Hoy quiero que me hables de ti. No sé cómo eres y, sin embargo, tú sabes muchísimo de mí.
Quid pro quo, decía el bueno de Hannibal a la aterrorizada Clarice.
Quid pro quo
Solo han pasado 33 años, ¡tampoco es tanto!
Me consta que eres de los que están esperando a que llegue un mensaje a tu whatsapp para desayunar leyendo una nueva historia de ese que cuenta canciones.
A lo mejor eres más bien de los que te llevas una sorpresa unas horas después de que te haya llegado la notificación y te alegra la tarde.
También puede ser que veas la notificación y te alegres porque tienes lectura para la noche, justo antes de dormirte.
También puedes ser de los que ven la notificación, la abren, e inmediatamente la cierran porque no estás para perder el tiempo con un capullo (por aquello de estar en continua formación) de escritor aficionado y con sus historias de almas corrientes y brisas de armonías.
Incluso puede que seas el típico gilipollas que directamente borra el mensaje despreciando las horas y las ganas que le dedico a cada nueva canción. Total, como no lo vas a leer, me permito el lujo de insultarte, pedazo de gilipollas.
Quizás un día, no recuerdas cómo, alguien, que tampoco recuerdas quién, te mando un enlace con una de mis canciones de vida y te hizo gracia o incluso llegó a emocionarte porque compartíamos canción, pero no he conseguido volver a despertar esa misma emoción y empiezas a estar harto de mis historietas.
También puedes ser de mis preferidos, unos pocos que me siguen desde el principio, que están deseando recibir la canción de la semana y que se lanzan incluso a compartir lo que les mueve por dentro después de leerlos.
Siempre he sabido que tenía bastante facilidad para provocar la risa retorciendo las palabras, uniendo ideas aparentemente inconexas o incluso mezclando palabras en otros idiomas.
También sabía que mi ironía, o más bien mi sorna, siempre cariñosa, también arrancaba carcajadas, aunque quizás en alguna ocasión el blanco de mis ocurrencias ha sentido ganas de darme un buen puñetazo.
Si eres de esos, lo siento, ya te he dicho antes que a veces puedo ser bastante capullo.
Lo que me sorprende cada semana es que sea capaz de despertar y de agitar los sentimientos y las emociones de algunos.
¿Alguna vez lo he conseguido contigo?
¿Alguna vez has llorado de emoción y has sentido la necesidad de volver a leer el texto?
Me alegra saber que sí.
Cabe la posibilidad de que, lo que realmente te haya emocionado haya sido la canción.
Una canción que tenías olvidada y que de repente ha vuelto de forma inesperada y te causa la misma sensación que me causa a mi.
Eres capaz de viajar en el tiempo y, por unos instantes. puedes casi oler las olas del mar que sacudían las arenas de la playa al mismo ritmo que latía tu corazón mientras besabas a ese primer amor de verano.
O quizás la canción te ha recordado a un instante de felicidad máximo con alguien con quien hace tiempo perdiste el contacto y, de repente has necesitado escribirle para decirle que le echas de menos.
Imposible olvidarme de aquellas canciones que te han hecho recordar a esa persona que te dejó demasiado pronto, poder ver sus brillantes ojos azules, escuchar su sonrisa a través de los acordes de la canción, sentir su piel en la tuya y notar sus latidos que, aunque ya no están, siguen muy dentro tuyo acompañándote en cada respiración.
Me alegra saber que sí.
También ha habido canciones que te han llevado a tu más tierna infancia y has vuelto a percibir, sin lugar a dudas, el aroma que desprendía el viejo sofá donde tu padre escuchaba viejos discos franceses o grandes sinfonías de esas que es mejor escuchar con los ojos cerrados para sentir cada una de las notas.
Ya sé que los gustos musicales, en realidad todos los gustos, son algo muy personal, así que también es posible que ninguna de las más de cien canciones que he compartido contigo, te haya hecho sentir nada especial.
Nah!, eso es imposible.
Digamos que, en general, no compartimos gustos y que son muy pocas las canciones que te han emocionado hasta ahora.
Si es así, primero déjame decirte que tienes unos gustos muy raros…lo siento, no he podido evitar decírtelo. Una vez aceptada esta premisa, a lo mejor son las vivencias que he ido contando lo que te han mantenido pegado al fifty semana tras semana.
Quizás esas vivencias eran compartidas (no como los gustos) y te han ayudado a sentirte mejor, a comprobar que no eres tan raro o rara como pensabas y a darte cuenta que todos tenemos miedos, traumas, taras y una mochila para llevarlos todos juntos.
Podría incluso apostar un intenso abrazo a que, alguna de mis palabras, te han ayudado en algún momento a comprenderte mejor o a ver las cosas de una manera que nunca te habías planteado.
Me alegra saber que sí.
Cómo me gustaría saber que, en algún momento, mi visión de la vida, te haya ayudado a escapar de algún pozo dando saltos como una rana feliz.
¡Y cómo olvidarme de ti!
Tú que me conoces de toda la vida, pero nunca has sabido nada realmente de mí. Tú que te has sorprendido semana tras semana y que cada vez que terminabas de leer, pensabas eso de: “No tenía ni idea de esto” o “jamás me hubiera imaginado esto otro”.
Tú que me has ido descubriendo a medida que me iba deshaciendo de capas y más capas. Tú, que has descubierto una persona completamente nueva e inesperada y que has sonreído con cierto orgullo mientras repasabas mentalmente la historia que te acababa de contar.
Me alegra saber que así ha sido.
También puede darse al caso de que no haga mucho que me conozcas y te sorprendas cada semana porque la imagen que te habías formado de mi no tiene nada que ver con lo que dejo entrever con cada uno de mis relatos. Soy consciente de que es posible que después de leerme hayas pensado:
“Pues al final no va a ser tan gilipollas como parecía”
Aunque también cabe la posibilidad de que también hayas pensado:
“Este tío es más tonto que mis cojones, ¡vaya capullo presuntuoso!”
Tengo claro que no le puedo gustar a todo el mundo.
Nah! Imposible!
Por ti
No sé qué persona de todas estas eres tú. No sé qué motivo te lleva a leerme cada semana. No sé qué sientes cada vez que terminas el relato. No sé si consigo que sonrías durante un breve instante o si solo causo en ti indiferencia. No sé si alguna vez he conseguido tenerte todo el día cantando la canción de turno.
Lo que sí sé es que cada una de las palabras que uso, cada una de las horas que me siento a escribir, cada una de las zancadas que doy mientras pienso qué te quiero contar, cada una de las veces que miro hacia la parte superior izquierda de mi ventana buscando la mejor forma de plasmar la sensación que intento transmitirte, lo hago por ti.
Me pongo el sombrero
Para que no se escapen los sueños
Por ti, por ti, por ti
Soy un embustero
Por eso callo y te beso primero
Por ti, por ti, por ti
No tengo secretos
En mis bolsillos de forastero
Por ti, por ti, por ti…
Yo siento en el pecho
El baile enloquecido del fuego
Por ti, por ti, por ti
Me pongo el sombrero
Para que no se escapen los sueños
Por ti, por ti, por ti
Lo mejor del sol
A puñados yo te lo doy
Lo mejor del sol
A puñados yo te lo doy
Es que me salen rosas de la boca
Cuando me preguntan por ti
Y las calles se vuelven playas
Si tu las andas, todo es por ti,
Y las calles se vuelven playas
Si tu las andas, todo es por ti,
Soy un embustero
Por eso callo y te beso primero
Por ti, por ti, por ti
No tengo secretos
En mis bolsillos de forastero
Por ti, por ti, por ti…
Lo mejor del sol
A puñados yo te lo doy
Lo mejor del sol
A puñados yo te lo doy
Es que me salen rosas de la boca
Cuando me preguntan por ti
Y las calles se vuelven playas
Si tu las andas, todo es por ti,
Es que me salen rosas de la boca
Cuando me preguntan por ti
Y las calles se vuelven playas
Si tu las andas, todo es por ti
Viajando en el tiempo siempre! Otra gran canción sacada de tu galera mágica!
Gracias por escribir, gracias por algo distinto siempre ❤️
Qué tío. Yo soy de las que he llorado y reído por igual, me has emocionado y me has alegrado el día, y hasta he llegado tarde a llevar al cole a Dani por leerte jjjj. Y tus canciones me han recordado momentos y personas. Y hasta a comprender mejor la vida. Gracias Marcos
Siempre me encanta leer tus reflexiones. Pero reconozco que las canciones las suelo pasar muy por encima.
Las canciones que a mí me transportan a otras situaciones suelen ser bastante distintas de las tuyas; como tú dices es que debo de tener unos gustos muy raros…
¡Emocionas siempre bro!
Gracias por mostrar cada uno de tus rincones. ❤️
Soy de las raritas. Conozco un uno por ciento de las canciones, pero las que conozco me transportan y las que no… No importa!! Me transporto y transformo con tus palabras. Tú sigue.
Sólo puedo decir que si todos los seres humanos tuviéramos el valor de abrir nuestro corazón en canal como tú lo llevas haciendo con nosotros durante ya más de dos años, seríamos más felices y el mundo sería un lugar mejor. Y no, ni bromeo ni exagero.
Por cierto, no sé si es mi sensación y ojalá me equivoque, pero tu texto de hoy tiene cierto aire de despedida, o quizá sólo querías echar la vista atrás y recapitular. Si es así, la canción que has elegido no podía ser más apropiada, por lo hermosísima que es su letra, amor en estado puro como el que ha calado esta gran obra tuya, y también por la nostalgia que transmite ese estribillo que bien podría haber sido compuesto en el ’72 en que viste la luz por primera vez.
Sublime. GRACIAS.
¿Quién sabe? Algún día tendrá que llegar ese momento…por ahora tengo varias canciones ya elegidas…
Gracias por tus palabras, sabes que eres de mis favoritos.
Quid pro quo, Marquetes, quid pro quo. 😊
Buenísimo Marcos! Yo soy de las q te leen en fin de semana, normalmente los sábados con la calma del primer café mañanero , yo solita y el resto de mi familia en la cama… Me has arrancado carcajadas, me he puesto en tu piel con tus recuerdos y he sentido envidia y cierta nostalgia de esos momentos tan vívidos ( si es q se escribe así ) que guardas en tu memoria ( y yo no tanto) y por supuesto que me he emocionado en varias ocasiones y se me ha saltado la lagrimita… especialmente cuando hablas de Paula y tus hijos, y ahí , he vuelvo a releer… Gracias de nuevo!!!