Tomorrow. James

¡¡¡Dios Santo!!! ¡¡¡No deja de caer nieve!!!

¿Cuándo va a acabar esto?

¡¡Madre del amor hermoso!! Eso lo diría mi madre.

Yo ahora me he vuelto muy devoto y me encanta utilizar esas expresiones grandilocuentes y exagerarlas aún más con lo que me vaya surgiendo…

Madre del amor hermoso y de los santos del cielo infinito y de todas las penas de la vida, por ejemplo.

No sé porqué me ha dado por ahí, probablemente tenga que ver con que soy medio gilipollas.

Sigo en medio del alud de nieve y rocas, ya casi me he acostumbrado a los golpes y al ruido y voy consiguiendo subir pies y manos entre los silbidos de rocas y palos que sale disparados a mi alrededor.

Sé que muchos han conseguido ya subir esas paredes y aunque por el momento no veo más allá de la punta del piolet clavándose en el hielo, sé que tengo que encontrar mi propia vía.

No puedo verlos, la gran ventisca en la que estamos metidos, me lo impide, pero sé que hay más gente subiendo esta misma pared.

No puedo verlos, pero los escucho con claridad. Puedo escuchar sus propios ánimos, puedo escuchar sus gritos de esfuerzo, su respiración agitada, el sonido que producen los crampones al clavarse fijamente en la nieve.

Puedo escuchar sus anhelos, sus miedos, sus deseos y hasta el ritmo de su corazón, porque es el mismo que el mío.

Cada uno sube por su lado, eligiendo a qué saliente aferrarse o dónde poner el siguiente pie.

Unos van más arriba.

Unos van más abajo.

Ninguno va a parar.

Yo sigo dándole vueltasalacabeza a cómo salir de esta situación y tengo clara la respuesta: hacia arriba, sigue hacia arriba.

CRAKABOOOOOOOOOMMMMMM

¿Lo habéis escuchado?

Las temperaturas acabar de descender drásticamente y ese trueno nos ha congelado el alma a todos. No solo el alma, todo el cuerpo, únicamente mis dedos funcionan conectados al lento latir del corazón para poder seguir escribiendo.

Este papel blanco también se ha convertido, de repente, en un gran muro de hielo ardiente.

Te voy a vencer, no me asustas.

RECONTRACRAKABOOOOOOOOOMMMMMM

Esta vez ha sido un violento desprendimiento de rocas el causante del estremecedor sonido. El recuerdo de mi mismo con 14 años subiendo por los picos de los Pirineos bajo una tormenta decorada con los truenos más fuertes que nunca he escuchado, se repite en mi mente.

Al día siguiente salió el sol, eso lo recuerdo también nítidamente.

De repente, en una pequeña tregua de redobles de truenos y rocas, se escucha un lamento.

Alguien ha sido golpeado por una roca.

Da igual la pared, da igual llegar el primero, da igual llegar, da igual el cansancio y da igual la nieve.

Voy para allá, no sé ni cómo llegar, probablemente no sepa qué hacer si llego y probablemente no sepa ni qué decir, pero voy para allá.

Quizás necesite una cuerda, un mosquetón, una tirita o una palabra. Quizás solo saber que estamos a su lado.

He tenido que superar mis propios miedos, y aprovechar los pocos recursos que sé utilizar para llegar allí. No ha sido fácil, pero al llegar he visto que todos los demás han hecho lo mismo.

Estamos ahí, sin saber qué hacer, qué decir, qué sentir, simplemente estamos.

Y esperamos.

Cada uno aferrado a sus cuerdas fijas y a sus creencias, esperamos.

Mientras, siguen pasando cosas. Ayer mismo hice algo que nunca había hecho.

A pesar de la cantidad de obligaciones que me rodean, el lunes decidí mandarlas a todas a tomar por saco un ratito. Al Marcos de la pared le dejé completamente colgado y sin nadie para asegurarle desde abajo.

Al Chef cabreado también le mandé un poquito a la mierda y le dejé con la espátula en la boca dando un portazo bien fuerte a mis obligaciones culinarias.

Tres cuartos de lo mismo sucedió con la ropa (al menos dejé la ropa seca doblada y ordenada por habitante de la casa).

Los niños, al verme a mí tan decidido decidieron que ellos también iban a mandar a tomar por saco lo deberes, duchas y atletismos.

Con los cuatro niños más un quinto que juro que no es mío, nos fuimos a la Ciudad del Fútbol de Las Rozas a ver el “entrenamiento” de la Selección.

Ya os digo yo algo. Como todos los entrenamientos sean como el del lunes, no ganamos ni a Malta. Imagino que sería un entrenamiento para no perder tono muscular o como sesión recuperatoria o como alguna mierda de esas de ahora.

Vamos, que no hicieron ni el huevo, pero ¿quién soy yo para saber lo que tienen o no tienen que hacer? Pues eso.

Yo llevé a los niños a que lo disfrutaran y desde luego que lo hicieron.

Mientras ellos gritaban el nombre de sus jugadores preferidos yo observaba sus movimientos y todavía, a pesar de mi avanzada edad, sentía cierta envidia por no ser yo el que estaba dando un toques con los colegas.

Si, la pierna todavía se me movía inconscientemente sola cuando alguno de los delanteros intentaba algún remate. No puedo evitarlo.

Al acabar el “entrenamiento”, casi todos los jugadores se fueron retirando, pero algunos se acercaron a la grada a firmar y hacerse fotos con la gente que estábamos allí, principalmente niños.

Rodri, Unai Simón, Aleix García y Joselu fueron los que más tiempo invirtieron en hacer felices a todos esos niños. No sé si por suerte o por desgracia, los referentes han cambiado desde que yo era un niño y Vicky el Vikingo y Félix Rodriguez de la Fuente han sido sustituidos por TikTokers, youtubers y futbolistas.

Eso de solucionar problemas se perdió con la abeja Maya y ahora prefieren gritar desde el sofá con el móvil en la mano para que se los soluciones tu.

En fin, se nota que he tenido una noche movidita. Yo ya sentía que estábamos todos en peligro, pero, gracias a una respiración profunda y a fijar mi mirada única y exclusivamente en los macarrones que iba girando en la olla, el monstruo permanecía dentro.

Juro que lo estaba sujetando bien. Tranquilo, tranquilo, le repetía.

No estoy seguro si ha sido un “Voyyyyyy” sin levantar la vista de la pantalla, o un “Esperaaaaa”, cuando acabeeee, joooo”, lo que ha hecho saltar todo por los aires.

La cuchara removedora ha salido disparada junto con una buena docena de macarrones y Hulk ha pasado por encima de mi, que solamente estaba mirando derretirse la mantequilla, sin piedad ninguna. Fíjate si ha pasado por encima de mí, que uno de los perros ha comenzado a ladrar a Hulk como si fuera un auténtico monstruo.

Imagino que los que ya habéis pasado por este tipo de situaciones con niños de varias edades, estaréis leyendo estas líneas pensando algo así como: alma de cántaro, pues no le queda nada.

También imagino a los que estáis deseando olvidaros de pañales y recuperar la posición normal de la espalda después de unos meses encorvados, pensando algo así como: ¿Dónde nos hemos metido?

Tranquilos, alma de cántaros…no volveréis a tener la espalda recta, después de andar, quieren aprender a montar en bici…esa sí que es una posición dura para los riñones.

El caso es que Hulk ha vuelto a visitarnos y esta vez con toda la razón. Llevo ya un tiempo buscando en Internet cursos de padres, una membresía, una mentoría, un webinar, algo que me de unas bases para formarme, para aprender….

Nada, no encuentro nada, por mucho que rebusco, nada que me llame la atención. Todo son los mismos mitos, las mismas historias cambiando algunos nombres, unos a favor de unas cosas, otros a favor de otras, pero nadie habla del jodido Julk (estoy hasta las narices de los palabros en inglés, así que la escribo como me da la gana).

No sé de cuántas maneras les digo las cosas.

Les intento “vender” los beneficios de echar una mano: Vamos a estar todos más tranquilos, la casa más limpia y recogida, tendremos más tiempo para ayudaros con los deberes, y podéis ver el partido del City, un capítulo de Walking Dead o lo que os apetezca…

Les intento explicar los puntos de dolor si no ayudan: Vamos a estar más cabreados, no nos va a apetecer sentarnos con vosotros, os vais a quedar sin Play, no te vuelvo a dejar el móvil nunca más…TE JURO QUE VOY A COGER TODAS LAS PANTALLAS DE LA CASA Y LAS VOY A TIRAR LO MÁS LEJOS POSIBLE!!!!

Esta última me sale con demasiada frecuencia, tanto que ya muchas veces en cuanto me escucho a mí mismo eso de…TE JURO QUE…yo mismo me detengo porque sé que ya no tiene efecto alguno sobre ellos.

Siempre hemos querido tener un ambiente en el que se pudieran hablar las cosas, en la que cada uno pudiera expresar sus ideas y sus opiniones y siempre les he alentado a mantener y defender sus ideas.

Me parece que se me ha ido la mano con mis enseñanzas.

Todo lo discuten, para todo hay una excusa, no hay cosa que pidamos que se realice nunca a la primera. El proceso se convierte en una negociación extenuante que va mermando nuestras fuerzas hasta que, o bien te das por vencido y sacas tu la puta basura, los perros y vas a comprar el pan, o irremediablemente sale otra vez el amigo verde.

Para evitar tanto desgaste, llevo ya un tiempo reduciendo el número de repeticiones mínimas para conseguir que hagan algo. Si recoger la ropa del suelo y llevarla al cubo de la ropa sucia me costaba antes cuatro por favores, un par de chantajes en forma de chuche para el día siguiente, tres “yoteayudos” y un par de “yaestábienes”, ahora al tercer por favor, dejo salir la voz de Julk y un par de venas del cuello y se acaban los problemas.

¡Papá, joder, estás siempre enfadado!

Noseajodidomayoconlasflores, ¿cómo quieres que esté?

Hoy Julk me ha agarrado bien por las pelotas y ha decidido tener unas palabritas con el pueblo enfurecido, el pueblo y Julk, los dos.

Ni se te ocurra abrir la boca, me ha amenazado apretándome bien el cuello.

Puuuuuffff, se ha quedado tranquilo el grandote después de decir unas cuantas cosas. Sé que esto no va a ser un antes y un después. Sé que, a más tardar mañana mismo, empezarán de nuevo con toda su retahíla de excusas, justificaciones inverosímiles y dispensas que sus retorcidas mentes criminales puedan urdir.

Ahora bien, Julk les ha avisado de que esta vez no piensa irse tan fácilmente y que estará unos días, por lo que pueda pasar.

Lo siento, hoy no soy capaz de encontrar ese final feliz o esa moraleja o simplemente esa chispa de optimismo con el que intento acabar siempre los relatos de los miércoles. No me sale, Julk y el alud me han dejado vacío, sin ganas, sin fuerzas.

Al menos el susto les ha servido para irse pronto a la cama y yo he podido aprovechar este primer momento de tranquilidad del día.

Es martes por la noche. Seguimos esperando a mañana.

I see you falling
How long to go before you hit the ground
You keep on screaming
Don’t you see me here
Am I a ghost to you

Now your grip’s too strong
Can’t catch love with a net or a gun
Gotta keep faith that your path will change
Gotta keep faith that your luck will change tomorrow
Tomorrow

Why are you phoning
What am I to do when you’re miles away
You’re always calling from the darkest moods and we’re both scared

Now your grip’s too strong
Can’t catch love with a net or a gun
Gotta keep faith that your path will change
Gotta keep faith that your love will change

Now your grip’s too strong
Can’t catch love with a net or a gun
Gotta keep faith that your path will change
Gotta keep faith that your love will change tomorrow

I’m just out of your range
Tomorrow
All your suffering’s in vain
Tomorrow

Now your grip’s too strong
Can’t catch love with a net or a gun
Gotta keep faith that your path will change
Gotta keep faith that your love will change tomorrow

I got out of your range
Tomorrow
All your suffering seems vain
Change tomorrow
Some forgiveness now
Tomorrow
Love’s no sacred cow

Te veo caer

Cuanto falta para que caigas al suelo

Sigues gritando

No me ves aquí

Soy un fantasma para ti

Ahora tu agarre es demasiado fuerte

No se puede atrapar el amor con una red o una pistola

Tienes que tener fe en que tu camino cambiará

Tienes que tener fe en que tu suerte cambiará mañana.

Mañana

¿Por qué llamas?

¿Qué voy a hacer cuando estás a kilómetros de distancia?

Siempre estás llamando desde los estados de ánimo más oscuros y ambos estamos asustados

Ahora tu agarre es demasiado fuerte

No se puede atrapar el amor con una red o una pistola

Tengo que mantener la fe en que tu camino cambiará

Tengo que mantener la fe en que tu amor cambiará

Ahora tu agarre es demasiado fuerte

No se puede atrapar el amor con una red o una pistola

Tengo que mantener la fe en que tu camino cambiará

Tengo que mantener la fe en que tu amor cambiará mañana

Estoy fuera de tu alcance

Mañana

Todo tu sufrimiento es en vano

Mañana

Ahora tu agarre es demasiado fuerte

No se puede atrapar el amor con una red o una pistola

Tienes que tener fe en que tu camino cambiará

Tengo que mantener la fe en que tu amor cambiará mañana

Salí de tu alcance

Mañana

Todo tu sufrimiento parece vano

Cambia mañana

Un poco de perdón ahora

Mañana

El amor no es una vaca sagrada

3 comentarios en «Tomorrow. James»

  1. Ay ese Julk…que de vez en cuando sale, qué difícil manejarlo. En mi caso tb sale Julka o señorita Rotenmeyer…que si dejad los móviles que tenéis tareas de cole sin hacer, que si la ropa por medio, que si vamos a regalar juguetes que no hacéis ni caso…en fins. La vida, luego esos Gremlings se te acurrucan en el sofá y te dicen te quiero y la Julka se convierte en un osito amoroso que echa corazones desde la tripilla.

  2. Un Julk de vez en cuando es absolutamente imprescindible para la educación de nuestros hijos. Y quien diga lo contrario, miente.

  3. ¡Qué raro Marcos!
    A mi siempre me hacen caso a la primera y nunca me sale ese bicho verde ….😬
    Derechitos como velas oye!

Los comentarios están cerrados.