Los recuerdos me llegan como flases con imágenes claras.
Después de un par de tazas del gazpacho casero de mi madre, el mejor del mundo, subo los dos tramos de escaleras, para entrar, como tantas otras veces, en el horno en que se convertía mi habitación situada en la buhardilla de casa de mis padres.
Para tratar de combatir esa horrible sensación de calor, coloco un cartón que años antes recorté a medida para tapar el hueco de la ventana del techo. El calor sigue siendo el mismo, pero la penumbra me proporciona una falsa sensación de frescor.
Tras desprenderme de la camiseta y remojar el colchón con un pulverizador de agua me tumbo con la idea de intentar descansar un poco antes de que llegue el momento más importante de mi vida.
Sé que va a ser casi imposible conciliar el sueño. El calor y los nervios juegan en contra. Sé que a las 17:00 me tengo que levantar y todavía me quedan un par de horas. Tumbado en la cama y con pocas esperanzas de dormir, cierro los ojos y repaso mentalmente todas las cosas que han sucedido desde que, algo más de dos años atrás, contemplaba a una candidata a camarera con horquillas de colores en el pelo entrar en mi vida como un elefante en una cacharrería para ponerlo todo patas arriba.
Afortunadamente, el cansancio ha pesado más que los nervios y caigo sumido en un reparador sueño que sé que agradeceré en algún momento de la noche. La almohada, también mojada, pero de babas reanimadoras, da fe notarial de que he podido descansar más de lo esperado.
Bajo al baño, me cruzo con mi madre que me abraza y me dice que deja el traje preparado. Una buena ducha fría termina de despertarme, calma mi calor e incrementa mis nervios.
Termino de vestirme y cuando estamos preparados, voy del brazo de mi madre desde las escaleras de casa hasta la puerta de la Iglesia como tantos otros domingos cuando íbamos todos juntos a misa. Me encanta ir del brazo de mi madre, el mismo que me llevó cuando no sabía andar, el mismo que me abrazó siempre que lo necesité y el brazo fuerte que me enseñó a caminar solo por la vida.
Ella recorrió este mismo camino muchos años antes, del brazo de su padre, y yo quiero seguir el ejemplo de mi madre para intentar conseguir una vida tan plena como la suya.
En el camino vamos charlando, vamos recordando y vamos riendo y nuestras manos no se sueltan ni un solo momento.
Un montón de gente me saluda al entrar en la Iglesia, y me toca esperar unos minutos de más de pie junto al altar mirando hacia la puerta. La novia no aparece así que rápidamente pongo en marcha mi mecanismo de defensa más utilizado. Imaginar lo peor.
Con una sonrisa impostada en el rostro, y con la mente muy lejos del altar, imagino a los agentes de la Guardia Civil comunicándome que la novia ha tenido un accidente y que no ha sobrevivido. Solo entonces soy capaz de relajarme. Si ya lo he pensado, no va a pasar (así de simples son mis mecanismos de defensa).
En esos mismos momentos veo la furgoneta hippie Wolkswagen de dos colores, azul y blanco, aparecer y aparcar en la puerta de la Iglesia. Al abrirse la puerta, como si tratara de un juguete de sustos que al abrir la tapa salta el muñeco, Paula salta de la furgoneta dejando ver sus zapatillas de deporte blancas y una sonrisa que se expandió por todos los asistentes como un tsunami.
El resto de la historia ya la conocéis.
No time. No Space
Pues bien, esta semana ha sido el 17 aniversario de aquellos momentos. 17 años, 6205 días, 884 semanas, 7 mudanzas, 2 niños, 2 niñas, una perrita que ya no está y 2 nuevos cachorros, por resumirlo rápidamente.
Esta semana le ha tocado trabajar a Paula y eso, irremediablemente, supone una mayor carga de trabajo para mi. Además de tener que trabajar en los ratos que me dejan y de ocuparme de todas las tareas domésticas, esta semana me he tenido que encargar también de las matrículas de los institutos.
Entre lunes y martes solucioné la del mayor y el miércoles fui a recoger el sobre de la matrícula del nuevo instituto de Unai. Amablemente me previnieron que solamente me quedaban dos días para entregarlo y que tenía que darme prisa.
Al día siguiente, para sacar un entreno y para entregar la matrícula, decidí ir corriendo al instituto. 35 minutos a un ritmo suave. Al llegar sudando como un pollo, me acerqué a la ventanilla y dirigiéndome a la misma persona que me había prevenido el día anterior de la falta de tiempo, le comenté:
—Me dijiste que tenía que darme prisa y he venido corriendo.
Las risas de la secretaría me dejaron claro que Unai había entrado con buen pie al insti.
Viernes, sábado y domingo, me ha tocado trabajar en el restaurante. Cuando trabajo al mediodía suelo llegar justo para despedirme de Paula que ya está con su uniforme puesto para irse a trabajar y lo único que podemos compartir en esos momentos es la situación general de cada uno. Dos en la pisci, otro en la pista y el mayor se ha ido con sus amigos a jugar al fútbol, no hay nada de cena, hay que sacar la lavadora y a los perros, te quiero.
El sábado, cuando ya no quedaba casi nadie en el restaurante y había que realizar las tareas para dejar todo preparado para el siguiente turno, me tocó repasar los platos. Un trabajo tedioso que me permite dejar a mi mente libre porque sé que nadie me va a interrumpir el vuelo pidiéndome un solo con hielo.
En un momento dado, todas las luces de emergencia de mi vuelo sin motor comenzaron a encenderse, estaba atravesando una gran turbulencia y no sabía por donde había venido. Yo intentaba manejar el vuelo, pero había algo que quería impedírselo.
Después de forcejear con los mandos del vuelo y cuando parecía que me iba a perder en las profundidades de esa nube negra, el cielo se abrió cuando mi oído, todavía en el mundo de los vivos, captó una señal inconfundible.
—¿Has visto el encierro?
—¡¡¡Seré gilipollas!!!!
—¡¡¡El encierro!!!!
—¡¡¡Ayer empezaron los San Fermines!!!!
—¡Y hoy es tu aniversarioooooooooooooooooooo!
Todos esos pensamientos llegaron encadenados los unos a los otros justo en el momento que una compañera pasaba a mi lado y me decía:
—¿Estás bien, te pasa algo?
—Hoy es mi aniversario de boda, me acabo de dar cuenta y me temo que ni siquiera me va a dar tiempo de dar un beso a mi mujer antes de que se vaya a trabajar.
No me preocupaba el olvido, intuía que a Paula se le habría olvidado también. Los dos somos muy poco de este tipo de celebraciones, aniversarios, día de la madre, del padre, de los enamorados…
Tuve la suerte de que al llegar a casa todavía no había salido y pude darle un beso y felicitarnos el aniversario. Los niños se taparon los ojos entre exclamaciones de “qué asco” y cada uno de nosotros dos tiró por su lado, sabiendo que los ambos realmente íbamos en la misma dirección.
En fin…para mi no es más que otra señal de que aquel lejano día de hace 17 años hice la mejor elección de mi vida, así que nosotros vamos navegando en el espacio siguiendo por instinto las estelas de cometas como vanguardias de otro sistema solar. Sin tiempo, sin espacio. Otra carrera de vibraciones.
El mar de la simulación guarda tus sentimientos en la memoria
TE QUIERO, ESPECIALMENTE ESTA NOCHE
Parlami dell’esistenza di mondi lontanissimi
Di civiltà sepolte, di continenti alla deriva
Parlami dell’amore che si fa in mezzo agli uomini
Di viaggiatori anomali in territori mistici, di più
Seguimmo per istinto le scie delle Comete
Come avanguardie di un altro sistema solare
No time, no space
Another race of vibrations
The sea of the simulation
Keep your feelings in memory
I love you, especially tonight
Controllori di volo pronti per il decollo
Telescopi giganti per seguire le stelle
Navigare, navigare nello spazio, nello spazio, di più
Seguimmo per istinto le scie delle Comete
Come avanguardie di un altro sistema solare
No time, no space
Another race of vibrations
The sea of the simulation
Keep your feelings in memory
I love you, especially tonight
Keep your feelings in memory
I love you, especially tonight
Háblame de la existencia de mundos lejanos
De civilizaciones enterradas, de continentes a la deriva
Háblame del amor que se hace entre los hombres
De viajeros anómalos en territorios místicos, más
Seguimos por instinto las estelas de Cometas
Como vanguardias de otro sistema solar
Sin tiempo, sin espacio
Otra carrera de vibraciones
El mar de la simulación
Guarda tus sentimientos en la memoria
Te quiero, especialmente esta noche
Controladores de vuelo listos para el despegue
Telescopios gigantes para seguir las estrellas
Navegando, navegando en el espacio, más
Seguimos por instinto las estelas de los Cometas
Como vanguardias de otro sistema solar
Sin tiempo, sin espacio
Otra carrera de vibraciones
El mar de la simulación
Guarda tus sentimientos en la memoria
Te quiero, especialmente esta noche
Guarda tus sentimientos en la memoria
Te quiero, especialmente esta noche
¡¡Viva los novios!!
Seguro que te subiste la botella de agua congelada a la buhardilla…
Lo que no sé es por qué no invitasteis a Julián a la boda….
Qué bonita declaración de amor 😍.
Me parto con la cara de la secretaria del instituto de Unai jajajaja eso sí que es aprovechar el tiempo, hacer gestiones y entrenar a la vez.
¡17 años! Se me han pasado volando. Felicidades