7. We´ll burn the Sky. Scorpions

A pesar de mis problemas iniciales de adaptación, el año de 1º de BUP estaba decidido a perseguir mis sueños, quería ser jugador de baloncesto, así que el primer paso era apuntarme al equipo del colegio. Como era mi primera vez, me pusieron en el equipo B, pero no había problema, ¡ya les demostraría lo que valía! Estuve unos meses entrenando entre semana y jugando partidos los fines de semana y la verdad que lo disfrutaba muchísimo. Todo se torció cuando debido a unos pocos suspensos de nada, mi padre decidió que tenía que dejar el equipo porque me quitaba mucho tiempo. Un viernes cualquiera mientras salía del colegio a comprar unos chicles a Maruja (referencia que solo conocerán los que han ido al Pilar), se me acercó un compañero del equipo para decirme que tenían partido por la tarde y que les faltaba gente. “Carlos, no me digas más, si mi equipo me necesita, allí estaré yo”. Y allí que me fui. Recuerdo que perdimos por bastante, pero hice un partidazo y estaba feliz a pesar de la derrota. Con esa cara de felicidad llegué a casa bastante más tarde de lo habitual para comprobar con cierta angustia que mi padre ya había llegado también. “¿Por qué llegas tan tarde y dónde estabas?” Mi cara se transformó en ese mismo momento, pero reuní fuerzas, asumí mi responsabilidad y decidí decir la verdad porque estaba orgulloso de lo que había hecho, ¡¡¡había apoyado a mi equipo por encima de todo!!! Era un líder, un ejemplo a seguir, un héroe…Allí mismo se acabó mi carrera baloncestística.

Cuando las cosas me salían mal tenía dos posibles bálsamos, salir a echar unos tiros a la canasta, cosa que evidentemente no podía hacer en ese momento, o subir a mi habitación a escuchar música. Por aquel entonces casi me había librado de la tiranía de mi hermano porque por fin teníamos habitaciones para cada uno. Mis padres reformaron la buhardilla e hicieron tres habitaciones, para los tres chicos. Vivir durante tantos años en aquellas habitaciones de la buhardilla forjó nuestro carácter y mejoró, sin duda, nuestro sistema inmune. En invierno hacía tanto frío que para dormir me metía en la cama y me hacía un bloque, en esa misma posición dormía toda la noche porque cada vez que me movía un solo centímetro podía sentir las sábanas heladas rozando mi piel. En verano el efecto era exactamente el contrario. Hacía tanto calor que tenía que subir un bote repleto de hielos y agua y cada cierto tiempo echaba el agua helada sobre la almohada para poder conciliar el sueño. Esa mezcla de calor, sudor y calcetines usados resultaban en un hedor que, como le decía el Coronel Truman a Rambo, harían vomitar a una cabra. Ya tenía mi propio espacio y de vecino a Luis. Uno de los juegos que más nos gustaban era el de lanzar las monedas a ver quién las dejaba más cerca de la pared (¡¡no vale redondilla!!). Cada uno llevaba su montón de monedas y, mientras escuchábamos música, jugábamos al dichoso juego. Así conocí uno de los valores más destacados de mi hermano: la tenacidad. Al principio siempre le ganaba yo, pero no me dejaba irme, y yo, cansado ya de tanto lanzamiento o victima del sueño, iba perdiendo efectividad hasta que él recuperaba todo su montón, entonces ya me dejaba irme a mi habitación, eso sí, le tenía que llevar el jodido vaso de agua. Eso sucedió durante varios años hasta que un día, no recuerdo porqué, me enfadé tanto que, como él mismo dice, sacó al Hulk que había encerrado dentro de mí. Mi cara se transformó con una mirada de loco que podría haberle traspasado y empecé a tirar todo lo que me encontraba por mi camino, a gritar y a patalear y con un portazo, que terminó de tirar lo que había quedado en pie, le dejé claro que aquel “abuso” iba a ser el último. Debí asustarle bastante porque efectivamente fue el último, me había ganado su respeto.

Cualquiera que entrara en mi habitación no iba a tener duda de mis gustos musicales, tenía posters (todavía conservo alguno, pero mi mujer no me deja ponerlos) de todos los grupos, fotos colgadas por la pared, no había un hueco vacío. Junto a la cama, mi primer aparato de música, una doble pletina bastante mediocre pero con un montón de luces que me hacían pensar que era un auténtico pepino y que conseguí comprarme con lo que me iba sacando de mis tres fuentes de financiación, cortar el césped en casas varias, las monedas perdidas del coche de mi padre y las del sofá del salón. Y junto al equipo de música, mi colección de cintas que iba creciendo poco a poco. Como ya os comenté, estos fueron los años de mayor curiosidad musical, todo lo que llevara una guitarra distorsionada y cañera me gustaba y la lista de grupos crecía y crecía: AC/DC, Pink Floyd, Rolling Stones, Deep Purple, Led Zeppelin, ZZ Top, Rainbow, DIO, Whitesnake, Iron Maiden, Helloween, Black Sabbath, Queen, Creedence Clearwater Revival, Gary Moore, Kiss, Def Leppard, Bon Jovi, Waysted, Tyketto, Dare, Warlock, Motley Crue, TNT, Heart, Journey, Alice Cooper, Van Halen, Cinderella, Tesla, Michael Schenker Group, Y&T, GUN, Guns n´Roses, Poison, Magnum, Bon Fire, Twisted Sister,  Wasp, Lita Ford, Ozzy Osbourne, Aerosmith, Manowar, Sangre Azul, Winger, Kingdome Come, Skid Row, Damn Yankees, Faith No More, Great White, Bad Company, Y. Malmsteen, The Black Crowes, White Lion, Bad English, FireHouse, Warrant, Extreme, Dokken, Queensryche y podría seguir y seguir, pero creo que con estos ya os podéis hacer una idea.

De entre todos estos grupos uno destacaba por encima de todos para mí. Scorpions se convirtieron en mis grandes héroes y mi primera banda favorita. Dentro de su discografía, dos discos en directo, Tokyo Tapes de 1978 y el Word Wide Live de mediados de los 80 se convirtieron en mi Santo Grial. De ellos fueron mis primeros conciertos en vivo pese a la preocupación de mi madre por ir a ver a esos peludos. Todos los discos desde el Lonesome Crow de 1972 hasta el Savage Amusement de 1988 fueron reproducidos una y otra vez en casa. Después de ese disco mi interés por el grupo alemán decayó en la misma medida que la calidad de sus discos. No había una canción de esos primeros discos que no me supiera y no había un grupo mejor en el mundo (recordad que solo estoy contando mi punto de vista, no me interesan los comentarios tipo: “No tienes ni idea”, “Eran unos mataos”, “Todas las canciones suenan igual”, “Eran unos flojos que solo hacían baladas”). Si salía algún reportaje de ellos en alguna revista, me la compraba, si salía un disco ahorraba lo suficiente para pillármelo en el desaparecido Madrid Rock, en mis cintas de varios siempre tenía que haber alguna canción suya, y en las cintas que grababa a las chicas para introducirlas en el maravilloso mundo del rock también había siempre alguna de Scorpions, en fin, era todo un fan.

El grupo cambió bastante cuando su primer guitarrista Uli Jon Roth fue invitado a abandonar la banda por diferencias con el núcleo duro, Klaus Meine, cantante y Rudolph (7 letras, vertical) Schenker guitarrista rítmico y compositor que querían darle un aire más rockero a la banda, y fue sustituido por Matias Jabs. El giro sin duda, les salió perfecto porque a partir de ese momento despegaron como cohetes y se hicieron mundialmente famosos. Esa segunda época es la que yo más disfruté y, sin embargo, la que para mí es su más grande composición es de la primera época. We´ll burn the Sky. La letra de esta canción es un poema de despedida para el mismísimo Jimmy Hendrix compuesto por la que en aquellos momentos era la novia de Uli Jon Roth y que años antes había mantenido una relación sentimental con el propio Hendrix antes de morir. Los cotilleos del rock afirman que fue la última persona que lo vio con vida (os recomiendo leer la letra pensando en el gran guitarrista).

Y ahora sí que sí, me ajusto las gafas de bucear, me abrocho bien el bañador y me lanzo sin ningún miedo a este gran charco: En cualquier lista que busquéis con las más grandes canciones de rock de la historia en el número 1 o como mucho en el 2 encontraréis Stairway to Heaven de Led Zeppelin. Si comparáis las dos canciones tienen una estructura similar con un arranque lento y armonioso que va subiendo en intensidad hasta llegar al climax de la canción. Desde el punto de vista musical creo que las dos canciones están como mínimo al mismo nivel, pero desde el punto de vista más personal, las emociones que consigue provocarme esta canción están muy por encima de la canción de Page y Plant.

Ya empiezo a escuchar los primeros pitos, abucheos y silbidos, pero honestamente, para mí, la canción de Scorpions es muy superior a la de los Zeppelin. La interacción entre las dos guitarras en el comienzo, la voz de Meine, las entradas de la batería, cómo va creciendo la canción, el riff de guitarra y el solo final hacen que se convierta en una auténtica obra de arte. Mi hijo Unai, que es un crítico musical reputadísimo y con un gusto exquisito (de dónde lo habrá sacado), coincide absolutamente conmigo, así que si alguno quiere discutir este tema, tendrá que vérselas con él.

Mis conciertos de Scorpions

He visto varias veces a Scorpions en directo, con Vixen, con Tesla (quedaros bien con este nombre), solos, en estadio, en pabellón, y jamás he podido escuchar esta canción. Tenía todas mis esperanzas depositadas en el último concierto que fui porque se suponía que era la gira de despedida. Acompañado de nuevo por mis hermanos mayores acudí esperanzado y con cierta pena por tratarse del último concierto de mi primer grupo favorito. La noche se presentaba perfecta, todos juntos íbamos a disfrutar del grupo más representativo de nuestra infancia y adolescencia y hacíamos apuestas sobre qué canciones iban a tocar. Creo que no acertamos prácticamente ninguna. El sonido del concierto fue penoso, las entradas estaban en la parte más alejada posible y no veía nada, y además no tocaron esta canción ni muchas de las que me hubiera gustado como último concierto, que tampoco fue tal porque todavía siguen haciendo giras. La decepción fue total y me dio mucha pena y rabia, por lo que decidí que no volvería a un concierto suyo, pero en el fondo sé que volveré solo por el hecho de tener la penúltima oportunidad de escuchar esta canción en directo.

I’m in love with the sunshine
I’m in love with the fallin’ rain
Everything seems to call your name
Yesterday you were leavin’

Leavin’ life and all your pain
Everything wants you back again
Wants you back again
Wants you back again

I found myself through you
And there was love in my life
I felt always naturally high
And my love had a home

But now my mind has started to roam
You’re my life giving fire
And you carry all my love
Through you I was so inspired

You’re engraved deep in my heart
Heart, heart, heart

My dreams recall us being one
I’ve searched for you to be free
The force of life you have always been
I feel blue since you’re gone

You’re breath of life surrounded me
When can I join you to be free
Join you to be free
Join you to be free

Wait, can this be a dream
There is a voice in my head
It belongs to you, it says
Don’t cry, no need to be sad

There’s a way to stay with you again
It’s more than you ever had
And no death brings us apart
Our timeless love always grows
Because you are my other part

I know we’ve never been apart
Your love sets fire to my heart
We’ll burn the sky
When it’s time for me to die

We’ll burn the sky, oh yeah
We’ll burn the sky, oh yeah
When it’s time, time, time
We’ll burn the sky
We’ll burn the sky, oh yeah

19 comentarios en «7. We´ll burn the Sky. Scorpions»

  1. Sin duda esa primera etapa de los Scorpions es para mí mucho mejor que la segunda y mucho más desconocida para el público en general.
    Y este es un temazo sin lugar a dudas.

    • Sin duda, su mejor canción. Como me gustaba abrir el World wide Live y mirar la foto del público, recuerdo que era impresionante!

  2. Ya tengo otra canción desconocida para mí en la lista.
    Así que tuviste que tener un ataque frenético para que Pichi e diera cuenta que ya eras mayor… Muy bonita la historia de esta semana también. Un beso

  3. Esta mezcla de vivencias y música me fascina. Y además estoy aprendiendo mogollón de música gracias a tí, pq no eliges la canción más famosa del grupo, si no la que más te toca la patatilla. Tengo aquí a tu África y ha reconocido la canción jejjej, eso es ser buen padre 😊

  4. Pues fíjate que no recuerdo yo el día de tu explosión, y eso que debió ser apoteósica.

  5. ¡¡Yo también me acuerdo de Maruja!!
    Y también estuve en uno de esos conciertos, creo que el de Leganés. No se oía muy bien pero les puede tachar de la lista de “conciertos pendientes”.

  6. Y ese fue mi primer concierto de Scorpions, era para compensar que no me dejaron ir con vosotros cuando ya era un tío hecho y derecho de quizás 12 o 13 años. Y…en fin, la que más me gustó fue Enter Sandman, que pusieron antes de que empezara el show.

  7. Pues ya se nota que siempre te ha gustado diferenciarte llevando la contraria al común de los mortales, porque vamos, la «boutade» de decir que esta canción, aun siendo muy buena, es mejor que el monumento sonoro que es Stairway to Heaven, en fin… Pero bueno, esto es lo grande de la música, que el factor emocional pesa mucho en las preferencias de cada cual. Anyway, ¡un descubrimiento más, y mejor relato!

    • He dicho que musicalmente las veo al mismo nivel pero que emocionalmente me gusta mucho más esta…pero efectivamente para gustos los colores!! Me alegro que vayas descubriendo y sobre todo que te gusten los relatos!

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