45. What you give. Tesla

Mi corazón latía con fuerza, los músculos de las piernas empezaban a doler y la cabeza empezaba a mandarme mensajes, “no vas a poder”.

Tenía que llegar al final de aquella cuesta y todavía me quedaban dos series para acabar el entrenamiento. Mi agitada respiración era silenciada con la música de mi reproductor mientras sonaba el “Carry On” de Manowar. Con cada paso que daba aprendía que mis límites siempre están un paso más allá y ese pensamiento me hacía poner un pie tras otro hasta alcanzar el árbol que había puesto como marca para señalizar el final.

Lo que había empezado como una actividad para llenar el vacío que había dejado el fútbol y paliar mi adicción a hacer deporte, cada día ocupaba más tiempo en mi agitada vida de padre de familia numerosa y autónomo.

Sacaba tiempo de donde podía para poder hacer mis entrenamientos, que seguían dirigidos por mi amigo Darío. Martes y jueves eran fijos, porque aprovechaba los entrenamientos de rugby de los niños para hacer los míos propios y el fin de semana aprovechaba las primeras horas del día para hacer tiradas largas antes de que se despertaran.

Ya había participado en carreras de todo tipo: 10 km., medias maratones, carreras de montaña y poco a poco ampliaba tanto el número de kilómetros como el material que adquiría.

Una de las cosas que nunca me han gustado y que no acabo de entender bien es el uso de anglicismos para denominar cosas que tienen su propio nombre en castellano. No quería ser un “runner”, simplemente era un corredor que disfrutaba de la sensación de correr y no quería saber nada de cadencias, VO2 Max, geles, farleks, ritmos, cores, drops, carbohidratos y glucógenos. Me ponía un pantalón corto, las zapatillas, una camiseta y, a veces, un reloj con cronómetro y me iba a descubrir nuevos caminos.

Creo que fue la mejor manera de empezar en un deporte que, a día de hoy, ocupa la mayor parte de mi tiempo libre. Salir a disfrutar, descubrir rutas, ir poniéndome retos sencillos que poco a poco iba consiguiendo e ir viendo cómo cada vez que salía podía aguantar un poco más o podía ir un poco más rápido, hicieron que mi afición fuera creciendo de manera lenta pero sostenible. En este mundillo y, particularmente en el de atletas populares, el único secreto para mejorar es la constancia y cuando haces algo que te apasiona, al final, se acaba convirtiendo en una especie de necesidad.

Sin embargo, después de dos o tres años corriendo asiduamente, por mucho que lo negara y renegara de ello me había convertido en un “jodido runner” y como todo buen “runner” el objetivo que veía en el horizonte era el de correr algún día una maratón. Ese año me preparaba para correr la primera. Tenía una cita con el destino el 1 de diciembre en Valencia.

Como preparación a la carrera, mi amigo invisible de aquel año, me regaló el dorsal para la media maratón de La Haya que se celebraría en el mes de noviembre. ¡Mi primera carrera internacional!

What you give
Abantos nevado

Además de familiarizarme con un montón de términos que nunca había escuchado anteriormente, el deporte también me consiguió nuevos amigos. Siempre he sido de correr solo, mi música, mis zapatillas y kilómetros por delante, pero al final, ya se sabe eso de Dios los cría y ellos se juntan, empecé a ver a un par de vecinos que, igual que yo, estiraban después de cada entrenamiento en las escaleras del tobogán de la urbanización. Poco a poco fuimos interactuando hasta el inevitable grupo de Whatsapp para quedar los sábados por la mañana para salir a correr. El Cerro, Abantos, Bola, Maliciosa, el camino del camping, cualquier lugar era bueno. Con ellos descubrí la parte más social de un deporte individual y gané dos buenos amigos.

A principios del mes de mayo ponía dirección a las Navas del Marqués para correr mi primera carrera larga de montaña. 40 kilómetros por la sierra abulense que me dieron la confianza para afrontar el siguiente reto, además de conocer, por primera vez, lo que eran los calambres producidos por tantos kilómetros.

Maratón de montaña Navas del Marqués

What you give

Una de las cosas que más disfrutaba después de una buena carrera, después de una ducha caliente con un par de minutos en cada pierna de agua helada, era tumbarme en el sofá y que Truja se metiera entre mis piernas a darme calorcito mientras veía un episodio de This is Us.

En una de esas sesiones de mimos mutuos, mientras le rascaba la tripa, pude notar un par de bultos en sus mamas. A los pocos días, la veterinaria nos confirmaba que tenía varios tumores en las dos cadenas mamarias y que había que extirparlos. La operaron un viernes de finales de junio y por la tarde la recogimos, perfectamente despierta y con una cicatriz que asustaba al verla. Esa noche, mientras la sacaba para que hiciera sus cosas, la perrita daba la impresión de no tener ganas ni fuerzas para nada. “Si yo tuviera un costurón desde el pecho hasta la cintura seguro que tampoco me apetecía estar en la calle”, recuerdo que pensé, así que, ante la negativa a moverse de Truja, la cogí en brazos y volvimos a casa. El día siguiente teníamos un gran plan y había que descansar.

Trujita en la clínica

El Torneo anual de Padel de la familia Richi iba a celebrarse ese día y los niños correteaban nerviosos por la casa antes de su primera participación. El plan era el siguiente: las chicas, incluyendo a Trujita, se iban a casa de los abuelos maternos y los chicos, con nuestras palas de padel y nuestros nervios pasaríamos el día con la otra familia.

Preparamos un buen almohadón para que la perra fuera cómoda en el coche y dejamos a la sección femenina en su destino mientras los chicos disfrutábamos de la música a todo volumen en el coche de camino al evento familiar.

Después de varios partidos, mientras tomaba un refresco y algo de picar y observaba cómo los niños disfrutaban con sus saltos en la piscina, recibí una llamada de Paula. Al principio no la entendía bien o quizás fuera mi propio cerebro que no quería entender lo que estaba escuchando: “Marcos, Truja se ha muerto”. No sabía qué hacer ni qué decir, no podía creerlo. Decidí esperar a que los niños terminaran los partidos que les quedaban y ya de vuelta a casa, en el coche, les comuniqué la noticia.

Al parecer, Paula notó que algo no iba bien. Llamó a la veterinaria que le dijo que la llevara inmediatamente a la clínica. Con los nervios, la niña pequeña y la perrita que no podía moverse, Paula pidió ayuda a su hermano que las llevó en su coche. Paula llevaba a Trujita en su regazo, pero veía como poco a poco se apagaba. Aun así, Paula no perdía la esperanza, había que llegar cuanto antes a la clínica, “Más rápido Edu, por favor” suplicaba. A poco más de un par de kilómetros para llegar, Trujita levantó la cabeza, miró a Paula y cerró los ojos. No aguantó y murió encima de las rodillas de su querida ama. La anestesia le había producido una bajada de la temperatura corporal que la hizo entrar en hipotermia y no fue capaz de remontarlo. Truja se quedó en aquella clínica, que se encargó de todo y yo no volví a verla.

La primera que llegó a esta familia, la que nos calentaba los pies en la cama en las frías noches de invierno, la que primero te recibía al llegar a casa después de trabajar, la que estuvo presente en cada uno de los nacimientos de nuestros hijos, la que condicionaba nuestros lugares de vacaciones haciéndonos descubrir lugares maravillosos que no hubiéramos conocido sin ella, la que se hundía en la nieve, hasta casi desaparecer, para al segundo siguiente ver unas orejas saltando sobre su cara de felicidad, la que se me escapó tras un rastro dándome un susto de muerte, la que nos hacía felices, la criatura más generosa que nos regalaba su alegría cada día, se nos había ido. No es lo que tienes, es lo que das. Truja dio desinteresadamente toda su vida a esta familia y eso la mantiene muy viva en todos los que la formamos, y de vez en cuando, en las noches claras, miramos al cielo y los niños rápidamente señalan su estrella y dicen: “Ahí está Truja”

Algo en mi cabeza se bloqueó y tengo ese sentimiento bajo candado en algún sitio de mi mochila. No fui capaz de llorar esa pérdida y a día de hoy todavía no lo he podido hacer. Quizás algún día… Y entonces aprendes que la vida sigue.

What you give

Mis entrenamientos siguieron cumpliéndose y un buen día estaba en el aeropuerto con destino a La Haya. Mi hermana Camino, que vive allí, me recogió al llegar para pasar el fin de semana con ellos y correr el domingo su primera media maratón. Yo iba de liebre, para ayudarla, motivarla, empujarla o lo que hiciera falta. Después de un buen plato de pasta para cenar nos fuimos pronto a dormir para estar descansados para el gran día.

Unos minutos antes de que sonase la alarma me desperté con los nervios típicos de cada carrera y decidí quedarme tranquilamente en la cama a la espera de que pasasen esos pocos minutos que faltaban para que el molesto sonido diese el pistoletazo de salida al día. De repente veo que se abre la puerta de la habitación y escucho a mi hermana decirme: “Marcos, se ha suspendido la carrera”. Vientos de más de 100 km/h hacen que las autoridades y la organización decidan suspenderla.

La única manera de sacudirnos la frustración que nos había causado la noticia era salir a correr. Las condiciones no eran demasiado buenas y en algunas ocasiones el viento nos movía lateralmente, pero, en general, no fue para tanto. Después de 18 kilómetros, empapados, pero con una sonrisa, decidimos parar. Habría que volver al año siguiente para terminar lo que habíamos empezado y así lo hicimos, bajo unas circunstancias de lo más “peculiares” que ya os contaré.

El otro viaje del año comenzó en el AVE con dirección a Valencia. Mi primo Ignacio, casado con una valenciana, fue mi anfitrión, el que me recogió en la estación de tren y acompañó durante el fin de semana ocupándose de todo para que yo no tuviera que preocuparme por nada. Además de todas esas ventajas, vivían a escasas cinco manzanas de la salida de la carrera. Todo inmejorable.

Después de mi imprescindible Cola-cao con tostadas, me despedí de mi primo y salí a la calle. La cantidad de gente que había ya, me sorprendió. Tardé un buen rato en llegar a mi cajón de salida, lo que generó algunos momentos de nerviosismo, pero una vez dentro de él ya pude relajarme. Breves instantes antes de dieran la salida revisé el cinturón donde guardaba las sales y los geles, terminé de ponerme mis cascos y le di al play. “Wild in the Streets” de Bon Jovi comenzó a sonar justo en el momento que los primeros corredores tomaban la salida.

No os aburriré con la historia de toda la carrera. Conseguí acabar por debajo del tiempo previsto de 3:30 y aprendí, para mi sorpresa, que mi capacidad de concentración era muy superior a los 15 minutos que siempre había creído y que la cabeza es el músculo más fuerte que tenemos y, desgraciadamente, lo ejercitamos menos que otro.

No es lo que tienes, es lo que das. Ya tenía la medalla colgada al cuello. Durante meses había dado todo en cada entrenamiento. Entrenar no era un sacrificio. Tenía que madrugar muchos días para no interferir demasiado en la vida familiar, pero deseaba que llegaran esos días porque los disfrutaba, me lo pasaba en grande y notaba como mejoraba.

Cada vez que aprietas un poco, cada vez que das un poco más de ti mismo, cada vez que te exiges un poco más, hasta el siguiente árbol, estás creciendo como corredor, pero también como persona. Y esto, que evidentemente no es ninguna revelación que vaya a cambiar los designios de nuestras vidas, y que todos, de una manera u otra, lo aprendemos a lo largo de la vida, yo, como no podía ser de otra manera, lo he tenido que aprender a través del deporte en todas las versiones que he practicado, que han sido muchas.

El año terminó con una de esas fiestas sorpresas que ya conocéis todos. En esta ocasión la víctima iba a ser la incitadora, la instigadora, y la organizadora de todos los “saraos” anteriores. Aunque su cumpleaños es en febrero, decidimos adelantarlo unos meses a las Navidades, período en el que estaríamos todos los hermanos juntos. Como todos los años, mi hermana Blanca, la víctima, había promovido hacer un Talent Show después de la cena de Nochebuena. Lo que ella no sabía era que todas las actuaciones iban a tenerla a ella de protagonista.

Su sorpresa iba en aumento con cada actuación y todavía no había llegado el plato fuerte. Ese año el invitado especial fue el gran Freddie Mercury. Entre todos, hermanos y sobrinos, montamos el karaoke adaptado de la famosa canción “Bohemian Rhapsody”. Cada uno de nosotros tenía asignada una parte de la canción y poco a poco todos nos íbamos incorporando a la misma ante la perplejidad de la homenajeada que observaba todo con la boca abierta. Esa cara de sorpresa y las carcajadas descontroladas de mi cuñado Jesús al veme convertido en Freddie, quedaron como los grandes momentos de la noche. No es lo que tienes, es lo que das. Una vez más, todas las reuniones previas, los ensayos, los nervios y la ocultación de la verdad, habían merecido la pena. Todos habíamos puesto nuestros esfuerzos, ganas y alegría para sorprender a nuestra hermana pequeña y lo habíamos conseguido y sus lágrimas de emoción y su sonrisa nos devolvían con creces todo lo que habíamos dado nosotros.

Vale, pero… ¿qué coño pasa hoy con la canción?, os preguntaréis con toda la razón.

Tesla. Este grupo es mi debilidad. Un día apareció mi amigo Borja con una cinta de varios que le había pedido que me grabara con lo que él quisiera. “Before my eyes” estaba en ella y fue la primera canción que escuché del grupo. A los pocos días me fui a Madrid Rock y me compré el vinilo de “The Great Radio Controversy”, poco después el “Five Man Acoustical Jam” y así hasta que los tuve todos.

Púa de Tesla. Azkena Festival

Los vi de teloneros de Scorpions, los vi en una sala pequeña de Madrid y, en el mes de junio de ese 2019, me fui con mis hermanos y mis hijos a verlos al Azkena Rock Festival. Viaje relámpago, coche, concierto de Tesla, concierto de Wilco, coche de vuelta a casa con el recuerdo de una púa que el guitarrista nos dio, asombrado al ver a dos niños pequeños en primera fila. ¡¡¡¡ Rock and Roll!!!!

Azkena. En Vitoria viendo a Tesla

El esfuerzo económico de las entradas y las horas de viaje habían merecido la pena solo por ver la cara de los niños al recibir la púa (guardada convenientemente en el albúm de entradas de conciertos), porque en la vida, no importa lo que tienes, importa lo que das y lo que haces vivir a los que quieres. No es lo que tienes, es lo que das. No eres lo que tienes, eres lo que das.

One, two, three
Who’s the one that makes you happy?
Or maybe, who’s the one always on your mind?
And who is the reason you’re livin’ for?
Who’s the reason for your smile?

I feel so lonely, yet I know I’m not the only one
To ever feel this way
I love ya so much that I think I’m goin’ insane
I’m goin’ crazy, outta my head, I’m goin’ crazy, outta my head
I can’t think about nothin’ but your good, good love,
And what you give

Now I mean everybody
Everyone needs somebody
And you know, everybody needs someone
Well, and a-yes it’s true, everybody needs a special kind of love
And you’re the only one I’m thinkin’ of
You mean the world to me, you are my only

I feel so lonely, yet I know I’m not the only one
To carry on this way
I love ya so much I lose track of time, lose track of the days
I’m goin’ outta my head, I’m goin’ crazy, outta my head
I can’t think about a-nothin’ but your good, good love
And what you give

It’s not whatcha got, it’s what you give
It ain’t the life you choose, it’s the life you live
It’s only what you give, only what you give, only what you give
It’s not whatcha got, but the life you live

That’s it and that’s right
Why it’s the life you live
Oh play it pretty for the world

And you’re the one that makes me happy, oh yeah baby
And you’re the one always on my mind
Oh and a-yes it’s true
You are my reason, my one and only that I’ve been livin’ for
Why can’t forever be forever and nothin’ more

I feel so lonely, yet I know I’m not the only one
To ever feel this way
I love ya so much I lose track of time, I lose track of the days
I’m goin’ outta my head, I’m goin’ crazy, outta my head
I can’t think about a-nothin’ but your good, sweet love
And what you give

It’s not whatcha got, it’s what you give
It ain’t the life you choose, it’s the life you live
No, no, no, no, no, no
It’s not whatcha got, it’s what you give
And it ain’t what it’s not, but a-what it is
It’s only what you give, only what you give, only what you give
It’s not whatcha got, oh but what you give

It’s not whatcha got, it’s what you give
It ain’t the life you choose, it’s the life you live
It’s only what you give, only what you give, it’s only what you give
It’s not whatcha got, but what life you live
It’s only what you give, what you give, what you give
It’s only what you give, it’s only what you give, no no no
It’s only what you give, what you give, what you give
It’s only what you give, it’s only what you give

Yeah yeah yeah yeah yeah yeah

Is that good enough for the girls that we run around with?
Well, I do believe so,
It’s only what you give, what you give, what you give
It’s only what you give, it’s only what you give

Uno, dos, tres
¿Quién es el que te hace feliz?
O tal vez, ¿quién es el que siempre está en tu mente?
¿Y quién es la razón por la que vives?
¿Quién es la razón de tu sonrisa?
Me siento tan solo, pero sé que no soy el único
Que se siente así
Te quiero tanto que creo que me estoy volviendo loco
Me estoy volviendo loco, fuera de mi cabeza, me estoy volviendo loco, fuera de mi cabeza
No puedo pensar en nada más que en tu buen, buen amor
Y en lo que das
Ahora quiero decir que todo el mundo
Todo el mundo necesita a alguien
Y ya sabes, todo el mundo necesita a alguien
Bueno, y a-sí es cierto, todo el mundo necesita un tipo especial de amor
Y tú eres la única en la que pienso
Significas el mundo para mí, eres mi único
Me siento tan solo, pero sé que no soy el único
Para seguir así
Te quiero tanto que pierdo la noción del tiempo, pierdo la noción de los días
Me estoy volviendo loco, me estoy volviendo loco, fuera de mi cabeza
No puedo pensar en nada más que en tu buen, buen amor
Y en lo que das
No es lo que tienes, es lo que das
No es la vida que eliges, es la vida que vives
Es sólo lo que das, sólo lo que das, sólo lo que das
No es lo que tienes, sino la vida que vives
Eso es y eso es lo correcto
Porque es la vida que vives
Oh, hazlo bien para el mundo
Y tú eres la que me hace feliz, oh sí nena
Y tú eres la que siempre está en mi mente
Oh y a-sí es verdad
Tú eres mi razón, mi única razón por la que he estado viviendo
Por qué no puede ser para siempre y nada más
Me siento tan solo, pero sé que no soy el único
Que se siente de esta manera
Te amo tanto que pierdo la noción del tiempo, pierdo la noción de los días
Me estoy volviendo loco, me estoy volviendo loco, fuera de mi cabeza
No puedo pensar en nada más que en tu buen y dulce amor
Y en lo que das
No es lo que tienes, es lo que das
No es la vida que eliges, es la vida que vives
No, no, no, no, no
No es lo que tienes, es lo que das
Y no es lo que no es, sino lo que es
Es sólo lo que das, sólo lo que das, sólo lo que das
No es lo que tienes, sino lo que das
No es lo que tienes, sino lo que das
No es la vida que eliges, es la vida que vives
Es sólo lo que das, sólo lo que das, es sólo lo que das
No es lo que tienes, sino la vida que vives
Es sólo lo que das, lo que das, lo que das
Es sólo lo que das, es sólo lo que das, no no no
Es sólo lo que das, lo que das, lo que das
Es sólo lo que das, es sólo lo que das
Sí, sí, sí, sí, sí
¿Es eso suficiente para las chicas con las que corremos?
Bueno, yo creo que sí,
Es sólo lo que das, lo que das, lo que das
Es sólo lo que das, es sólo lo que das

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17. You Shook me all night long. AC/DC

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18. Kiss me deadly. Lita Ford

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19. Descending. The Black Crowes

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21. Salir. Extremoduro

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9 comentarios en «45. What you give. Tesla»

  1. Jo, laTruji. Todos estábamos enamorados de esa perrita. Estará jugando con Pelé y Torita.

  2. Otra semana más que empiezo el miércoles soltando la lagrimaza…
    Truja, mi primera ahijada… Fuiste y serás grande, llegaste para enseñarnos tantísimo…

  3. Yo me sigo emocionando en cada nueva entrega…. No conocí a Truja, pero es como si lo hubiera hecho. Como te decía por whatsapp, me va a fastidiar bastante esperar a 2072 para leer los próximos 50 años.

    Y no sabes lo que me alegra saber que te ayudé a conocer tantos grupos 🙂

  4. ¡Cuantas historias emocionantes hoy! ¡Muchas lágrimas se escapan!
    Truja…¿qué tenia que nos enamoraba a todos?
    ¡Cómo me la colasteis en mi cumpleaños!
    ¡Y lo peor es que empecé haciendo yo mi actuación sin saber nada!
    Eres lo que das…entonces eres mucho Marcos

  5. ¡Qué de aventuras nos has contado hoy! Todas tan emocionantes que he terminado echando la lagrimita como casi siempre.
    ¡Animo campeón! Muchos besos
    Palomac

  6. Efectivamente, las carreras de La Haya tienen cierto gafe… Habrá que seguir intentándolo!!

  7. Joooo otra vez llorando….Truja debía de ser muy feliz en ese hogar con tanto amor!!!!gracias por seguir contando vuestra historia de esa manera tan bonita y emocionante…Un abrazo!!!!😘😘😘

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