Dos potentes focos acaban de ser encendidos frente a mi causándome una ceguera temporal. Sé que solo tengo que acostumbrarme a esa luz, en unos segundos habré recuperado la visión.
Ahora solamente veo dos puntos negros que se mueven dentro de mis retinas y que se van perdiendo en el horizonte de mi ceguera mientras la luz lo ilumina todo alrededor.
Ya había recibido esos destellos anteriormente, pero solo eran destellos, yo sabía que solo eran destellos.
Necesito un tiempo para distinguir lo que la vida me ha arrancado de dentro y me ha puesto delante. Lo que ahora es una forma indeterminada, la luz y la oscuridad, en un juego caprichoso, lo irán moldeando en la forma final que mis ojos terminarán percibiendo, completamente diferente a la que verás tú o cualquier persona que sepa mirar con los ojos de buscar y con la intención de encontrar.
Y detrás de esa imagen, un grito.
Un grito que solo puedo escuchar yo, porque sale de dentro de mi.
Y si prestas atención, tú también podrás escucharlo, el tuyo propio, o quizás hace tiempo que lo escuchaste y decidiste seguirlo y, decidiste ir detrás de ese grito que te llamaba y que sabías que tenías que perseguir.
Quizás tanta música me ha impedido escuchar el mío antes o quizás necesitaba toda esa música para ser capaz de percibirlo, no importa el orden de los factores ni los factores que han dado la orden, el caso es que ha llegado.
Ahora lo escucho y su sabor se pega a mi lengua y sé que quiero más.
Y voy a dar más.
Voy a dar más porque el grito me susurra al oído que ha llegado mi momento. Un susurro, casi un murmullo ensordecedor me lo canta claramente y solo yo puedo escucharlo.
Un grito rebelde.
No puedo, por el momento, explicarlo mejor porque es un juego de luces y sombras lo que ocupa ahora mismo mi entendimiento, pero sé que cuando mis pulmones produzcan el oxígeno que alimente a mis piernas para dejar mis huellas sobre los senderos embarrados por la lluvia, la imagen se irá haciendo más clara y tomaré el camino correcto para llegar a algún lugar y mostrártelo.
Ese momento llegará, siempre llega mientras sigas corriendo hacia él y yo no pienso parar de correr.
Y quizás el grito queme tanto que te pida que me ayudes a expandirlo para abrasar todos nuestros miedos, para derribar lo antiguo y dar paso a lo nuevo, para enjuagar nuestras bocas de las palabras que nunca quisieron salir y que ahora se desbordan por las yemas de los dedos.
Creo que estoy dispuesto y preparado para saltar sobre esa hoguera de la noche de San Juan mientras el amanecer nos ilumina según bailamos con el dolor para perderlo entre las cenizas y las arenas de la playa.

Tendrás que seguir leyéndome hasta que encuentre un significado a todo lo que te estoy contando hoy, aunque en el fondo, el significado lo tengo claro y solo me falta encontrar el valor para enfrentarme a él.
En fin…yo me entiendo…a veces.
Aquí dejo por hoy este mensaje encriptado que cada uno interpretará a su manera y cada una de esas maneras será cierta.
Ayer hizo once años que una pequeña bailarina vino bailando hacia mi puerta.
No se lo ocurrió nada mejor que venir a nosotros cubierta por halo de protección que nace de su sonrisa, exactamente el mismo día, pero con 40 años de diferencia, que su tía.
Comparten cumpleaños y unos increíbles ojos azules que ambas usan a su antojo para conseguir todo lo que se proponen.
“Muchas felicidades, te estamos haciendo el mejor regalo de cumpleaños que puedas imaginar, África está llegando”.
Ese fue el mensaje que mandé a mi hermana instantes antes de que nuestra primera hija llegara a nuestras vidas, bajo el calor del hogar y rodeada de amor y respeto.
Ayer no nos hizo falta despertarla. Ayer no tuvimos que forzarla para bajar de la cama ni convencerla con suaves palabras para que se vistiera.
Ayer quería vivir cada segundo, saborearlo, disfrutarlo, abrazarlo, porque solo una vez en la vida se cumplen once años.
Afortunadamente los globos con los dos unos ya estaban perfectamente colocados y las dos velas estaban ya clavados en los dos donuts bombón, sus favoritos, acompañados de su cola-cao matutino.
Ayer, al mirar por la ventana, no pudimos disfrutar de los copos de nieve cubriendo las copas de los árboles como aquel día hace once años, pero al mirar un poco más adentro, pudimos verlos en forma de recuerdos que acudían a nuestros ojos convertidos en pequeñas estrellas con ojos azules.
Los ojos azules de esa bailarina que vino bailando a nuestra puerta once años atrás.
África es movimiento. Un movimiento constante, acompasado y sostenido por una sonrisa perenne, real y maravillosa. África es una fuente inagotable de movimiento y de alegría que crece cada momento para ocuparlo todo.
Su hermano mayor, el mismo día que nació y pudo verle sus ojos, ya nos lo advirtió, “tiene unos ojos muy hondos” y es que Ibón siempre ha tenido una mirada muy profunda para observar a los demás.
África está creciendo y va avanzando por el camino de la vida dejando tras de sí caminos repletos de flores, sonrisas y abrazos.
Y música. Y baile.
Y eso es exactamente lo que voy a disfrutar el próximo mes de junio cuando vaya con ella al concierto de Aitana, su cantante preferida.
¡Yo! ¡En un concierto de Aitana!
Ese ha sido su regalo estrella por su décimo primer cumpleaños. Llevaba mucho tiempo pidiéndolo y, ¿quién soy yo para juzgar sus gustos musicales? Llevo tres años compartiendo contigo mis canciones. Sé que algunas te habrán gustado, otras ni siquiera las conocías y probablemente muchas no las soportarías.
También llevo más de un año estudiando de manera indirecta todas sus canciones, viendo las emociones que despiertan en ella, disfrutando de los bailes que le provocan y prestando toda la atención que soy capaz para que el día del concierto tenga a alguien con quien compartir esos momentos, para bailarlos y para generar unos recuerdos que la acompañen siempre.
Para darte once razones para no olvidar.
Para que sepas que nunca seremos dos extraños.
Para que entiendas que yo solo quiero besarte, besarte, besarte.
Para cuidarte cuando estés herida.
Para que comprendas cómo se hace para tanta conexión.
Para que sepas que voy a salir a la calle, voy a ponerme a gritar
Voy a gritar que te quiero, que te quiero de verdad
Con esa sonrisa puesta, de verdad que no me cuesta.
Y mientras bailemos y cantemos todas las canciones de su artista preferida, recordaré todas las veces que a medianoche ella lloró, lloró, lloró, con un grito rebelde, ella lloró, lloró.
Un grito rebelde que la enseña a ser libre, a tener sus propios criterios, a defenderse y defender a otros de las injusticias, a tener una voz propia capaz de escuchar y entender la de los demás para sacar lo mejor de cada una.
Y para eso y solo para eso,
Caminé por el mundo contigo
Mil millas contigo
Sequé tus lágrimas de dolor un millón de veces por ti
Vendería mi alma por ti, África
Te daría todo y me quedaría con nada
Solo, solo, solo
Para tenerte aquí a mi lado.
PD. No te pierdas el video del nacimiento de África porque te va a alegrar el día
Last night a little dancer, came dancing to my door
Last night a little angel, came pumping on my floor
She said, come on, baby, I got a license for love
And if it expires, pray help from above
Because
In the midnight hour, she cried more, more, more
With a rebel yell, she cried more, more, more, wow!
In the midnight hour, babe, more, more, more
With a rebel yell, more, more, more
More! More! More!
She don’t like slavery, she won’t sit and beg
But when I’m tired and lonely, she sees me to bed
What set you free and brought you to me, babe?
What set you free? I need you here by me
Because
In the midnight hour, she cried more, more, more
With a rebel yell, she cried more, more, more, wow!
In the midnight hour, babe, more, more, more
With a rebel yell, more, more, more
He lives in his own heaven
Collects it to go from the Seven Eleven
Well, he’s out all night to collect a fare
Just so long, just so long, it don’t mess up his hair
Ow! Ow!
I walked the world with you, babe
A thousand miles with you
I dried your tears of pain, babe
A million times for you
I’d sell my soul for you, babe
For money to burn with you
I’d give you all, and have none, babe
Justa, justa, justa, just to have you here by me
Because
In the midnight hour, she cried more, more, more
With a rebel yell, she cried more, more, more, wow!
In the midnight hour, babe, more, more, more
With a rebel yell, she cried more, more, more
More! More! More!
Oh, yeah, little baby
She want more
More! More! More! More! More! (More, more)
Oh, yeah, little angel
She want more
More! More! More! More! More! (More, more)
Anoche una pequeña bailarina, vino bailando a mi puerta
Anoche un angelito, vino bombeando a mi piso
Ella dijo, vamos, nena, tengo una licencia para el amor
Y si expira, ruega ayuda desde arriba
Porque
En la medianoche, ella lloró más, más, más
Con un grito rebelde, ella lloró más, más, más, ¡vaya!
En la hora de medianoche, nena, más, más, más
Con un grito rebelde, más, más, más
¡Más! ¡Más! ¡Más!
No le gusta la esclavitud, no se sienta a suplicar.
Pero cuando estoy cansado y solo, me lleva a la cama.
¿Qué te hizo libre y te trajo a mí, nena?
¿Qué te liberó? Te necesito aquí a mi lado
Porque
En la medianoche, ella lloró más, más, más
Con un grito rebelde, ella gritó más, más, más, ¡vaya!
En la hora de medianoche, nena, más, más, más
Con un grito rebelde, más, más, más
Vive en su propio cielo
Lo recoge para ir de los Siete Once
Bien, él está fuera toda la noche para recoger un pasaje
Con tal de que no se le despeine el pelo.
¡Ay! ¡Ay!
Recorrí el mundo por ti, baby
Mil millas contigo
Sequé tus lágrimas de dolor, nena
Un millón de veces por ti
Vendería mi alma por ti, nena
Por dinero para quemarme contigo
Te daría todo, y no tendría nada, nena
Solo, solo, solo para tenerte aquí a mi lado
Porque
En la medianoche, ella lloró más, más, más
Con un grito rebelde, ella gritó más, más, más, ¡vaya!
En la medianoche, nena, más, más, más
Con un grito rebelde, ella gritó más, más, más
¡Más! ¡Más! ¡Más!
Oh, yeah, pequeña
Ella quiere más
¡Más! ¡Más! ¡Más! ¡Más! Más

¡Felicidades, África! ¡Y enhorabuena a tus padres por poder disfrutar de tu sonrisa y de tus continuas volteretas.
Felicidades África!! Un beso muy fuerte
Todos los santos tienen octava. Felicidades África