Brother Mine. Suzanne Vega

Se nota que los niños están creciendo…en todos los sentidos. El mayor ya está más alto que yo, cosa bastante sencilla, y me quita los pantalones de deporte y los calcetines. Por el momento compartimos ropa, pero me da que esta época va a durar poco.

Otra cosa que estamos empezando a compartir son las series. Aunque en casa somos bastante fans de algunas que hemos visto en familia (Stranger Things y Glee ocupan los dos primeros puestos), Ibón y yo hemos empezado a ver una serie española que se llama “La Caza. Monteperdido”. En un principio nos atrajo el nombre y la localización y al final acabó por engancharnos.

El caso es que los días que no tiene séptima y llega pronto a casa a comer, le espero y vemos juntos la serie. Este mismo lunes, había acabado de hacer mis tareas y tenía todavía veinte minutos hasta que llegara del Instituto.

Valoré hacer un par de cosas en esos veinte minutos pero la pereza y esa modorra que te entra después de comer pudieron más y decidí sentarme en el sofá un rato y volver a ver un telediario después de…¿En qué año estamos?, Ah, sí, 2023, pues después de casi tres años.

Tuve tiempo de ver un par de cosas que, cambiando los protagonistas, personajes, o actores principales, eran exactamente iguales a lo que veía hace tres años. Es indecente que un Presidente hago esto en estos momentos. Hay que hacer una oposición constructiva. No me vengan a dar lecciones de (lo que queráis poner). ¡Pues anda que tú!

La modorra era intensa y los pocos incentivos que me llegaban desde la caja tonta y que me confirmaban que todo sigue igual y que al dejar de ver la tele he ganado tres años de tiempo y tranquilidad, sucumbí en un delicioso sueño flanqueado por los dos cachorritos que mostraban el mismo interés que yo en las noticias.

De ese reparador sueño nos sacó Ibón que llegaba del Instituto hambriento y ya se había preparado la comida. Listo para devorar, comida y serie.

Nota: En estos momentos ya nos hemos acabado la primera temporada, y ya estamos planeando ver la segunda juntos también.

Os confesaré algo. A estas alturas del texto de hoy, todavía no tengo una canción. Tengo mis listas puestas en aleatorio confiando en que alguna canción quiera dar sentido, o quitárselo, a lo que voy escribiendo.

Os confesaré algo más. A estas alturas del texto de hoy, todavía no sé de qué voy a hablaros.  Confío en que algo vaya surgiendo.

Brother Mine

Así, el recurso más fácil que se me ocurre es hablaros de los perritos.

Duermen, mean, cagan, comen, pelean, pelean a muerte, se escapan por los barrotes de la terraza, se siguen peleando, duermen, mean, cagan, comen y esa es, básicamente su vida en un bucle sin fin. Afortunadamente, parecen que son perros listos y el tema del pis y la caca lo hacen en el sitio que tienen para ello, aunque no siempre aciertan a hacerlo dentro y ninguna habitación está libre de la posibilidad de encontrarse un regalito en mitad del suelo.

Por el momento no podemos sacarles a la calle y eso es algo que estamos deseando todos. Los pobres estaban acostumbrados a correr por el césped, perseguir gallinas, ver a las ovejas pasar y revolcarse por la tierra y ahora la única tierra que pueden tocar es la de las jardineras de la terraza. Todo lo demás es parquet en el que se hacen unas sesiones de patinaje divertidísimas.

Los primeros días de sacar a los perros tendremos discusiones…

—Hoy me toca sacar a mi a Gato

—No tengas morro, ayer le sacaste tu.

—Pues no, yo quiero llevarle con la correa azul.

—Sí claro, qué morro, tu siempre te pides la azul, hoy me toca a mi.

Ya veremos en las frías noches de noviembre si esas discusiones se mantienen o cambian a:

—Yo paso de sacarles

—Vaya morro tienes, ayer me tocó a mi.

—Pero, ¿qué dices? ¡Si tú nunca los sacas!

—Me da igual, estoy en pijama y no pienso sacarles…               

Por cierto, no os los he presentado formalmente.

Gato Mckenzie y Peter Sprocket Mckenzie. Nos gusta pensar que sus antepasados corrían detrás de las ovejas lanudas de las tierras altas de Escocia y confiamos en que las montañas de la sierra de Madrid les conecten que sus ancestros y sean muy felices corriendo por ellas.

En cuanto a los nombres, también tienen su historia.

Gato. Era el que nos íbamos a quedar desde un principio. Cuando dimos la noticia a los niños de que íbamos a quedarnos con uno, rápidamente comenzó un proceso de selección de nombres. La verdad es que no consigo recordar ninguno ahora, aunque sí recuerdo muchas carcajadas aportando nombres de todo tipo. En medio de esa tormenta de ideas resonó un nombre con fuerza. Era la propuesta de Ibón. Se escuchó alto y claro:

GATO, QUIERO QUE SE LLAME GATO.

Me encantó y se quedó. Se llamará Gato, ¿Puede haber un perro con más personalidad, más diferente al resto, que uno que se llame Gato? Imposible, Gato es mi perro.

Peter Sprocket. Bien, este es el segundo, el que no teníamos pensado quedarnos. En cuanto tomamos la decisión, yo solo puse una condición: Quiero que se llame Sprocket.

Los de menos de 35 que ni lo intenten. Si tienes entre 35 y 40 años puedes tener alguna opción. Entre 40 y 45 vete buscando una buena excusa si no lo sabes, pero si tienes más de 45 y no sabes quien es Sprocket entonces es que no has tenido infancia.

Vamos a jugar, tus problemas déjalos, para disfrutar, ven a….

Bueno, si no te ha llegado y no estás cantando ya la sintonía, no te preocupes que seguro que alguien en los comentarios te saca de dudas.

El caso es que Sprocket era uno de los protagonistas de esa serie que siempre veía con mis hermanos y desde entonces, a cualquier perro desconocido que me cruzo, le llamo Sprocket. Ese nombre se quedó pegado en mi memoria como el queso gratinado se queda en la fuente de cristal y para mí, no existe un nombre más de perro que el de Sprocket. Ya os he dicho que durante años saludaba a todos los perros con ese nombre, así que en realidad siempre he deseado tener un perro que se llamara así y no iba a dejar pasar esta oportunidad.

El problema es que Sprocket, nuestro Sprocket, es mucho Sprocket y rezuma clase y elegancia. Además, Jara estaba muy disgustada porque no le habíamos dicho que íbamos a traer dos perros y sobre todo no le habíamos dejado elegir a ella el nombre de uno. Podía aceptar que estábamos todos de acuerdo en ponerle al primero Gato, pero además poner nombre al segundo sin su consentimiento era demasiado para ella.

Jara tenía que ponerle un nombre y, además, tenía claro cuál iba a ser: Peter.

¿Por qué? Ni idea, pero ella quería que se llamase Peter, así que al final llegamos a una decisión salomónica y le llamamos Peter Sprocket.

Si yo ya tenía problemas cambiando los nombres a mis hijos, imaginaos ahora mi disléxico cerebro tratando de acertar con los nombres de todos los que vivimos aquí.

Gato, ponte el pijama y ayuda a tu hermano a poner la mesa.

África, no te mees ahí, vete al empapador.

¡¡¡Ibosprocketunai, dejad de pelear!!!

Gato es un loco de la vida, ve algo que quiere y se lanza a por ello, es más abierto y es el primero en saludarte. Sprocket es más tranquilo, más reflexivo, puede parecer un poco más asustadizo, aguanta los mordiscos de su hermano, pero cuando no puede más se lo hace saber. No sé, esta historia me es familiar.

Brother Mine.

Y como estamos hablando de cachorros, hermanos y estas cosas, os contaré ahora algo. No quiero pensarlo mucho ni hacerme demasiadas ilusiones y ni siquiera sé si quiero contarlo, pero como eres de confianza te lo cuento, pero por favor, no lo comentes mucho.

Tengo otra nueva criatura recién parida entre mis manos. No os asustéis, estoy hablando en sentido figurado (probablemente sin sentido para algunos). Comparto esa criatura con una de esas personas que te encuentras en el camino y con la sé que hay una gran conexión. No solo lo sé, lo siento.

Es uno de esos hermanos que te va regalando la vida.

La criatura está completamente en pañales, pero la ilusión es tan grande que no nos importa que por ahora huela un poco a mierda. Eso sí, si hay un especialista en cambiar pañales ese soy yo, así que el futuro es enorme. Sé que estoy hablando un poco en clave, pero por el momento prefiero que quede en el economato. Pero podéis estar seguros de que tendréis noticias.

Brother Mine.

Aquí viene mi tercera, y última confesión del día. He encontrado una canción, pero la verdad es que nunca la había escuchado. La cantante si que la conozco y me vienen recuerdos de mi hermano mayor escuchando sus discos sin parar.

Había otros grupos o solistas que él solía escuchar y que yo no podía aguantar, como el caso de Silvio Rodriguez. Había otros que me sonaban bien pero que no alcanzaban a emocionarme, como podía ser Van Morrison.

Y después estaba Suzanne Vega.

Yo paraba lo que estuviera oyendo en cualquier momento si escuchaba a mi hermano poner algún disco de Suzanne Vega. Lo hacía con disimulo, ya sabéis, tenía una imagen que mantener y no podía permitir que la gente me viera emocionado con una de sus canciones, así que siempre hubo una puerta entre ella y yo.

Quizás por ese motivo no ha tenido tantas escuchas en mi historial de reproducción, pero es sin duda, una de esas artistas con algo que te toca el alma. Conseguir emocionar, hacer sentir o incluso recordar a través de una línea de una canción o de una melodía debe de ser algo maravilloso y ella lo hace siempre.

Esta canción la compuso con 14 años para su hermano pequeño que no hacía más que meterse en problemas. Podía ser su hermano, podía ser el mío, podía ser incluso el tuyo, podía ser uno de esos que conoces en el camino, podía ser uno de nuestros cachorros, lo importante es que tener un hermano es un regalo de la vida. Meas haciendo lucha de espadas, acompañas, juegas, te peleas, escuchas, comprendes, aprendes, ayudas, pides, das, amas, vives y por supuesto,

CANTAS

Sonny boy, you need new sneakers

Better go into town and get then Friday night

Come to think of it, kid, you need just about everything

But I think things are gonna be all right,

Yes, I think things are gonna be all right.

So you went and got yourself back into trouble

Went and got yourself into another fight

Come on here, let me see your eye, now it’s all black and swollen

But I think you’re gonna be all right

Yes, I think that you’re gonna be all right.

I don’t know why you’re such a troublemaker

You’d think that maybe by now you’d see the light

Getting yourself torn up, boy, and we don’t have that much money

But I think maybe things will be all right,

Yes, I think maybe things will be all right.

Now maybe I shouldn’t yell

‘Cause I know you’re just a kid

But I can’t always tell

What’s on your mind, half of the time, brother mine.

Now I know that you’re just my little brother

And I don’t expect you to get everything just right

But I think you ought to use a little more sense than what you’re using

And maybe then things would be all right,

Yes, and maybe then thing would be all right.

I know that I sit and I worry too much

Especially when you come home such a sight

But I guess what you’ve got to do, boy, you go ahead and do it

And I sure hope thing will be all right,

Yes, I sure hope things will be all right.

Now you come back here, you scruffy little brother

Come on back here and let me kiss you goodnight

‘Cause I know if you were gone I’d miss the sound of laughter

And that’s gonna make everything all right,

Yes, that’s gonna make everything all right.

Sonny boy, necesitas zapatillas nuevas

Mejor ve a la ciudad y cómpralas el viernes por la noche.

Ahora que lo pienso, chico, necesitas casi todo.

Pero creo que las cosas van a estar bien,

Sí, creo que las cosas van a estar bien.

Así que fuiste y te metiste de nuevo en problemas

Fuiste y te metiste en otra pelea

Ven aquí, déjame ver tu ojo, ahora está todo negro e hinchado

Pero creo que vas a estar bien

Sí, creo que te pondrás bien.

No sé por qué eres tan alborotador

Uno pensaría que tal vez ahora verías la luz

Haciéndote pedazos, chico, y no tenemos tanto dinero

Pero creo que tal vez las cosas saldrán bien,

Sí, creo que quizá las cosas vayan bien.

Ahora tal vez no debería gritar

Porque sé que eres sólo un niño

Pero no siempre puedo decir

Lo que está en tu mente, la mitad del tiempo, hermano mío.

Ahora sé que eres sólo mi hermano pequeño

Y no espero que lo hagas todo bien

Pero creo que deberías usar un poco más de sentido común del que estás usando

Y tal vez entonces las cosas estarían bien,

Sí, y tal vez entonces las cosas estarían bien.

Sé que me siento y me preocupo demasiado

Especialmente cuando vienes a casa tan visto

Pero supongo que lo que tienes que hacer, muchacho, sigue adelante y hazlo

Y espero que todo salga bien,

Sí, espero que todo salga bien.

Ahora vuelve aquí, hermanito desaliñado

Vuelve aquí y déjame darte un beso de buenas noches

Porque sé que si te fueras extrañaría el sonido de la risa

Y eso hará que todo esté bien,

Sí, eso hará que todo esté bien.

2 comentarios en «Brother Mine. Suzanne Vega»

  1. Risas, lloros, emoción, intriga, curiosidad…me produce tu entrada de hoy
    Y ganas de ver a Gato y a Peter Sproket!

  2. Los hermanos son regalos de la vida con los que aunque a veces te pelees siempre recuerdas alguna anécdota graciosa, yo tengo una muy buena con mi hermano mellizo…conexión especial: al vecino de arriba, un señor mayor y muy serio le operaron de la próstata….un día bajó a casa a contar con pelos y señales la operación..tan con pelos y señales que el hombre se tocaba los webs mientras lo contaba…yo sabía que mi hermano estaba descojonado…lo intuía, estábamos los dos sentados en la mesa comiendo, uno enfrente del otro, sabía que si lo miraba….nos íbamos a descojonar los dos…y así fue. Mirarnos de reojo y jajjajajajjss. Mis padres nos echaron de la cocina, por irrespetuosos. Parece una chorrada, pero siempre me hace reír cuando lo recuerdo.
    Ay esos Gato y Sproket ( el perro de fragguel rock, qué grande!)

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