14. Dreams. The Cranberries

En un abrir y cerrar de ojos ya estaba en el último año de la Universidad y me acercaba de manera demasiado rápida al temido mundo laboral. Durante el tercer curso de Turismo comencé a dejar de ser un mueble perenne de la clase para pasar a ser un miembro más de la misma, un miembro que no hablaba mucho, pero con el que, si el interlocutor se lo proponía e iniciaba la conversación, podía hacerle pasar un rato agradable. Para sorpresa de muchos e incluso mía, no era tan raro como ellos y como yo mismo pensábamos.

Aquel año se iba a celebrar en Madrid el mejor concierto que podía haber para mí en esos momentos. Mis adorados Scorpions junto a Tesla. Pocos conoceréis a los segundos, pero son uno de esos pocos grupos que siento como realmente “míos” y recuerdo perfectamente la primera canción que los escuché, “Before my eyes”, de su primer disco. Desde ese mismo momento empecé a seguirles. No voy a contar mucho más sobre ellos por mi manía de seguir grupos no demasiado conocidos, pero si a alguien le pica la curiosidad y le gusta el rock de verdad, no se sentirá defraudado. El caso es que tenía mi entrada para ir con Borja y el primo Mike no se había enterado o algún problema había tenido y se había quedado sin ella. En una de esas conversaciones a las que de vez en cuando me forzaban, y que en el fondo me encantaban, con una chica de mi clase, me comentó que tenía una entrada, pero no iba a poder ir. En esos momentos de auténtica necesidad es cuando desaparecían todos mis miedos y mi timidez y, en un arranque de valor por mi parte, le pedí el teléfono para quedar con ella y comprársela. Inmediatamente se lo comuniqué a mi primo que me dio el dinero y un día antes del concierto la llamé y quedamos para recoger la entrada y pagársela. Pues vaya chorrada, pensaréis. Efectivamente, pero para mí fue todo un logro y como tal lo tengo guardado en la cabeza. Creo que al final convertirse en adulto consiste en ser capaz de conseguir pequeñas conquistas que vayan reforzando la seguridad en uno mismo y aquel hecho fue importante para mí y para mi maltrecha autoestima.

Con ese subidón llegamos al Palacio de Deportes de la Comunidad, al concierto de dos de mis grupos favoritos y además con dos de mis personas favoritas. Sin ningún miedo nos introdujimos entre la marabunta de heavys greñudos donde a base de empujones, codazos, pisotones y demás acciones punibles, nos hicimos un hueco que nos permitía ir viendo parte del espectáculo (esto es un eufemismo porque siempre he tenido problemas de visión en los conciertos, a no ser que estuviera en primera fila), y del que disfrutamos, pese a la continua pelea con bigardos que me doblaban el tamaño, como auténticos locos de aquella interpretación. No tuve, al menos así yo lo recuerdo, ni un solo segundo de respiro, exceptuando los momentos balada, que me permitían tomar aire y coger de nuevo la posición, para volver a perder la cabeza al escuchar los riffs iniciales de la siguiente canción porque, fuera cual fuera, me la iba a saber. No tengo una clasificación de mejores conciertos, pero si así fuera este estaría en el Top-5 seguro.

El segundo gran concierto de aquel año académico fue el de Guns and Roses en el estadio Vicente Calderón. El de Scorpions + Tesla fue en octubre de 1992 y este fue en junio de 1993. No soy aficionado del Atleti, pero puedo entender la pena que les embargó a todos sus seguidores cuando tiraron ese estadio porque yo también he disfrutado allí de grandísimas actuaciones y momentos importantes. Momentos de conexión con personas especiales o de exaltación de la amistad propiciados por alguna melodía y por alguna copa de más que para mí también fueron como si derribaran un pedacito de mi pasado. En fin, no nos pongamos trágicos.

Ese concierto lo llevábamos esperando mucho tiempo. Estaba programado para un año antes, pero unos problemas en el estadio llevaron a la cancelación de todos los eventos. De hecho, el día que estaba previsto por primera vez, había también otra programación en Madrid de unos tal Nirvana que ya estaban entre mis discos. Finalmente tomé la decisión de comprar las entradas de Guns and Roses en detrimento del grupo de Seatle y, como consecuencia, me quedé sin ver a ninguno de los dos. Lo peor de todo fue que la cancelación del concierto fue realizada, sin preaviso, 24 horas antes del mismo así que la sorpresa y la decepción fue máxima para todos.

Con un año de demora nos plantamos, a eso de las 12:00 de la mañana, mis amigos Javi, Víctor, David y yo en la puerta que nos correspondía del estadio, dispuestos a aguantar el calor que hiciera falta con tal de estar cerquita del escenario. Después de muchas horas de espera conseguimos entrar en el Golden circle, una zona acotada por delante por las primeras vallas y por detrás por otras vallas fijas, que se cerró poco después. El primer objetivo estaba cumplido, ahora tocaba disfrutar. Los primeros en salir fueron Suicidal Tendencies un grupo que iba a ver unos días después en otro concierto mítico, Metallica en el estadio del Rayo Vallecano (considerado por muchos como una de las mejores actuaciones de Metallica de siempre), entre cuyos miembros estaba un tremendo bajista, Robert Trujillo, que acabaría siendo el bajista de los propios Metallica. Después de los Suicidal salió al escenario ni más ni menos que el grandísimo Bryan May de Queen que hizo un conciertazo y aunque nunca pudimos ver a Queen, al menos si tuvimos la suerte de ver a su guitarrista y de escuchar en directo algunas de sus grandes canciones. Al acabar su concierto, pese a nuestra juventud y fortaleza empezábamos a estar cansados. Muchas horas desde que salimos de casa, poco descanso y muy poca ingesta de alimentos, empezaban a pasar factura. En esos momentos ocurrió el milagro más impresionante que mis ojos hayan presenciado. La cosa fue algo así: “Joder, qué hambre tengo” me comentó mi amigo David. “Ya ves, pero a ver qué hacemos, de aquí no podemos movernos” contesté yo. En aquellos mismos momentos, ambos alzamos nuestra vista para ver como un objeto alargado se acercaba hacia nosotros volando por el cielo, saltamos, levantamos las manos y lo cogimos en el aire (tanto basket por fin servía para algo) antes de que cualquier otro pudiera reaccionar. Cuando nos dimos cuenta, teníamos un tesoro en forma de dos bocatas de media barra de pan con chorizo y queso. Después de un buen rato de carcajadas, de reticencias iniciales y de agradecimientos al dios del rock o al dios que cada uno quisiera, procedimos a repartir los bocatas entre todos, lo que nos dio fuerzas para aguantar el resto del espectáculo. Todas las críticas dijeron que el concierto fue bastante flojo, pero a nosotros nos pareció una maravilla por poder ver a nuestros ídolos del momento (a excepción de mi favorito de la banda Izzy Stradlin que ya había abandonado la misma por motivos irreconciliables) y por haber sido testigos del milagro del bocata.

De la misma manera que yo he tenido personas que me han influenciado musicalmente y siempre me ha gustado tener las orejas bien abiertas porque nunca sabía de donde me podían venir nuevos descubrimientos, soy consciente de que yo también he sido influencia para muchos. La canción de hoy es un ejemplo claro. El que hoy es mi amigo Mario, en un principio era un amigo del colegio de varios integrantes de la pandilla de El Plantío. La música que les enseñaba, se la enseñaban a su vez a sus amigos y Mario era su alumno más aventajado. Un día, tras una estancia por estudios en Estados Unidos, vino a casa de Javi con un disco que le hacía especial ilusión que pudiéramos escuchar porque creía que nos iba a encantar. Y vaya si acertó. El disco se llamaba “Everyboy else is doing it so why can´t we?” de un grupo irlandés que se llamaba The Cranberries. Fue directo a ponernos la canción que más le gustaba,” Linger” y, aunque en el momento yo no mostrara gran entusiasmo, esa voz ya no volvió a salir de mi vida y Mario se ganó mi gratitud para siempre. Ese disco está plagado de pequeñas joyas que sirven para acompañar a una de las mejores canciones que jamás he escuchado: “Dreams”.

A The Cranberries he tenido la fortuna de verlos muchas veces y no puedo recordar con quien he ido a cada uno de sus conciertos, pero sé que siempre los disfruté enormemente. El 15 de enero de 2018, mientras ojeaba Facebook, leí la noticia de que Dolores O´Riordan había sido encontrada muerta en la bañera de la habitación de un hotel de Londres. Otra vez esa sensación de pérdida regresó a mi cabeza. Ese día ya no pude trabajar más y me lo pasé en shock delante de la pantalla del ordenador leyendo noticias con la esperanza de que alguna desmintiera el trágico suceso y escuchando sin parar todos los discos del grupo. De nuevo, una mezcla de alcohol y medicamentos, se llevaba a una persona que había admirado durante muchos años. A ella sí pude verla en muchas ocasiones por lo que siempre me he considerado un afortunado.

Hay muchas canciones, como ya vais comprobando, que me producen unas sensaciones únicas, que son capaces de hacerme viajar en el tiempo y que me recuerdan a personas o sucesos de mi vida. Tengo otras, de estas menos, que son capaces de provocarme unas emociones que siempre están muy cercanas a las lágrimas, es un poder tan fuerte el que tienen que algunas veces me es imposible controlarlo. Normalmente no son lágrimas de alegría o de tristeza o que pueda relacionar con algún sentimiento concreto, es pura emoción desbordada que tiene que salir por algún lado. Esta es una de esas canciones.

La canción en sí habla de lo que sientes cuando te enamoras por primera vez y en esa búsqueda me hallaba yo en esos días. Una vez olvidado mi primer amor me embarqué en esa persecución de una manera constante, que se convirtió en una travesía por el desierto en la que tuve muchos espejismos, alguna visión de un oasis que cambiaba de forma cada vez que me acercaba y me asustaba y, finalmente, cuando había perdido toda esperanza y me abandoné a mi suerte, caí en un dulce sueño dentro de un jardín de amapolas del que ya no quise salir nunca.

Oh, my life is changing everyday
In every possible way
And oh, my dreams
It’s never quite as it seems
Never quite as it seems

I know I felt like this before
But now I’m feeling it even more
Because it came from you
Then I open up and see
The person falling here is me
A different way to be

Aah, la-ah-la-ah
La-la-la
La-ah-la-ah

I want more, impossible to ignore
Impossible to ignore
And they’ll come true
Impossible not to do
Possible not to do

And now I tell you openly
You have my heart so don’t hurt me
You’re what I couldn’t find
A totally amazing mind
So understanding and so kind
You’re everything to me

Oh, my life is changing everyday
In every possible way
And oh, my dreams
It’s never quite as it seems
‘Cause you’re a dream to me
Dream to me

Oh, mi vida está cambiando cada día

En todas las formas posibles

Y oh, mis sueños

Nunca es lo que parece

Nunca es lo que parece

Sé que me sentí así antes

Pero ahora lo siento aún más

Porque vino de ti

Entonces abro y veo

La persona que cae aquí soy yo

Una forma diferente de ser

Aah, la-ah-la-ah

La-la-la

La-ah-la-ah

Quiero más, imposible de ignorar

Imposible de ignorar

Y se harán realidad

Imposible no hacerlo

Posible no hacer

Y ahora te lo digo abiertamente

Tienes mi corazón así que no me hagas daño

Eres lo que no pude encontrar

Una mente totalmente increíble

Tan comprensiva y tan amable

Eres todo para mí

Oh, mi vida está cambiando cada día

En todas las formas posibles

Y oh, mis sueños

Nunca es lo que parece

Porque tú eres un sueño para mí

Un sueño para mí

22 comentarios en «14. Dreams. The Cranberries»

  1. Pues yo creo que deberías tener un Top5 de conciertos 😀 Por lo del Calderón, seguro que tienes tú mejores quecuerdos que los del Atleti de ese Estadio, jejejeje

  2. En el palacio de Vista Alegre estuve yo también, y que recuerdos tan buenos tenemos de Cramberries cuando currabamos cocienco langostinos y ponían Zombie sin parar a todas horas en la radio.
    Que gran grupo y que gran tema.

  3. Increíble ese concierto de Guns n Roses. Muy frecuentemente cuento la anécdota del bocadillo y yo creo que nadie me cree. Menos mal que estábamos los dos ahí para ver el bocadillo bajar de los cielos hasta nuestras manos jajajajja

    TOP Tesla por cierto y cramberries claramente marcó esa época como alternativa al rock más duro.

    • Pues ya tienes mi testimonio para que te crean!!! Aquello fue increíble porque no pasaron ni 30 segundos desde que comentamos el hambre que teníamos hasta que llegaron los bocatas!!! Tesla los más grandes!!!! pero que no se entere nadie!!!

  4. Este episodio me ha gustado mucho, sigue así!
    Me acuerdo de aquel día en casa del señor Cejalvo.
    Lo que no entiendo es que en España pegó el segundo álbum (No need to argue) y no tanto el primero.

    Dos conciertos que tuve el privilegio de compartir con Marcos:
    1) Bon Jovi en el antiguo Wembley (último concierto antes de derruirlo donde tocaron Runaway en balada).
    2) Queensryche en la Sala Riviera donde yo me volví un poco loco.

  5. Este es otro de los grupos que escucho mucho gracias a tí. Son sólo un poco mejor que Pimpinela…
    Ya sabía yo que los milagros existían, el pan cayó del cielo y vosotros lo repartisteis como los panes y los peces

    • Hola Arancha, espero que estés bien!
      Has escrito: «Este es otro de los grupos que escucho mucho gracias a tí»
      Gracias, me siento parte de ese comentario de una forma indirecta, jajaja.
      En serio, es un placer leer que MARCOS me mencione de esta forma en uno de sus 50 capítulos!

  6. Qué bueno lo del bocata! Qué gran grupo los Cramberries, y Nirvana, y los Suicidal Tendencies y Guns N Roses….por fin conozco a los grupos y canciones jajjajaaj

  7. Pide al Universo lo que necesitas y te lo concede! Jajaja aunque tú siempre has tenido suerte…saliendo con 100 pesetas y volviendo con 1000 y borracho!
    The Chamberries …me traen muchos, pero muchos recuerdos…les vi en Irlanda…les escuché en numerosas ocasiones y escenarios y bailé bailé bailé
    Keep Dreaming!

  8. Vaya época buena de conciertos, grandes vivencias.
    Es curioso que recordemos tan nítidamente el momento del ‘Everybody else is doing it…’ en mi casa, a mí tb me pasa y reconozco que la música de Cranberries me llena de una profunda nostalgia. Qué buenos años fueron esos y qué rápido pasaron….

    • Pasan rápido porque estas ya viejito mi querido Javi….jajaja.
      Esa noche y en este contexto, fuiste «el que ponía la casa» para que Marcos pudiese escribir este capítulo, nada mas y nada menos.
      No se ni como he adivinado que eras tú….GALLUS?…uhhhhhh….solo me sale una palabra: FREEDOM…..

  9. ¡Hola a tod@s!
    Bueno, bueno, Marquetes, aquí sí que me has dado en to’l bebe… Uno de los grupos que más y mejores recuerdos de juventud me trae (junto con los citados Nirvana, y también los Celtas Cortos, entre otros) son The Cranberries. Vaya grupazo, rockero y melódico, vaya pedazo de voz tan característica la de Lola O’Riordan y qué temazos nos regalaron (este fantástico Dreams, Zombie, Ode to my family, Linger, Salvation, Promises…) No tuve la suerte de verlos nunca en directo, pero fueron y son un grupo esencial en mi memoria musical; recuerdo con especial cariño y nostalgia el potente «How», que versionaba el grupillo de mis colegas de Barcelona y que en alguna ocasión canté (o más bien grazné) en sus ensayos.
    En definitiva, que esta entrega ha sido un grandísimo acierto por tu parte y un flechazo a la cuarentona «patata» del amigo Alfon.
    ¡Gracias una vez más, seguimos para bingo! ¡Un abrazo muy fuerte!

    • Me alegro que te haya gustado!!! Cuidado con la patata que estamos en una edad que hay que cuidarse!!!, jejejejeje. pero sí, Dolores era muy especial.

      Un abrazo también para tí

  10. Marcos, me ha hacho mucha gracia el milagro de los bocatas. Todo genial. Un abrazo. Palomac

  11. Muero con la historia del bocata, ja,ja!!! Pues yo tb estaba en el pit/golden circle de GN’R, pero no nos vimos… recuerdo llegar antes del mediodía al Calderón, y cuando abrieron las puertas se desató la locura… perdí mi entradas y a mis amigos, aunque a estos los recuperé luego. Para mi conciertazo. En cambio , el que me pareció una soberana mierda fue el de Metallica en Vallecas, me habían gustado muchísimos más 4-5 años antes… en fin manías mías. Y me negué a volver a ver a Metallica… hasta el mes que viene que los veré en el MadCool y me echaré unas risas viendo a Lars tocar sin llevar bien el tiempo.

    • Siiii, nosotros llegamos sobre las 12:00 y recuerdo mucho lío para entrar y muchas carreras pero entré a la vez con todos mis amigos!! El de Metallica es el único que he visto de ellos y si que me gustó, pero es que yo soy un facilón para los conciertos!!!

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