Ready to Start. Arcade Fire

Mal día hoy para mandar la primera canción del año. Los miles de jóvenes seguidores con los que cuento, espero que no estén en condiciones de ponerse a leer nada. Yo no lo estaría.

Además, no sé si entenderían algo.

Cuando estaba en edad de trasnochar en nochevieja mis padres solían ir a comer a casa de mis tíos el primero de enero, así que teníamos permiso o vista gorda, como prefieras, para levantarnos a la hora que quisiéramos.

Al bajar a la cocina siempre nos encontrábamos una gran fuente de espaguetis. Blancos. Sin florituras. Tomate frito de mi madre en una cazuela y queso rallado.

A eso de las tres de la tarde engullía mi ración de pasta intentando rellenar de alguna manera las lagunas de la noche y, al comprobar que mi plato estaba completamente limpio y las lagunas cada vez eran más profundas, volvía a subir pesadamente las escaleras de casa que dirigían a mi habitación para echarme una siesta ganada a pulso.

En esta segunda ocasión ya por fin era capaz de ponerme el pijama, uniforme con el que afrontaría la reparadora siesta y el resto de la jornada hasta el día siguiente.

Era como si realmente el día 1 de enero nunca hubiera existido y el año realmente empezara el día 2.

¡Qué recuerdos!

Un poco borrosos, eso sí.

Al despertar de la siesta empezaba a recordar cómo, en la fiesta de la noche anterior, me había encontrado con una chica a la que solía vigilar en la distancia incapaz de acercarme durante las semanas llenas de rutina.

La excitación del año nuevo y el valor infundido por la ingesta de un número indeterminado de copas que probablemente superaran la decena, me hicieron acercarme a los ojos más azules e hipnotizantes de la fiesta para confesarla que cada vez que la veía en el autobús me alegraba la tarde o que si la veía en algún bar a los que solía acudir los viernes y los sábados, no podía dejar de admirar su ondulado pelo rubio y que sus ojos se me clavaban como espadas en mi inocente corazón y que muchas tardes paseaba cerca de su urbanización simplemente con la esperanza de verla entrar en su portal.

“Joder, joder, joder, seguro que pensó que eras un psicópata acosador, cómo has podido ser tan capullo, ¿quién te mandaría tomarte esa última copa?”

“¡Qué vergüenza!”

Aquella era la señal para dejar de intentar rellenar los agujeros negros de la noche y centrarme en volver a ver la programación televisiva de la noche anterior y, permitir a mi pobre cerebro expandirse por la mediocridad de la parrilla recordando los pechos saltarines de Sabrina, las empanadillas de Móstoles o la capa de Ramonchu.

En fin…qué introducción más nostálgica y alcohólica. Como la vida misma.

Ready to Start

Ayer no me tomé tantas copas como hacía cuando transitaba la segunda década de mi vida. Un par de vinos como mucho y poco más.

Ya no es la ingesta de bebidas espirituosas las que me proporcionan el valor de enfrentarme a mis miedos, sino más bien la ingesta de años y sobre todo vivencias.

Te confesaré algo. No es la primera vez que lo hago por aquí. Llevo tres años vigilándote a una distancia de seguridad, te veo algunos miércoles bailando la canción que te he propuesto y esta vez eres tú quien se acerca de vez en cuando a mi portal esperando encontrarme.

Hace dos meses no tenía pensado estar escribiendo esta historia de hoy. Hace dos meses mis planes pasaban por dar por finalizada esta aventura justo cuando cumpliera tres años.

“En algún momento tendrá que terminar”, ese era mi pensamiento. El tercer aniversario parecía una fecha recomendable.

Ya te lo conté hace tiempo, no recuerdo en qué canción, mi ego había tomado el control, si es que no lo tuvo desde el principio, y construía castillos de arena en mi imaginación, con grandes almenas repletas de fanfarrias de trompetas, cornamusas, chirimías y sacabuches, anunciando mi llegada triunfante al mundo de las letras.

Me veía conquistando ese castillo a lomos de blanco corcel entre vítores sinceros de gente que me aclamaba, gente desconocida con la que había sido capaz de conectar, miles y miles de personas que me daban las gracias por haber conseguido, con mis pensamientos plasmados en el papel, dar la vuelta a sus vidas, mirar el horizonte con una vitalidad desconocida o simplemente por haber conseguido emocionarles y despertarles sentimientos que creían extintos hacía muchos años.

El castillo sigue estando ahí, en lontananza, y sus murallas siguen engalanadas con pendones que empiezan a deshilacharse por los vientos del invierno esperando mi llegada.

El camino me ha ido llevando por desfiladeros, barrancos, grandes picos nevados, valles profundos y ciénagas negras que dificultaban mi paso, pero la imagen del castillo seguía allí con solo levantar la vista.

Sin embargo, desde hace un tiempo había perdido de vista mi destino. No lo veía. Había tenido que vender mi blanco corcel para poder alimentar a los míos y mi paso se había ralentizado.

Cada día me levantaba mirando hacia delante convencido de que encontraría el castillo, que volvería a verlo, que incluso podría escuchar el sonido de las trompetas, pero esa sensación se esfumaba con los primeros rayos de sol que entraban por la ventana para mostrarme que el paisaje seguía siendo irremediablemente el mismo.

Día tras día, el mismo desolado paisaje.

¿Será quizás que no estoy siguiendo el camino correcto? ¿Será que no hago más que dar vueltas sin darme cuenta que no estoy avanzando? ¿Será que el propio camino se está burlando de mi y me ha metido en un laberinto de pensamientos que acaban siempre en una pared inamovible?

Día tras día, yo seguía caminando. Ya no miraba hacia arriba, miraba hacia abajo, perdido, abatido, desolado como el paisaje que iba dejando atrás.

En algún momento llegué a pensar que aquel laberinto era mi destino. Debía aprender a vivir allí, era todo a lo que podía aspirar, aquel era el final del camino, un conjunto de pasillos entrelazados que no me llevaban a ningún lugar porque ya había alcanzado el lugar a donde tenía que llegar.

Hay que conformarse, acostúmbrate, esta es tu vida, olvídate de tu castillo que se eleva por encima de las nubes, las mismas nubes se lo han llevado para siempre. Intenta ser feliz en este destino al que has llegado porque no hay nada más.

Poco a poco me iba adentrando en ese laberinto cada vez más profundo, cada vez más angosto, húmedo y oscuro.

Yo seguía andando, de alguna manera sabía que era lo único que podía hacer, seguir andando, no pararme, aunque cada día acabara en el mismo estrecho pasillo sin salida.

Sigue andando, cojones, sigue andando hasta que encuentres otro camino.

Pero cada día acababa en el mismo lugar. Empezaba a faltarme el aire. Empezaba a costarme respirar. Empezaba a faltarme el aire hasta que pude sentirlo.

Una leve brisa, muy tenue, un aleteo de polilla que se coló entre la niebla y alcanzó mi rostro. Un aire que olía diferente, fresco, renovado. Por momentos parecía que lo perdía, pero si me concentraba allí seguía. Seguía andando, pero ya no miraba al suelo, ni siquiera miraba, con los ojos cerrados seguía aquella brisa nueva, tan familiar que no me hacía falta mirar al suelo.

Simplemente sabía que debía seguirla. Los oscuros pasillos empezaban a ensancharse a cada paso que daba, y los grises y oscuros marrones daban paso a pequeños brotes verdes que salpicaban el camino.

Podía sentir cada vez más cerca esa brisa que, en algún punto pasado del camino, había dejado alejarse porque yo tenía que seguir caminando mirando mis propios pies para evitar caerme, cuando en realidad sabía que las alas que producían esa brisa no me iban a dejar caer nunca.

Así que seguí andando, siguiendo esa leve brisa que se pegaba a mis párpados y que se colaba por mi nariz para renovar el aire estancado de mis pulmones.

Los charcos por los que me había arrastrado se estaban secando e iban generando una tierra fértil sobre la que crecía una tupida hierba que facilitaba el caminar que me llevó hasta una puerta que nunca había visto anteriormente.

Allí, una luz blanca que parecía que llevara encendida toda mi vida, iluminó el dintel de la puerta con una claridad inesperada. Sabía que tenía que cruzar esa puerta porque la blanca luz lo gritaba en silencio y la brisa ligera se hacía más intensa tras ella.

Tan intensa que cambió todos mis planes.

Tan intensa que renovó mis fuerzas.

Tan intensa que recuperó mi sonrisa.

Tan intensa que me llevó de nuevo a la salida.

Allí, de nuevo en la salida, varios personajes que me resultaban familiares, se acercaron a mi para agradecerme que los hubiera acompañado en sus caminos, para decirme que de alguna manera habíamos recorrido un mismo camino, para decirme que estábamos más juntos de lo que pensábamos y para decirme que, por favor, siguiera andando.

Así que ahora lo sé.

El laberinto me enseñó la salida.

El laberinto me enseñó el final.

Y el final no es más que la salida.

El nuevo comienzo.

Ahora estoy listo para empezar

Preferiría estar equivocado

Que vivir en las sombras de tu canción

Mi mente está abierta de par en par

Ahora estoy listo para empezar

No estoy seguro de que abras la puerta

Para salir a la oscuridad

Ahora estoy listo

Ahora estoy listo para empezar

The businessmen drink my blood
Like the kids in art school said they would
And I guess I’ll just begin again
You say, «Can we still be friends?»

If I was scared, I would
And if I was bored, you know I would
And if I was yours, but I’m not

All the kids have always known
That the emperor wears new clothes
But they bow down to him anyway
Because it’s better than being alone

If I was scared, I would
And if I was bored, you know I would
And if I was yours, but I’m not

Now you’re knocking at my door
Saying, «Please, come out with us tonight»
But I would rather be alone
Than pretend I feel alright
If the businessmen drink my blood
Like the kids in art school said they would
Then I guess I’ll just begin again
You say, «Can we still be friends?»

If I was scared, I would
And if I was pure, you know I would
And if I was yours, but I’m not
Now I’m ready to start

If I was scared, I would
And if I was pure, you know I would
And if I was yours, but I’m not
Now I’m ready to start

Now I’m ready to start
I would rather be wrong
Than live in the shadows of your song
My mind is open wide
And now I’m ready to start

Now I’m ready to start
My mind is open wide
Now I’m ready to start
Not sure you’ll open the door
To step out into the dark

Now I’m ready

Los empresarios se beben mi sangre
Como los chicos de la escuela de arte dijeron que harían
Y supongo que empezaré de nuevo
Dices: «¿Podemos seguir siendo amigos?»
Si tuviera miedo, lo haría
Y si estuviera aburrido, sabes que lo haría
Y si fuera tuya, pero no lo soy
Todos los niños siempre han sabido
Que el emperador lleva ropa nueva
Pero se inclinan ante él de todos modos
Porque es mejor que estar solo
Si tuviera miedo, lo haría
Y si estuviera aburrido, sabes que lo haría
Y si yo fuera tuyo, pero no lo soy
Ahora estás llamando a mi puerta
Diciendo, «Por favor, sal con nosotros esta noche»
Pero prefiero estar sola
Que fingir que me siento bien
Si los hombres de negocios beben mi sangre
Como los chicos de la escuela de arte dijeron que harían
Entonces supongo que empezaré de nuevo
Dices: «¿Podemos seguir siendo amigos?»
Si tuviera miedo, lo haría
Y si fuera puro, sabes que lo haría
Y si fuera tuya, pero no lo soy.
Ahora estoy listo para empezar
Si tuviera miedo, lo haría
Y si fuera puro, sabes que lo haría
Y si fuera tuyo, pero no lo soy
Ahora estoy listo para empezar
Ahora estoy listo para empezar
Prefiero equivocarme
Que vivir en las sombras de tu canción
Mi mente está abierta de par en par
Y ahora estoy listo para empezar
Ahora estoy listo para empezar
Mi mente está abierta de par en par
Ahora estoy listo para empezar
No sé si abrirás la puerta
Para salir a la oscuridad
Ahora estoy listo

5 comentarios en «Ready to Start. Arcade Fire»

  1. Feliz Año abriendo puertas, siguiendo caminos, respirando aire fresco, llenándonos de luz!!!!

  2. Todos/as tenemos nuestras inseguridades, nuestras dudas, nuestros fantasmas. A todos nos flaquean alguna vez las piernas y no sabemos si el objetivo que perseguimos está al final del camino que hemos decidido tomar. Tu fuerza y tu persistencia, ese amor por lo que haces, esa «brisa», te conduce indefectiblemente a una meta brillante de la que te enorgullecerás, resulte ser finalmente o no la que te habías propuesto. ¡Gracias por hacernos seguir creciendo juntos! ¡Feliz año a todos/as!

Los comentarios están cerrados.