Thank You. Alanis Morissette

No puede ser, todos los martes estoy igual, parece que no aprendo.

Me queda toda la semana, pienso cada jueves, mañana me pongo. El lunes no he hecho nada y me propongo dejarlo terminado para tener un martes tranquilo.

Nada, el lunes nunca lo tengo y me presento de nuevo el martes esperando que me venga la inspiración.

Lo primero que hago es repasar alguna de mis listas y voy pasando canciones a ver si consigo que alguna me envíe una señal, me guiñe un ojo, me dé una patada o me haga un gesto con el estribillo.

Nada.

Así que tiro del último recurso que me queda en estos casos. Cierro el ordenador y me voy a correr.

Estoy dentro de las últimas tres semanas de entrenamiento para mi gran objetivo del año del que ya te he hablado en varias ocasiones: El GTP.

Después de varias semanas con mucha carga de kilómetros y con varios entrenamientos de 8 horas seguidas, el trabajo está hecho y ahora toca ir bajando la intensidad para llegar al día de la carrera lo más descansado posible.

Descansado y preparado.

Hoy tenía las piernas y el cerebro con las mismas sensaciones.

Cuando he empezado a correr, sentía las piernas pesadas, duras. Siempre me cuesta calentar, pero hoy especialmente y hasta que no han pasado 7 u 8 kilómetros no he cogido el ritmo. Las piernas caen pesadamente en cada zancada y parece que pesan una tonelada cada vez que tengo que levantarlas de nuevo del suelo.

Lo mismo me pasa con mis pensamientos que intentan echar a volar en mi mente. Muchos pesan tanto que no consiguen levantar el vuelo y se pierden por el suelo.

Otros cogen un ligero vuelo. pero rápidamente llega una ligera brisa y se los lleva mecidos en el sentido opuesto a mi carrera. Cuando quiero mirar hacia atrás, ya no están.

En esos momentos no me queda más que perseverar y seguir poniendo un pie delante de un pensamiento a ver si entre los dos consiguen llegar a algún sitio.

Hoy, ya por el kilómetro nueve, me han venido dos pensamientos que enseguida han empezado a tirar de mis pies. Cada zancada lo tenía más claro y aunque las piernas ya no me dolían, sabía que atrapar esos pensamientos y clavarlos en el papel iba a doler.

Así que, con la esperanza de que sea más liberador que doloroso, os presento a los dos pensamientos que se me han cruzado hoy en la única cuesta arriba de todo el recorrido.

Perdón y Gracias.

Perdón y Gracias, este es mi lector.

Lector, estos son Perdón y Gracias.

Te cuento un poco su historia para que sepas porqué han venido hoy visitarme. Quizás hayan venido también para conocerte a ti, tendrás que valorarlo cuando acabes de leer.

Perdón.

Todo este tiempo que llevas leyéndome no te he dicho toda la verdad. He sido sincero, sí, claro que sí, pero no te he contado todo. Hoy lo voy a hacer.

Aunque sé que debería escribir para sentirme bien conmigo mismo, como una especie de terapia decorada con canciones, o como un proceso de autoconocimiento que me ayuda a romper mis propias barreras, a ser más libre, a ser una persona más completa, la realidad es que eso son pamplinas.

PAMPLINAS, has leído bien.

PAMPLINAS, COÑO, PAMPLINAS.

En realidad, escribo para recibir tu aprobación, por puro narcisismo, porque necesito tener tu reconocimiento, tus halagos y tus ánimos. Escribo porque necesito saber que alguien me lee. Escribo porque sueño que en algún momento alguien me preguntará,

¿Dónde estabas metido?

Y, como en una película con un gran guion y un mal director, alguien se me acerque y me diga,

Voy a hacer llegar tus pensamientos más lejos de lo que jamás hayas corrido.

Así que, perdón, no escribo para ti, no escribo para arrancarte una sonrisa, una lágrima, para provocarte un sentimiento o para llevarte por unos instantes a rincones de tu vida que tenías olvidados.

No escribo para mostrar que se puede vivir una vida fuera de los convencionalismos y las formalidades y los corsés que nos impone la sociedad. No escribo para convencer a nadie que tu tiempo es lo más valioso que tienes en esta vida y que no deberíamos cambiarlo por dinero, que los hijos necesitan de ese tiempo más que nada en el mundo y que no les estamos prestando la atención que deberíamos.

No escribo para recordar los momentos que he vivido con personas especiales que tienen su propia melodía en mi memoria, ni siquiera para acercarme a esas mismas personas por un instante eterno. Que va.

No escribo para revivir mis errores ni mis fracasos, ni para divagar sobre los “que hubiera pasado si…”.

Tampoco lo hago para volver a desatar esos ataques de risa incontrolables espontáneos e inesperados que cuando acababan me dejaban un gran dolor de barriga y una gran satisfacción en el alma por haberlo vuelto a conseguir.

No soy tan diferente. Ni siquiera soy tan especial.

Escribo para ser reconocido, para escuchar o más bien leer lo bien que lo hago o cómo apelo a tus sentimientos más profundos, o lo mucho que me admiras por ser auténtico.

Sí, también lo hago por eso, no te quepa duda, soy solo un humano después de todo, no puedo controlarlo, me gusta, lo necesito, soy egoísta, lo reconozco y te pido perdón.

Aunque no sé si es un Perdón honesto, porque seguiré haciéndolo por ese motivo y quizás el día que ya no busque eso, será el día que me quede sin razones para hacerlo y por muchos kilómetros que quiera recorrer no me quedarán caminos por explorar ni pensamientos que atrapar para encerrarlos en esta jaula de papel para ti.

Thank You

Ahora que ya conoces a Perdón, déjame que te presente a Gracias y te cuente su historia.

Poca gente lo sabe, pero Gracias es una llave mágica. Normalmente lo primero que abre es la atención del que las recibe. Cuando das un gracias verdadero, se mete en el corazón del otro y empieza a ablandarlo. Eso está demostrado científicamente, es un hecho, una realidad que desgraciadamente no todo el mundo conoce y más desgraciadamente aún, aunque conozcamos sus efectos, muchas veces olvidamos esa llave perdida en el cajón de la soberbia.

Un gracias sincero acerca al que lo da y al que lo recibe, uno da valor al otro y el otro recibe ese valor con orgullo. Orgullo del bueno, del que sientes cuando haces bien las cosas, del que experimentas cuando alguien te dice que estás haciendo bien las cosas.

Un gracias te devuelve mucho más de lo que puedes manejar

Así que, ¿qué tal si dejo de culparte por todo?

¿Qué tal si disfruto el momento por una vez?

¿Qué tal sufrir por todo solo una vez?

¿Qué tal si lloramos a lágrima viva?

Gracias miedo

Gracias desilusión

Gracias fragilidad

Gracias consecuencia

Gracias, ¡gracias silencio!

Gracias

A ti.

PD. Marieta, un gracias enorme y un abrazo infinito son hoy solo para ti.

How ‘bout getting off of these antibiotics?
How ‘bout stopping eating when I’m full up?
How ‘bout them transparent dangling carrots?
How ‘bout that ever elusive kudo?

Thank you, India
Thank you, terror
Thank you, disillusionment
Thank you, frailty
Thank you, consequence
Thank you, thank you, silence

How ‘bout me not blaming you for everything?
How ‘bout me enjoying the moment for once?
How ‘bout how good it feels to finally forgive you?
How ‘bout grieving it all one at a time?

Thank you, India
Thank you, terror
Thank you, disillusionment
Thank you, frailty
Thank you, consequence
Thank you, thank you, silence

The moment I let go of it
Was the moment I got more than I could handle
The moment I jumped off of it
Was the moment I touched down

How ‘bout no longer being masochistic?
How ‘bout remembering your divinity?
How ‘bout unabashedly bawling your eyes out?
How ‘bout not equating death with stopping?

Thank you, India
Thank you, providence
Thank you, disillusionment
Thank you, nothingness
Thank you, clarity
Thank you, thank you, silence

Yeah, yeah
Oh, oh, oh, oh
No, oh, oh, oh
No, oh, oh

5 comentarios en «Thank You. Alanis Morissette»

  1. Gracias por recordar el dar las gracias por todo….cuando conectas con el agradecimiento directamente llega la abundancia…..aún con lo que menos nos gusta al final el tiempo te dice porque paso!
    Importante agradecer todo lo que nos llega!
    Gracias y feliz miércoles ❤️❤️❤️

    • Marcos no necesitas un aprobado tienes matrícula de honor.
      Sea el motivo que sea GRACIAS, Marcos

  2. A mi me sigue gustando todo lo que escribes y por los motivos que sean. Si con ello se refuerza tu ego, mejor que mejor. Sigue adelante, lo haces muy bien.GRACIAS

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