Continuamos donde nos quedamos antes del paréntesis de mis padres, ya en el último año del colegio. Aquel fue un año duro, muy duro. Los profesores no paraban de decirnos que estábamos en un año fundamental para empezar a decidir nuestro futuro, que teníamos la universidad a la vuelta de la esquina y que más nos valía centrarnos si queríamos ser algo en la vida.
En un colegio del que han salido tantos “personajes” renombrados de la sociedad, de la política, del mundo empresarial, del mundo de las letras, etc… se fomentaba a todas horas la competitividad, “da igual lo que seáis,” nos decían, “lo importante es ser el mejor”. Todas esas arengas a mí me sonaban a chino, yo no tenía ni idea de qué quería ser en la vida, a qué me quería dedicar o qué quería estudiar, de hecho… todavía sigo sin saberlo, como para pensar en ser el mejor en lo que fuera.
“Mirad a vuestro alrededor, estos que están sentados a vuestro lado van a ser vuestros competidores en el mundo profesional y tendréis que luchar contra ellos y ser mejores que ellos”. Aquello se me quedó grabado, pero para conseguir justo el efecto contrario, porque cuanto más nos sermoneaban con la cultura del esfuerzo, de la competitividad, de la lucha para demostrar que éramos los mejores y nos enardecían con que o llegábamos a la cima o no habríamos conseguido nada, menos sentido tenían esas palabras para mí, así que, sin tener ni idea de qué quería hacer con mi vida, decidí de manera rotunda y definitiva que de aquella manera no pensaba vivirla. Lo siento, pero ese cuento no me lo creí en ese momento y sigo sin creer en él porque parece que lo único que puede definir a una persona es su parte profesional, sus éxitos o sus fracasos laborales y existe una obsesión total por triunfar en este sentido, pero, o al menos así lo veo yo, antes de profesional, soy persona, y antes de profesional, soy padre y no quiero que mis hijos tengan que conocerme a los 40, y antes de profesional, soy marido y quiero estar presente para cuidar mi matrimonio, y antes de profesional soy hijo y hermano y quiero disfrutar de momentos familiares, y antes de profesional, soy amigo y lo único que realmente tengo y puedo compartir con todos ellos es mi tiempo y por tanto, solo quiero disponer del mismo como desee, no como me marque nadie, aunque esto conlleve pasar apuros económicos, ¡que no todo es tan bonito como lo pinto!
Yo creo más en la colaboración, en construir y en ayudar a construir, en aportar, en sumar, no me gusta la competencia y no creo en el sacrificio. Me parece que cuando tienes que sacrificarte o sacrificar algo o alguien por conseguir tus objetivos, dejan de tener sentido, sobre todo si ese alguien es parte de tu familia. Para mí el sacrificio está sobrevalorado y me parece que palabras como “sacrificio”, “resiliencia”, “aguante” hacen un gran daño a nuestras vidas y deberían ser sustituidas por “pasión”, “ilusión” o “entusiasmo”. Hace algún tiempo leí un post de una persona que no conozco. También había cumplido 50 años y hablaba de sus éxitos profesionales, de cómo las largas jornadas de sol a sol habían merecido la pena porque había sido capaz de sacar adelante un proyecto que iba a dejar un mundo mejor, todo muy emotivo. También escribía pidiendo disculpas públicas a sus hijos por no haber estado con ellos todo lo que hubieran necesitado. A mí me produjo una inmensa pena este comentario y el resto de los que seguían, diciendo que sus hijos lo comprenderían algún día y estarían orgullosos de su padre y bla, bla, bla… En aquel momento recordé una frase que escuché o leí en algún sitio: “Dejemos de plantearnos qué mundo vamos a dejar a nuestros hijos y pensemos en qué hijos vamos a dejar a nuestro mundo”, quizás así nos iría mejor. En fin… sigamos con los recuerdos, aunque intuyo que esta perorata va a traer cola.
A mediados de año, tuvimos en el cole una especie de estudio psicológico con la intención de analizar nuestras vocaciones o inclinaciones profesionales para orientarnos a elegir lo que íbamos a estudiar. Según avanzaba en él y repasaba la larguísima lista de posibilidades que nos presentaban, me iba dando cuenta de que entre todas esas opciones no había ni una sola que encajara conmigo. A las pocas semanas de aquel estudio mis padres fueron requeridos para una tutoría urgente en la que les comentaron que yo no tenía ningún interés en la vida y que mi actitud en ese sentido era preocupante. Aquello no era verdad. Había dos cosas que me hubiera encantado hacer. A estas alturas no hace falta que os diga cuáles eran. En 1990 no existía ninguna carrera que tuviera algo que ver con la industria musical y, por tanto, lo único que me quedaba era estudiar algo relacionado con el deporte. INEF era mi única y deseada salida, pero debido a mi ajustado expediente sabía de antemano que esa puerta estaba cerrada por completo así que, efectivamente, del resto de posibilidades que me planteaban, no me interesaba ninguna. Una reflexión me viene cada vez que pienso en aquellos días: ¿Cómo es posible que alguien con 17 años tenga que elegir lo que quiere ser el resto de su vida? Me da la impresión que algo estamos haciendo mal cuando ponemos por delante unas puntuaciones y un expediente a los deseos reales e inquietudes de un chaval. Yo sabía exactamente qué quería hacer y no podía hacerlo… ¡¡¡Pues haber estudiado!!!, dirá algún iluminado. En fin… ¡como estoy hoy con las proclamas!
Todo esto, junto con el hecho de que únicamente conseguí aprobar inglés en el primer trimestre (en COU ya no había educación física) generaron en mí una desmotivación total. Mi primera idea fue la de dejarlo e intentarlo al año siguiente. Mi padre aceptó la derrota, pero con la condición de seguir yendo al colegio durante todo el año que para algo lo había pagado por adelantado, y es que más sabe el diablo por viejo que por diablo.
Estos acontecimientos me afectaron en todos los sentidos e hicieron que me refugiara todavía más en mi interior. Los sentimientos, las emociones, las preocupaciones, los anhelos y las frustraciones, se quedaban bien guardaditas dentro, donde yo las reciclaba, cogía lo que me servía, escondía lo que no y sacaba un producto terminado en forma de chiste, coña y ocurrencia que sacaba la risa de mi familia y amigos y que me servía como calmante momentáneo. Esto de guardarlo todo bien dentro, que sé que es una característica común con algunos de mis hermanos y que también es compartida por mis padres, es algo muy complicado de gestionar y sigue siendo mi gran caballo de batalla muchos años después. A día de hoy, sigo con esos juegos de palabras, pero ya no tanto para esconder algo, sino por pura incontinencia “coñil”. Se me caen las chorradas, se generan sin parar en la parte de atrás de mi cerebro sin ningún filtro y sin que yo pueda hacer nada por evitarlo, llegan a mis cuerdas vocales y salen.
En el último año de colegio podíamos salir a la calle en los recreos y lo que parecía un premio por ser los mayores del cole, se convirtió para mí en un suplicio diario. Cada uno se juntaba con sus amigos y amigas, unos se iban a comprar un bollo, otros se quedaban fumando y otros repasando el examen de turno. Todos tenían su grupo y yo no sabía con quién quedarme, así que muchos recreos me los pasaba deambulando por ahí, viendo si me podía meter en algún grupo o esperando que alguien me diera pie a entrar en alguna conversación. Sé que todo esto les sonará raro a los que vivieron esos años conmigo y mucho más raro a mis amigos del barrio, pero así lo sentía yo.
Si a todo esto le añadimos que, después de cuatro años, seguía soñando despierto con mi amor imposible, el cóctel de emociones era explosivo. Perdido por completo y enamorado platónicamente solamente me quedaba mi canasta, mis cintas de música y alguna que otra salida a Moncloa (si os bebéis tres o cuatro…bueno vale, cinco o seis copas e intentáis pronunciar la palabra “Moncloa” comprobaréis que no es tan fácil como parece).
Como os comentaba anteriormente, tanto mi padre como yo aceptamos la derrota y en cierta manera eso me quitó mucha presión de encima. Los últimos meses de curso desarrollé una nueva utilidad para los bolígrafos BIC y perfeccioné una técnica de “estudio” que me ayudaba a recordar todo en los exámenes y gracias a la cual conseguí ir aprobando, arte, filosofía, historia, inglés, literatura… todo menos matemáticas y lengua que me dejaron para septiembre. Las cosas iban mejorando y además conseguí integrarme bien en un pequeño grupo de tres. Manuel, Antonio y yo que, durante todo el mes de junio, mientras los demás acudían a clase para preparar la selectividad, nos dedicábamos a otros menesteres más placenteros. Aquel mes creo que pisamos el colegio no más de tres o cuatro horas.
Una de esas horas que pasé en el colegio fue porque alguien me invitó a jugar un partido de fútbol y aunque no había jugado a este deporte en los últimos siete años en el cole decidí quedarme y probar. Mientras jugaba y comprobaba, no sin cierto asombro, que podía regatear a todos y hacer cosas con el balón en los pies que nunca hubiera imaginado, descubrí mi nueva pasión. Aquel junio de 1990 dejé dos cosas atrás: una, el deseo de dedicarme al baloncesto, ahora quería ser jugador de fútbol y dos, mi amor de juventud. El baloncesto no lo dejé del todo porque seguí mucho tiempo jugando y disfrutando y a Mamen, jamás volví a verla ni a pensarla.
Mi desdoblamiento de personalidad se acentuó en aquella época y aunque el final del año académico fue más o menos bueno ya que conseguí, de nuevo contra todo pronóstico, aprobar la selectividad en septiembre, mi problemilla psicológico, lejos de haber sido superado o asimilado, no había hecho más que empezar sin yo ser muy consciente de ello.
Musicalmente la tendencia siguió siendo la misma. Descubrimiento de nuevos grupos y afianzamiento de mis gustos musicales por la rama del heavy. Sin embargo, el puño de hierro con el que regía mis principios musicales durante esos primeros años, empezó a abrirse a nuevas tendencias, siempre y cuando mantuvieran la máxima de no ser demasiado conocidos. De esta manera, en mi súper equipo de música empezaban a sonar discos como el “Genesis” de Genesis, “Cuts like a Knife” y “Reckless” de Bryan Adams, grupos como Asia o cantantes solistas como Belinda Carlisle (me encantaba y lo sigue haciendo y varias canciones de su disco “Runaway Horses” podrían haber estado perfectamente en esta lista y no me avergüenzo ni un poquito de ello). Otras bandas que tenían un sonido más AOR (Adult Oriented Rock) desplazaron de manera paulatina a los grupos más heavys y mi colección de discos empezó a crecer por ese lado. Journey, REO Speedwagon, Asia, Boston, Chicago, Tot y sobre todo, Foreigner.
A estos últimos los descubrí unos años antes, un domingo por la mañana en el que se me quedaron pegadas las sábanas y no me levanté a tiempo para ir a misa de 12:00. Me quedé solo en casa y me puse a ver la tele. Para mi sorpresa estaban emitiendo un concierto que se llamaba Farm Aid, algo parecido al famoso Live Aid de Bob Geldof, pero con la intención de recaudar fondos para los granjeros de Estados Unidos con problemas hipotecarios. En aquel concierto tocaron gente tan conocida como Bon Jovi, The Beach Boys, Bob Dylan, John Fogerty de la Credence, Lou Reed o Van Halen y junto a todas estas estrellas, un grupo que yo no conocía en aquellos momentos, Foreigner. La canción que interpretaban era su gran éxito mundial, “I want to know what love is”. Me quedé maravillado y cuando llegó mi hermano mayor se lo conté. Para mi decepción, ya los conocía, y digo decepción porque mi gran afán era siempre descubrir algún grupo que no conociera él. Ya me sacaría esa espinita. A partir de ese momento, empecé a seguir a este grupo y mi investigación me llevó a tres de sus discos. “Agent Provocateur”, “4” e “Inside Information”. El primero de todos es probablemente uno de los discos que más escuché en mi adolescencia. En Estados Unidos eran uno de los grandes grupos que además contaban con uno de los cachés más elevados para sus actuaciones en vivo, pero en España, salvo el pelotazo de la canción que ya he comentado, nunca llegaron a ser demasiado conocidos, así que se ajustaban perfectamente a mis requisitos. A pesar de los miles de reproducciones del disco, mi canción favorita estaba en el “4” y su nombre era “Luanne”. Compuesta por el guitarrista Mick Jones y el cantante Lou Gramm (no confundir con Lou Grant, el de la serie de periodistas) y producida por un tal John “Mutt” Lange (a algunos no os sonará, pero va a ser el productor de muchos de mis discos favoritos de la historia), la canción cuenta la historia de un amor adolescente, en el que chico se enamora de chica, chica no le hace ni caso y chico termina por olvidarse… no sé si os suena de algo.

Así que, como no podía ser de otra manera, esta canción representa perfectamente el final de mis días de colegio, mi lanzamiento al mundo exterior, el inicio de una nueva década, los 90, y el comienzo de mi carrera futbolística que tantos y tantos amigos, heridas, uñas rotas, moratones, esguinces, roturas y demás lesiones me ha proporcionado.
Próxima parada: La Universidad
Por petición popular os pongo la letra en inglés y su traducción en castellano ya que todas las canciones al final cuentan algo que, al menos para mí, es importante.
Luanne, Luanne
Why do you run and hide?
Luanne, Luanne
Don’t keep your love inside
I wait around for you after school
You slip away and I don’t see you
Don’t know what I’m gonna do
If you can’t see how much I need you
We met, one day, and then, you ran away
I’ve searched the whole town looking for you
I know you’re there somewhere
Luanne, Luanne
Why do you run and hide?
Luanne, Luanne
Don’t keep your love inside
I write letters that I never send
I keep the words to whisper to you someday
I don’t know where and I don’t know when
Luanne I’m gonna get to you someway
I want to feel your love so close to me
Give me just half a chance
To prove myself, I need to
Luanne, Luanne
Why do you run and hide?
Luanne, Luanne
Don’t keep your love inside
These days true love is so hard to find
Someday I know you’re gonna be mine
Luanne, Luanne, Luanne, ooh
Luanne, Luanne, Luanne, Luanne
Why do you run and hide?
Luanne, Luanne, Luanne, Luanne
Don’t keep your love inside
Luanne, Luanne
Don’t need to run and hide
Luanne, Luanne
Don’t keep your love inside
Luanne, Luanne, Luanne, Luanne
I wanna be beside you, can’t you understand?
Luanne, Luanne, Luanne, Luanne
Give me a little love, I know you can
Luanne, Luanne
Can’t you hear me calling?
Luanne
Luanne, LuanneLuanne, Luanne
¿Por qué corres y te escondes?
Luanne, Luanne
No guardes tu amor dentro
Te espero después de la escuela
Te escabulles y yo no te veo
No sé lo que voy a hacer
Si no puedes ver lo mucho que te necesito
Nos conocimos un día, y luego, te escapaste
Te he buscado por toda la ciudad
Sé que estás ahí en alguna parte
Luanne, Luanne
¿Por qué corres y te escondes?
Luanne, Luanne
No guardes tu amor dentro
Escribo cartas que nunca he enviado
Guardo las palabras que susurré algún día
No sé dónde y no sé cuándo
Luanne Voy a llegar a ti de algún modo
Quiero sentir tu amor tan cerca de mí
Dame sólo una pequeña oportunidad
Para demostrar mi valía, lo necesito
Luanne, Luanne
¿Por qué corres y te escondes?
Luanne, Luanne
No guardes tu amor dentro
Hoy en día el amor verdadero es tan difícil de encontrar
Algún día yo sé que vas a ser mía
Luanne, Luanne, Luanne, ooh
Luanne, Luanne, Luanne, Luanne
¿Por qué corres y te escondes?
Luanne, Luanne, Luanne, Luanne
No guardes tu amor dentro
Luanne, Luanne
¿Por qué corres y te escondes?
Luanne, Luanne
No guardes tu amor dentro
Luanne, Luanne, Luanne, Luanne
Quiero estar a tu lado, ¿me entiendes?
Luanne, Luanne, Luanne, Luanne
Dame un poco de amor, sé que puedes
Luanne, Luanne
¿No puedes oírme?
Luanne
Hace millones de años que no escuchaba está canción! Es más, no sabía ni de quién era!!!
Años duros si los hay, conozco pocas o ninguna persona que recuerde COU con amor… Una vez más, excelente viaje Spachur!
Mira…algo nuevo que has aprendido, me alegro porque es un temazo!!! Muchas gracias!!!
que buenaaaaa
Es que este grupo tiene un montón de temazos!!!
Ahí, ahí, metiendo el dedo el la llaga….
Espero que esto genere un intenso debate sobre las prioridades de cada uno, y no quiero decir que cada uno no pueda tener las que quiera ojo, sólo me pregunto a dónde nos lleva todo ese esfuerzo y sacrificio en nombre de la profesionalidad y cuanto tiempo, que como bien dices es lo único que realmente poseemos, dejamos de COMPARTIR con quien queremos.
Para mi es muy importante el tiempo que compartimos hermano.
Un fuerte abrazo
El tiempo que tenemos es limitado y no entiendo que no queramos disfrutar de cada segundo, tanto sufrir y tanto sacrificio, hombre ya!!!
Por cierto, me ha faltado un link a «Urgent»….., sólo por tocar un poco las narices, jejeje
Excelente manera de empezar el día Marcos con tus reflexiones filosóficas, acompañadas de buena música y esa parte única y personal que engancha a todo ser humano
Feliz día
Gracias Paloma!!!
Otro grupo que descubro gracias a tí, mira que te gustan los grupos raros jeje, es coña. Que maravilla de lectura Marcos, y de reflexión sobre la «importancia»del éxito y trabajo. Y que mierda de planes de estudio que más de uno en COU nos dimos una buena leche académica jajaja, esperando tus aventuras en la Uni😀
Gracias María!!! Estos no son tan raros seguro que has escuchado alguna canción suya!!! Y si…qué dificil COU, qué presión por elegir tan pronto!!!
Me ha encantado todo!!!!….algun día la educación priorizará sacar el potencial que cada uno tenemos dentro,o es que igual no les compensa?
(Seria una larga charla)
Todos somos valiosos para algo,mi hijo de 16 años esá justo con esto,no sabe bien lo que quiere,que difícil cuando uno no tienen ni idea….
El amor y el tiempo que nos dedicamos es lo más valioso sin duda y desgraciadamente como vivimos en automático y muy ocupados con el resto de cosas no mas importantes nos despistamos….Gracias por compartirlo,genial explicado,me he conectado totalmente 🤗💯
Un gran abrazo!!!
Gracias!!! En materia de estudios lo único que les repito constantemente a mis hijos es que se dediquen a algo que les apasione y que busquen y busquen y no dejen de buscar.
¡El de Foreigner en La Riviera es uno de los mejores conciertos que he vivido!. Recuerdo flipar con uno de ellos, Thom Gimbel por lo que he estado investigando, tirar de guitarra, de travesera y de saxo, así como quien sale a caminar.
Y Urgent……temazo.
Hemos ido juntos a unos cuantos!!!!
Para ti y para Pichi:
https://www.youtube.com/watch?v=HuTLBsSlUz0
Si señor…. Como me gusta ese solo de saxo…..
Marcos me ha encantado todo lo que cuentas porque en estos tiempos y por las circunstancias que estamos viviendo hemos empezado a cuestionar «nuestro mundo» , creo que tu punto de vista nos va a llevar otra vez a reflexionar.
Muchas gracias. Un beso
Gracias Paloma, mi intención era simplemente mostrar mis canciones y sacar alguna sonrisa, pero si además consigo hacer reflexionar o al menos poder hacer ver las cosas desde otro punto de vista, la satisfacción se multiplica! Un beso
We are just beginning to understand the miracle of living!!!
¡Habrá que transformar la educación! Y formar a personas humanas y conectadas!
Intentaré aportar mi granito de arena…
Gracias de nuevo Marcos…esto es terapéutico…a ver si sacamos los sentimientos…te quiero!!!!!
Belinda!!! Cómo me gustaba!!!! Eres parte de esa transformación así que sigue con ello!!! Yo si que te quiero!!!
Por cierto, estaba claro que lo de Moncloa llegaría en algún momento …😂😂😂.
El Chapandaz de fondo!
Cada día que te leo me emociono más… Y siento que la vida me ha dado el mejor regalo al ponerte en mi camino… Que mejor o peor, nuestros hijos sabrán agradecer a estos padres extraños que tienen… Te quiero!
Ay amore…el que tiene suerte soy yo!!
Marquetes, eres grande. Es de admirar hasta qué punto (y con qué arte) nos estás confesando sentimientos y pensamientos tan íntimos, esas inseguridades y esa búsqueda de la propia identidad y de nuestro lugar en la vida y en la sociedad, tan característicos de la adolescencia (y de la juventud, e incluso más allá…)
Me resulta cuanto menos curioso que ese tipo tan cachondo y aparentemente desinhibido al que conocí hará ya poco menos de 20 años (sí, me refiero a ti) fuera el alter ego de un romántico idealista, desubicado y desmotivado en ese criadero de futuros yuppies que por lo que explicas debía de ser vuestro colegio… Me siento identificado con ello porque, aunque de otra manera, a esa edad yo también me sentí fuera de lugar y desorientado en más de un sentido, y sospecho que es una experiencia mucho más común de lo que solemos reconocer.
Por otro lado, no puedo estar más de acuerdo en tu reflexión sobre el éxito como algo totalmente subjetivo (también para mí tiene más que ver con lo personal que con lo profesional), y añado la importancia en la educación de la inteligencia emocional. Ojalá seamos capaces de ayudar a nuestr@s hij@s a que decidan dedicarse A LO QUE LES HAGA FELICES, ¡y punto pelota!
Ah, y a todo esto, me ha parecido un caramelito la canción de hoy (yo tampoco la conocía), y muy buen exponente del «desamor platónico» que a la mayoría nos atormentó alguna vez…
¡Gracias de nuevo, crack, y buena semana a tod@s hasta la próxima y esperada entrega!
Ahí va mi cita de hoy: «la imaginación nos consuela de lo que no podemos ser, el humor nos consuela de lo que somos» 😅
Pues si…tuviste la suerte o la desgracia de conocerme gracias a alguien de mi «zona de seguridad» y ahí no tenía problemas. Cuando hablo de mi desdoblamiento de la personalidad no estoy de coña, aunque lo parezca. Todavía no he conseguido saber porqué y a día de hoy es mucho menos pero todavía me pasa. Y lo de estar perdido en la adolescencia me temo que es algo más común de lo que parece y creo que lo realmente preocupantes sería lo contrario!!!
En cuanto a la canción, si te ha gustado no dudes en investigar alguno de esos discos que comento…maravillosos!!!
Gracias por tus palabras semanales!!!
¡Ah, y no hemos mencionado la tan suculenta como peligrosa «leche de pantera», especialidad del Chapandaz!, jajajajaja…
Muy bueno este capítulo Mark. Son épocas de cambios, hormonas e inseguridades. El tema de la competitividad coincido contigo, no tanto en la del esfuerzo. Porque a veces por no hacer un esfuerzo a tiempo lo pagas el resto de tu vida con muchas más penurias, en cualquier caso es una decisión personal y allá cada uno, porque los resultados los sufre cada uno. No obstante, la vida nos suele demostrar que la virtud se suele encontrar en el punto medio. 🙂
Cuando haces algo que te apasiona por mucho tiempo que le dediques no te supone un esfuerzo porque lo estás disfrutando a cada momento, a eso me refiero yo. Yo salgo a correr y puedo pasar horas y es un esfuerzo físico sin lugar a dudas, pero lo que me produce ese esfuerzo es felicidad y eso debería ser aplicable a cada cosa que hagamos en la vida, pero como dice la canción: Puedo ser un soñador, pero no soy el único.
100 % de acuerdo en que la virtud está en el equilibrio…tan difícil de encontrar por otra parte.
De hecho lleva toda una vida encontrarlo… jejeje
Eso el que consigue encontrarlo!!!
Foreigner, Que bueno. Gracias Marcos por compartir tus recuerdos y experiencias.
Es muy interesante conocer esta parte de ti.
Ese chapandaz con la leche de pantera!
Voy con retraso en la lectura, perdón!
Jajajaja, no pasa nada!!!Cada uno a su ritmo!!!!
Voy tarde, pero me encantan estas reflexiones que tienes. Un gran trabajo a esa dificultad para dejar salir, expresarte…
Que buena la canción para ese momento
Jero!!! Si que vas tarde!!! Lenta pero segura!!! Date prisa que enseguida apareces!!!
Yo soy otro de los que estoy en la carrera para llegar a la actualidad del blog, pero eso tiene una ventaja…. Tus trallazos de realidad y vida llevada a la de uno mismo, a través de tus relatos son mas continuos y hacen mucho bien… No se como lo voy a llevar cuando tenga que esperar cada semana por un capítulo nuevo.
Muy buena tu reflexión. Al final ¿Qué es triunfar?, Quién lo decide?, Qué razón tienes en que lo importante es el tiempo y buscar como disfrutarlo, realmente, con quien quieres, con lo que te motiva de corazón,y más, cuando eres joven. Yo creo que eso es algo que no hay que perder, la vida es muy larga, si quieres y puedes vivirla. A la vuelta de la esquina quizás esté que lo que estás buscando en cada momento…o no?…quien sabe.
Gracias por compartir todo esto Marcos y por supuesto por los temazos musicales…(aunque Pichi …, lo intente no llega tu nivel…;-) jeje; a veces los hermanos menores ganamos a algo a nuestros hermanos mayores).
Me encanta la cita de que hijos dejamos a este mundo… toma otra :
Lo que sucede es lo que es. Lo que hacemos con ello es lo que somos.