Cold Feelings. Social Distorsion

Después de una semana con la cabeza fuera del agujero, lo único que se me ocurre es empezar a buscar otro en el que esconderme.

Dejé una pequeña ventana abierta a través de la que podía ver el agua de la playa desapareciendo, bajando, como si le hubieran quitado el tapón al mar. No podía imaginar que toda esa agua, simplemente estaba retrocediendo para coger carrera y embestirme con tal fuerza que me ha dejado paralizado.

Un aluvión de información ha pasado por encima de mi, debates, peleas, confrontaciones, razones, excusas, justificaciones, cacerolas, “tú más”, “yo antes”, explosiones, gritos, lágrimas, mensajes grises de todos los colores, acusaciones, advertencias, protocolos, y muertos.

Demasiados.

He tenido suerte y he encontrado un agujero en el que volver a refugiarme. En realidad, no ha sido suerte, ha sido trabajo. Llevo diez meses buscándolo, subiendo, bajando, buscando cada día.

No ha sido suerte.

Hoy, mientras tu lees esto, yo estaré acabando el último entrenamiento de cara a la carrera. Aquí estoy de nuevo. Cuarto año que corro el Gran Trail de Peñalara.

Ha llegado en el momento adecuado, justo cuando más necesito meterme en mi agujero, limpiarme las heridas y reunir el valor para volver a sacar la cabeza para gritar que esto no está bien.

Si las cosas van bien tendré cerca de 20 horas para esconderme, para correr, para sentir que soy libre, para agradecer, para llorar por este mundo en el que unos se van a correr carreras por la noche por la montaña y otros tienen que correr detrás de paracaídas con comida para ver cómo se lo llevan otros.

Aquí estoy yo, sosteniendo mis contradicciones.

Empiezo a las 23:30. Quizás a esa hora ella haya podido alimentar a sus tres hijos y estén descansando ya.

Pero como ya te he dicho, en realidad todo empezó hace 10 meses.

Con una pregunta disfrazada en un whatsapp esperado.

 ¿Qué vas a querer este año por reyes y tu cumple?

Quiero intentar volver a sentir las mismas emociones que sentí el año pasado cuando terminé el Gran Trail de Peñalara.

Quiero volver a estar en la línea de salida. Sentir los nervios, vivir los abrazos de otros, estar de nuevo en un estado de concentración necesariamente único.

Eso quería y eso tuve. Un nuevo dorsal para la carrera de 2025.

Este viernes.

He estado todo el año disfrutando de salir a correr porque me apetecía. ¿Cuánto? Lo que fuera. ¿Por dónde? Ya veremos.

Simplemente corría, sin importar los números, centrándome en el placer que me proporciona. En la limpieza mental. En el cambio de energía. En las hojas verdes y los caminos que dentro de poco desaparecerán bajos los charcos.

Unas veces con los perros que mataban el tiempo de espera hasta que llegaba a su altura persiguiendo conejos que saltaban y corrían mucho más rápido que estos dos atolondrados.

Otras veces, solo. Con un puñado de canciones que me permitían perderme en los caminos de mi interior y descubrir otros nuevos.

El momento de empezar el entrenamiento específico se retrasó dos semanas. No encontraba las ganas, sabía lo que tenía por delante y durante unos días, empecé a dudar de mí. La posibilidad de devolver el dorsal y no participar sobrevolaba peligrosamente mi cabeza.

Hasta que recibí un Whatsapp. De un amigo de hace 45 años.

¿Corremos en Collado Mediano?

Me encanta esa carrera. Nocturna, veraniega, exigente. Me apunto.

Allí recordé de nuevo porqué me gusta correr. Disfruté cada subida, cada tramo de escalera, cada bajada, los senderos, la noche, me encontré fuerte y con mis pisadas como mis únicas compañeras, dejé a mis piernas ir, hasta donde pudieron.

Y me llevaron directamente a la preparación para la carrera con dos semanas de retraso.

Retraso, no paro.

El verano se hace largo, muchos días de entrenamiento, de madrugar para tener tiempo y evitar el calor, un día, dos, tres, seis…cada semana.

Voy cumpliendo con el plan de entrenamiento, empiezan las jornadas de tres, cuatro y cinco horas de entrenamiento, hasta llegar a la parte más exigente de la preparación en la que hago jornadas de ocho horas.

Dos son los entrenamientos que he dejado de hacer. Uno por un tema laboral y otro porque la pereza y el cansancio fueron más fuertes que las ganas. Estoy comprometido, las semanas van pasando y cuando me quiero dar cuenta estamos en septiembre.

Lo siento, hoy no fluye, encuentro las palabras, pero están vacías. No consigo emocionarme, no logro conectar conmigo mismo, tengo la sensación de que cualquier cosa que diga carece de sentido en estos momentos. La realidad ha aplastado mi imaginación, la ha dejado reducida a escombros, polvo, hierros retorcidos que se clavan bajo mi piel y me impiden pensar con claridad.

No sé si es que no puedo pensar o simplemente es que me cuesta sentir. Entender. ¿Es realmente el hombre un lobo para el hombre? Ni siquiera eso. Los lobos respetan a los mayores, cuidan a sus crías, las defienden, viven en comunidad y nunca dejan a ningún miembro atrás. No he conseguido encontrar ni rastro de esto en todo el tsunami de información que me ha arrasado desde que decidí sacar la cabeza de mi agujero.

Nada.

Odio, resentimiento, envidia, miedo, vacío, mucho vacío, he encontrado mirando directamente a la realidad, y mucha mentira adornada con datos inventados y con retóricas nacidas del odio, y del miedo.

Todo se tambalea a mi alrededor, todo cambia, la vida nos pone a prueba, nos desafía, nos golpea, nos acaricia y nos susurra que sigamos adelante. No hay otro camino.

El viernes saldré a correr. Intentando separar mi cuerpo de mi mente.

Lo haré sabiendo que las únicas minas que puedo pisar son piedras sueltas que me provoquen una torcedura. Sabiendo que solo tengo que seguir corriendo, avanzando, para llegar a un punto de avituallamiento repleto de comida y cuidados para mi, que no tendré que pelear por conseguir algo que llevarme a la boca y que podré recuperar fuerzas para seguir corriendo hasta el siguiente punto de avituallamiento que me acerque a la meta.

Lo haré sabiendo que, si me caigo y algo me sucede, tengo una ambulancia cerca y una serie de personas que se van a ocupar de ayudarme.

Lo haré sabiendo que al final, unos metros antes de entrar en la meta, estará mi familia, esperándome para abrazarme.

Para muchos eso ya no es posible.

Sentimientos no deseados.

Llegan sin previo aviso y se quedan demasiado tiempo.

No quiero sentir.

Si huyo, seguirán siendo igual de fuertes.

Uninvited feelings
They come without a warning and they stay too long
I don’t wanna feel
If I run they will be just as strong
I’ve been a-waiting
I’m waiting for some kind of sign
I try to separate
Try to separate my body from my mind

I watch the clock
As the second hand slowly goes strolling by
I don’t want to feel
When a loved one’s time comes to die
I’ve been a-waiting
I’m waiting for some kind of sign
I try to separate
Try to separate my body from my mind

Cold feelings in the night
You know, this feeling just ain’t right
And though I try I just can’t hide
Cold feelings in the night

Look out!

Yeah, I got faith
But sometimes fear just weighs too much
I don’t want to feel
Cold winds blowing through me like an empty touch
I’ve been a-waiting
I’m waiting for some kind of sign
I try to separate
Try to separate my body from my mind

Cold feelings in the night
You know, this feeling just ain’t right
And though I try I just can’t hide
Cold feelings in the night

Cold feelings in the night
You know, this feeling just ain’t right
And though I try I just can’t hide
Cold feelings in the night

Cold feelings in the night
Cold feelings in the night
Cold feelings in the night

Sentimientos no deseados.

Llegan sin previo aviso y se quedan demasiado tiempo.

No quiero sentir.

Si huyo, seguirán siendo igual de fuertes.

He estado esperando.

Estoy esperando algún tipo de señal.

Intento separar.

Intento separar mi cuerpo de mi mente.

Miro el reloj.

Mientras el segundero avanza lentamente.

No quiero sentir.

Cuando llega el momento de morir de un ser querido.

He estado esperando.

Estoy esperando algún tipo de señal.

Intento separar.

Intento separar mi cuerpo de mi mente.

Sentimientos fríos en la noche.

Sabes, este sentimiento no está bien.

Y aunque lo intento, no puedo ocultarlo.

Sentimientos fríos en la noche.

¡Cuidado!

Sí, tengo fe

Pero a veces el miedo pesa demasiado

No quiero sentir

Vientos fríos soplando a través de mí como un toque vacío

He estado esperando

Estoy esperando algún tipo de señal

Intento separar

Intento separar mi cuerpo de mi mente

Sensaciones frías en la noche

Sabes, este sentimiento no está bien.

Y aunque lo intento, no puedo ocultarlo.

Sentimientos fríos en la noche.

Sentimientos fríos en la noche.

Sabes, este sentimiento no está bien.

Y aunque lo intento, no puedo ocultarlo.

Sentimientos fríos en la noche.

Sentimientos fríos en la noche.

Sentimientos fríos en la noche.

Sentimientos fríos en la noche.

2 comentarios en «Cold Feelings. Social Distorsion»

  1. Ciertamente, la implicación emocional con el sufrimiento de los otros/as es un arma de doble filo. Hay que ser valiente y generoso/a para afrontar el reto con empatía y ayudar en lo que se pueda, pero también es necesario y sano cierto grado de desconexión para poder estar fuertes y motivados/as y no caer en la desesperación o el agotamiento; no debemos sentirnos culpables por ello…
    Es la metáfora de la mascarilla de oxígeno en el avión: tiene que ponérsela uno mismo antes de ayudar a los/as demás…
    ¡Sigue corriendo tu vida, tus sueños! Un abrazo, amigo.

  2. «Sentimientos no deseados.
    Llegan sin previo aviso y se quedan demasiado tiempo.
    No quiero sentir.
    Si huyo, seguirán siendo igual de fuertes.»

    Me recordó a esa frase de Corazón Mármol de Alice Wonder:

    «He pensado bien lo que dije
    Lo que confesé en esos viajes
    Lo que pude hacer y no hice
    Lo que va a dejar cicatrices
    Intenté enterrarlo
    Olvidar los matices
    Pero siempre vuelven
    Vuelven a por mí»

    Un abrazo

Los comentarios están cerrados.