Mientras Jesús y yo mirábamos con los ojos desorbitados los precios de un par de juegos de sábanas y de unas mantas, un par de señores bastante bien vestidos y con pinganillo en la oreja, se acercaban a Javi y le pedían amablemente que le acompañaran.
La casa que nos habían alquilado temporalmente en Leeds en el año 1999, era un agujero que contaba únicamente con dos sofás, una estantería vacía y tres colchones en el suelo.
Al segundo día de estar allí, el jodido Señor Lobo, el dueño de la agencia donde alquilamos la casa, nos trajo, como haciéndonos un favor, un microondas para poder calentar la comida que comprábamos.
Allí debíamos pasar las siguientes dos semanas hasta que los inquilinos que habitaban la casa que realmente habíamos alquilado nosotros, salieran de la misma.
Sin conocer nada de la ciudad, nos acercamos al centro y nos metimos en la primera tienda de útiles caseros que encontramos, dentro de unas galerías preciosas, que resultaron ser las más caras de la ciudad.
Daba igual, necesitábamos al menos unas sábanas y unas mantas y era urgente.
Cuando vimos que esos dos señores elegantemente vestidos se llevaban a nuestro amigo Javi con sus manos agarrando, uno por cada lado, los brazos del Chalamon, supimos que algo andaba mal.
No llevábamos ni cinco días en la ciudad y empezaban los problemas.
El mote de Chalamon le fue impuesto durante el primer año de universidad, cuando jugando en clase a la paella, a él le tocó ser el calamar. De calamar pasó a ser el “Calamo” y de ahí pasó a ser “El Chalamon”. No tratéis de buscarle la lógica.
Jesús era “El Chuso”, poco hay que comprender de este, pero también era “El Ludo”.
Tranquis que también os lo voy a explicar.
Él era, y sigue siendo, un apasionado de Los Rodriguez y de Andrés Calamaro, así que todo el mundo le llamaba “Boludo”. Quítale el “Bo” y ya tienes su mote, “El Ludo”.
Por mi parte yo era “El Hammond”. El mío era más complejo. Hay que remontarse a 1982 cuando Eddie Murphy y Nick Nolte estrenaban su película “Límite 48 horas”. El personaje del cómico americano se llamaba Reggie Hammond.
Mi apellido es Richi, así que, de Richi, Reggie y de Reggie, Reggie Hammond.
Finales de los 90 fueron años difíciles, no le deis más vueltas.
Retrocedamos unos minutos en la historia que os estaba contando.
El Chalamon, El Ludo y el Hammond, con sus pintas de extranjeros, su acento español y el inconfundible tono de voz que nos caracteriza, entrábamos en una de las tiendas más pijas de Leeds.
La misión era clara, coger tres mantas, tres sábanas, pagarlas y salir de allí.
Sin embargo, El Chalamon tenía otras ideas.
Él quería convertir ese infesto agujero donde vivíamos en algo parecido a un hogar. Dotarle de algo de calidez, así que cuando vio unas velas del tamaño de un bote de refrescos, lo tuvo claro.
Eso era exactamente lo que necesitábamos.
Era mejor actuar de incógnito, así no nos comprometía a nosotros y además se aseguraba darnos una gran sorpresa al llegar a casa.
La sorpresa fue morrocotuda pero no tuvimos que esperar a llegar a casa.
Lo último que vimos fue a nuestro amigo mirando hacia atrás mientras parecía decirnos con la mirada eso de:
Salvaos vosotros, corred.
Como nosotros no habíamos usurpado nada, otro señor nos dijo que esperáramos tranquilamente fuera de la tienda en una especie de parking o garaje, creo recordar.
El Ludo y yo estábamos acojonados, iban a deportar a nuestro amigo y nuestra aventura británica iba a ser mucho más corta de lo planeado. Si escuchábamos una sirena en la calle inmediatamente se encendían todas nuestras alarmas pensando que venía la policía a llevarse a nuestro colega y que se iba a pasar toda la noche en el calabozo.
Al cabo de treinta interminables minutos, se abrió una puerta y por allí salió El Chalamon sin ningún signo de violencia física y con un solo apercibimiento de que, ni él ni nosotros, éramos bienvenidos en esa tienda durante al menos tres meses.
No volvimos a pisarla.
Al parecer la incapacidad para expresarse en inglés que tenía Javi en aquellos primeros días le sirvió para que los guardias le dejasen ir sin ni siquiera avisar a la policía.
In the house, no lights, very very cold, no money, Sorry, sorry.
Esas simples palabras le sirvieron como atenuantes del hurto y los responsables de seguridad se dieron cuenta que Javi decía la verdad y que no era ningún peligro público.
Lo más gracioso de todo fue cuando nos contó que en la sala en la que estaba podía ver las cámaras de seguridad y nos veía a nosotros deambular nerviosos por el parking sin saber qué hacer a la espera de noticias y que se partía de risa imaginando lo que estaríamos pensando.
Por supuesto, las velas, las sábanas y las mantas no llegaron a salir en ningún momento de la tienda, así que esa noche de nuevo tuvimos que taparnos con los abrigos y dormir bien juntos sobre los colchones sin sábanas de la casa.
Al día siguiente, esperanzados con los primeros rayos de sol que vimos en esa primera semana y ateridos de frío salimos de casa temprano y rápidamente dimos con el mercadillo de la ciudad donde compramos mantas y sábanas por el mismo precio que costaba una de las velas que Javi había intentado llevarse.
De aquel mercadillo también nos llevamos un juego de velas para la casa que encendíamos cada noche.
Yo compré también dos cosas más que me acompañaron todo el viaje: unas zapatillas de segunda mano para correr y el libro de Los Pilares de la tierra en inglés.
Aunque, únicamente teníamos el dinero que cada uno había conseguido ahorrar durante el verano en España, no teníamos trabajo y nuestra casa era un zulo, decidimos darnos un capricho para levantar la moral.
Ese capricho fue el disco de los Red Hot Chili Peppers, Californication, que sonó sin parar durante todo ese año y que se convirtió para los tres en un cordón umbilical que nos mantuvo unidos durante aquel año inolvidable y que aún nos sujeta con fuerza.
Scar Tissue
Esas penurias, esos madrugones, ese pánico a ser detenidos en un país extranjero, ese frío que pasábamos cuando nos teníamos que duchar con un hilillo de agua caliente para ir a trabajar cuando conseguimos encontrar nuestro primer trabajo para los tres, nos hicieron una herida que poco a poco fue curándose para acabar convirtiéndose en tejido cicatrizal.
Los tres sabíamos que teníamos destrezas suficientes para salir adelante, pero de la misma manera sabíamos que nos necesitábamos los unos a los otros para hacerlo y aunque al principio yo cogiera el mando de esa nave, para mí hubiera sido imposible hacerlo sin ellos dos.
Los primeros trabajos que hicimos fueron los que nadie quería hacer y así estuvimos unas cuantas semanas hasta demostrar en la empresa que éramos perfectamente válidos para realizar otros trabajos mejores.
Habíamos comenzado con mal pie, empezábamos desde lo más bajo, pero el espíritu que construimos entre los tres era completamente imparable y las cosas poco a poco fueron mejorando.
El miedo inicial que nos daban todos los ingleses por nuestra dificultad con el idioma fue desapareciendo y nuestra seguridad aumentando incluso hasta ser capaces de amenazar a un “Kitchen Porter” con un inglés fluido:
“Don´t push me, the last time you push me”
La canción de hoy habla también de superación, de perdida, de adicciones, de introspección, de autoconocimiento y de las cicatrices que la vida te va regalando.
Hoy, como todos los miércoles, la canción me ha vuelto a elegir a mí y ha venido a rescatarme, a decirme que puedo, que soy capaz, porque ya lo he hecho antes y en peores condiciones.
Ha venido para gritarme bien alto que esto no es más que una nueva aventura de la vida que está en constante evolución, que tarde o temprano volaré con los pájaros y compartiré con ellos las vistas.
El Chalamon mejoró su inglés tanto que ahora dirige su propia empresa de exportación de productos españoles en el mercado asiático.
El Ludo se especializó en finanzas y después de pasar por varias grandes compañías, ahora es “Head of Finance” de una gran multinacional, es invitado a ponencias y charlas por todo el mundo, le hacen entrevistas en revistas financieras y tiene hasta su propio libro.
Ellos ya vuelan con los pájaros aún con las cicatrices comunes que compartimos a modo de vivencias, experiencias e incluso tatuajes. Esas marcas les recuerdan de donde vienen y sobre todo cómo llegaron hasta donde están.
Yo también tengo esas marcas y sé que, aunque no tenga mi propia empresa, ni dé conferencias por el mundo, tengo cosas que ellos envidian de mi, al igual que ellos tienen cosas que yo envidio de ellos, y ya sabéis que no son cosas materiales.
Hoy ha venido esta canción para rescatar ese espíritu que hace 25 años surgió entorno a la luz de una vela.
Para dejarme claro que yo y nadie más que yo, puede decidir si arriesgarme a echar a volar o si seguir viendo la vida desde la ventana del bajo donde habito.
Para deponer ese bastón de mando que un día agarré con fuerza y admitir que a veces necesitamos que otros nos guíen.
Pero sobre todo para recordarme una vez más, que llegaré a la luna, aunque tenga que arrastrarme y, que con los pájaros compartiré esta visión solitaria.
Scar tissue that I wish you saw
Sarcastic mister know-it-all
Close your eyes and I’ll kiss you, ‘cause
With the birds I’ll share
With the birds I’ll share this lonely viewin’
With the birds I’ll share this lonely viewin’
Push me up against the wall
Young Kentucky girl in a push-up bra
Fallin’ all over myself
To lick your heart and taste your health ‘cause
With the birds I’ll share this lonely viewin’
With the birds I’ll share this lonely viewin’
With the birds I’ll share this lonely view
Blood loss in a bathroom stall
A southern girl with a scarlet drawl
I wave goodbye to ma and pa
‘Cause with the birds I’ll share
With the birds I’ll share this lonely viewin’
With the birds I’ll share this lonely viewin’
Soft spoken with a broken jaw
Step outside but not to brawl and
Autumn’s sweet, we call it fall
I’ll make it to the moon if I have to crawl and
With the birds I’ll share this lonely viewin’
With the birds I’ll share this lonely viewin’
With the birds I’ll share this lonely view
Scar tissue that I wish you saw
Sarcastic mister know-it-all
Close your eyes and I’ll kiss you, ‘cause
With the birds I’ll share
With the birds I’ll share this lonely viewin’
With the birds I’ll share this lonely viewin’
With the birds I’ll share this lonely view
Tejido cicatrizal que desearía que vieras
Sarcástico señor sabelotodo
Cierra los ojos y te besaré, porque
Con los pájaros compartiré
Con los pájaros compartiré esta vista solitaria
Con los pájaros compartiré esta vista solitaria
Empujame contra la pared
Joven chica de Kentucky en un sujetador push-up
Fallin ‘all over myself
Para lamer tu corazón y saborear tu salud porque
Con los pájaros compartiré esta vista solitaria
Con los pájaros compartiré esta vista solitaria
Con los pájaros compartiré esta vista solitaria
Pérdida de sangre en un baño
Una chica sureña con un acento escarlata
Me despido de mamá y papá
Porque con los pájaros compartiré
Con los pájaros compartiré esta vista solitaria
Con los pájaros compartiré esta vista solitaria
Habla suave con una mandíbula rota
Sal fuera pero no para pelear y
El otoño es dulce, lo llamamos otoño
Voy a llegar a la luna aunque tenga que arrastrarme y
Con los pájaros compartiré esta vista solitaria
Con los pájaros compartiré esta vista solitaria
Con los pájaros compartiré esta vista solitaria
Tejido de cicatriz que desearía que vieras
Sarcástico señor sabelotodo
Cierra los ojos y te besaré, porque
Con los pájaros compartiré
Con los pájaros compartiré esta vista solitaria
Con los pájaros compartiré esta vista solitaria
Con los pájaros compartiré esta vista solitaria
Just believe
Maravilloso bro!! Siempre seremos el Hammond, el Chalamon y el Ludo!!
Grande Marcos
Grande Marcos
Volar hasta la luna
Siempre hay que apuntar lo mas alto
Por aquí traigo otro ejemplo de evolución del epíteto noventero: yo tenía un compañero del instituto al que llamábamos el Fiti. ¿Que por qué? ¡Muy fácil! Un día llevamos a clase, creo que de inglés, fotos de cuando éramos pequeñajos, para adivinar quién era quién. No sé cómo, por error o por eliminación, llegamos a la conclusión de que una personita con falda podía ser él, así que nació la coña de que era un faldillero. En unas pocas semanas pasó de faldillero a «faldi-paldi» (??), de ahí a Fitipaldi y, por último, a Fiti. ¡No te creo!, que se dice mucho ahora… 🥴
Y respecto a vuestra aventura, bien podéis mirar atrás con la cabeza alta, porque esa determinación de salir adelante en otro país partiendo de la precariedad más absoluta y el hecho de que consiguierais vencer todas las adversidades es clara demostración de una fuerza interior y un espíritu de supervivencia rayanos en la heroicidad.
Sin duda, somos lo que superamos. ¡Por los sueños cumplidos! 🍻
Buenas noches Marcos, no conocía estas aventuras por Inglaterra. Me han impresionado y sorprendido. Aunque no me extraña que salierais a flote en un país extraño, los tres teníais la fuerza de la juventud y la destreza española de ponernos el mundo por montera. ¡Continua cumpliendo todos tus sueños! PalomaC