Dicen que para convertirse en un gran escritor solo hace falta una cosa: escribir.
Para hacerlo hay algo imprescindible: tener tiempo.
Esta semana no lo he tenido y esa es básicamente la razón por la que no he enviado la canción a primera hora como suelo hacer siempre. No me ha dado tiempo.
¿Falta de planificación? Seguro.
¿Falta de ideas? También un poco.
¿Falta de ganas? No, esa no.
¿Procrastinación? Mucha.
¿Labores diarias estando solo y con un virus estomacal campando a sus anchas por casa? Culpable.
Ese virus atacó fuertemente el sábado por la noche a la mayor y el domingo por la noche a la pequeña.
El lunes la cosa parecía superada y las dos fueron con ganas al colegio. Las ganas se le pasaron a la pequeña justo en la puerta de entrada.
“Si te encuentras mal que me llamen y vengo a buscarte”.
A las 10:30 recibía la llamada. Lo que no sabía era lo que esperaba tras esa llamada.
Parecía una llamada normal pero que iba a suponer un duro golpe que no vi venir.
Después de recoger a la pequeña y recorrer el camino del cole a casa charlando animadamente, justo antes de entrar en la urbanización, nos topamos de frente con una cuadrilla de jardineros del ayuntamiento.
Uno de ellos, al ver que venía en horario lectivo con una menor, le preguntó a la niña:
“¿Estás malita?”
“Sí”, contestó ella, con mucha educación y pocas ganas de hablar ya.
“Claro”, respondió él, “Por eso ha ido el abuelo a buscarte al cole, verdad?”
Ha dicho, ¿el abuelo?
¿EL ABUEEELO?
¿EL ABUEEEELOOOOOOOO?
Ese cuchillo que se clavó en mi espalda rajándome la autoestima en dos, no lo vi venir.
¿Pues no me ha acaba de llamar abuelo el puto jardinero?
“No soy su abuelo, soy su padre” (pedazo de montón de estiércol…eso solo lo dije en mi cabeza).
El bofetón de realidad fue duro y el cuchillo en la espalda no hay quien me lo quite todavía. Bueno, al menos ya tengo apañado el disfraz de Halloween.
Mañana toca. Otra vez a disfrazarse de vieja bruja loca.
Parece que lo de viejo lo llevo ya incorporado. ¿Ves? Ahí sigue el cuchillo del jardinero (será cabrón…eso solo ha sonado en mi cabeza, tu no lo has leído).
Yo nunca salí disfrazado a pedir caramelos. Quizás era otra época. Ahora, desde que tengo hijos, no me he saltado ni una.
Me he disfrazado de todo. De vieja bruja loca, de bruja vieja y loca, de bruja loca y vieja, de bruja vieja loca con peluca de rizos rubios, de loca bruja vieja con peluca pelirroja, en fin…
Si hay un clásico musical en la noche de Halloween, ese es el Thriller de Michael Jackson.
¿Quién no recuerda ese video?
Pssstt…acércate…yo estaba allí la primera vez que se emitió en la televisión española. (A ver si al final va a tener razón el jodido jardinero).
La historia jamás contada de Michael Jackson y mi abuela.
Era el año 1983 y como todas las noches de fin de año, tocaba cenar en casa de la abuela Nieves. Era el único momento al año en que nos juntábamos toda la familia de mi padre alrededor del sofá de mi abuela.
Encima del sofá, su colección de dedales, varias decenas de ellos, que siempre llamaban poderosamente mi atención, hasta tal punto que perdía rápidamente el hilo de la conversación y mi hermano mayor me tenía que dar una patada para que respondiera a la pregunta de mi abuela.
“Este niño siempre en su mundo”
En realidad, estaba más en su mundo que en el mío porque siempre imaginaba la historia de cada uno de esos dedales y en cada historia mi abuela era la protagonista.
La tradición o al menos lo que yo recuerdo era que después de cenar, y de darme un atracón de pasteles, nos sentábamos las más de 50 personas invitadas, cada uno donde buenamente podíamos a ver el programa previo a las campanadas.
Martes y 13 ocuparon la mayoría de esas noches viejas, pero antes de aquello, hubo una noche de terror.
Nadie sabía nada, internet no existía y las únicas noticias que llegaban a través de la tele eran que íbamos a ver el último video de un señor que se llamaba Michael Jackson.
Me las podría dar de entendido aquí y decir que yo ya conocía a Michael Jackson por mi obsesión compulsiva, ya en aquella tierna edad, a escuchar todo tipo de músicas, pero sería mentirte.
No recuerdo en absoluto si había oído hablar de él o no. Podríamos decir que esa noche, mi abuela y yo íbamos a ver por primera vez a Michael Jackson.
A mi me tocó uno de los lugares más cercanos a la tele. En realidad, no me tocó, me lo fabriqué. Un cojín en el suelo es un trono para un niño de 11 años recién cumplidos.
A alguien se le ocurrió la idea de apagar la luz para verlo, y allí estaba yo, tumbado encima del cojín, con mi cuenco con 12 uvas peladas y sin pepitas, y la expectación rebosante en mi mirada, por descubrir, por fin, aquello de lo que todo el mundo hablaba.
Cuidado que viene, el primer susto, cuando Michael se convierte en hombre lobo y comienza a perseguir a su novia. En esos momentos yo ya me había pegado a Pichi y no pensaba separarme ni por un segundo.
Relax, era solo una película.
Empieza la música. La cosa se relaja un poco, he soltado el pantalón de mi hermano.
Parece que Michael se lo toma a risa y bromea con su novia. La trama ya te ha atrapado, no puedes dejar de mirar,
Es cerca de medianoche y el maligno acecha en la oscuridad. Bajo la luz de la luna ves una visión que casi te para el corazón.
Intentas gritar.
Pero el terror se lleva el sonido antes de que lo hagas.
Empiezas a congelarte mientras el horror te mira directamente a los ojos.
TE QUEDAS PARALIZADO
Y justo cuando estás totalmente paralizado, se les ocurre pasar por delante de un cementerio. ¿A quién se le ocurre alma de cántaro?
Mi mano no lo aguanta más y decide volver a agarrar fuerte del pantalón a Pichi. Empiezo a pensar que no ha sido muy buena idea ponerme en primera fila.
La oscuridad cae sobre la tierra.
La medianoche está cerca.
Las criaturas se arrastran en busca de sangre.
Para aterrorizar vuestros vecindarios
Y cualquiera que se encuentre sin el alma para bajar
Debe enfrentarse a los perros del infierno
Y pudrirse dentro del caparazón de un cadáver
Yo no puedo más, uno que sale de la tierra, otro de las alcantarillas, un señor gordo con la cara azul, otro sin brazo…son demasiados, y no puedo dejar de mirar.
Michael y su novia se ven rodeados, no tienen salida, es el final y PUUUUMMBAAAAAAA!
Michael ya es uno de ellos, no es solo uno, es el puto jefe.
Y se ponen a bailar, What????
¡Y cómo bailan estos malditos muertos!
Ahh, ¿Qué no ha acabado?
Pero chiquilla, ¿cómo te metes en la casa de Psicosis? ¿No había otra?
Yo ya no quiero seguir mirando, pero me doy cuenta que el resto de personas que abarrotamos ese salón estamos igual.
Pufff, después de varios gritos, golpes, arrastrar de cadenas y crujir de maderas, parece que finalmente había sido una pesadilla de la chica, menos mallllll….dito Michael!!!! ¡Esos ojos! El peor susto para el final.
Rápidamente se encendieron las luces del salón y un grito de terror atravesó aquella habitación helándonos la sangre a todos los presentes con una frase que sé que ya nunca podré olvidar.
¡Todavía no!¡Eso son los cuartos!
Y así fue como mi abuela y yo descubrimos a Michael Jackson y en el fondo me alegro, porque sé que en estas fechas escucharé esta canción o veré este video en algún momento que me transportará de nuevo a aquel salón, a aquella colección de dedales y a las suaves manos y la dulce mirada de mi abuela.
Feliz día de los muertos
PD. ¿De verdad parezco un abuelo ya? ¡Qué grosero el jardinero!

Pero ¿cómo te acuerdas de todo? Eres increíble. Eso sí, fin de año en casa de la abuela …preciosos recuerdos
Y lo que no me acuerdo me lo invento.
Lo que me he reído, abuelito!!!
A mi no me hizo tanta gracia!!!
Jajajaa, buenísima la entrada de esta semana jajajajaja, aún a costa del chascarrillo del jardinero. Y no, mi querido amigo y padre de los amigos de mis hijos…. No pareces un abuelo ni visto de lejos. Todavía. Jajajajajaja
Fue espectacular lo de aquel mago venido del espacio exterior y que tomó por nombre humano Michael Jackson… Si Dios es música, Jacko es su mesías.
Y respecto al insolente jardinero, tendrías que haberle retado a una carrerita contra «el abuelo», jajajaja…
¡Un abrazo para todos/as! ¡Gracias, Marx!
Jajaaaa, qué bueno Marcos yo tampoco te veo de abuelo si te sirve de consuelo! Qué buena canción y vídeoclip. A mi me marcó en ese momento también, pedazo de artista este hombre.
Gracias por compartir y darle tu llama toque de humor.