’re all I see
Did I say that I need you? Oh!
Did I say that I want you?
Oh, if I didn’t I’m a fool you see
No one knows this more than me
As I come clean
I wonder every day
As I look upon your face, uh-huh
Everything you gave
And nothing you would save, oh, no
Nothing you would take
Everything you gave
Did I say that I need you?
Oh, did I say that I want you?
Oh, if I didn’t I’m a fool you see
No one knows this more than me
As I come clean, ah
Nothing you would take
Everything you gave
Hold me til I die
Meet you on the other side
Sí, entiendo que toda vida debe terminar
Mientras nos sentamos solos
Sé que algún día debemos irnos
Sí, soy un hombre afortunado
Por contar con ambas manos a quienes que amo
Algunas personas solo tienen uno, sí
Otros no tienen ninguno
Quédate conmigo
Solo respiremos
Practicé todos mis pecados
Nunca me dejarán ganar
Debajo de todo, solo otro ser humano
No quiero lastimar
Hay tanto en este mundo para hacerme sangrar
Quédate conmigo
Eres todo lo que veo
¿Dije que te necesito?
¿Dije que te quiero?
Oh, si no lo hice, soy un tonto, ya ves
Nadie sabe esto más que yo
Mientras me sincero
Me pregunto todos los días
Mientras miro tu cara oh
Todo lo que diste
Y nada que salvarías, oh no
Nada que tomarías
Todo lo que diste
¿Dije que te necesito?
¿Dije que te quiero?
Oh, si no lo hice, soy un tonto, ya ves
Nadie sabe esto más que yo
Mientras me sincero
Nada que tomarías
Todo lo que diste
Abrázame hasta que muera
Nos vemos en el otro lado
Jeje. Yo también era del Niño Jesús, aunque en mi familia se llamaba Papá Noel! 😊😊
Entrañables Reyes Magos… A mi casa siguen llegando todos los años y encima siempre nos visita alguno de los tres en persona. Este año vino primero uno de los pajes y luego Melchor. Como no voy a creer…!!!
Este año hemos echado de menos su visita!!!
Vaya si nos daba envidia! Por eso ahora los Richi estamos deseosos de ejercer de elfos o pajes.
¡Esas risas que os echasteis el mejor regalo!